Los consumidores debaten sobre el color de la carne y se preguntan cuál es color indicado el pollo amarillo o blanco.
Generalmente en los supermercados, es común que en los pasillos se vean varias opciones de carne de pollo que van desde el amarillo o el blanco.
Los consumidores debaten sobre el color de la carne es más hay quienes hablan de que están modificados genéticamente o hay quien dice que se asocian el color con diferencias nutricionales significativas.
Pero en realidad ¿es el color un indicador confiable de la calidad nutricional del pollo?
De acuerdo a la Asociación Nacional de Aves de Corral de Estados Unidos, el color de la carne de pollo se debe a factores genéticos y a la alimentación del ave.
Lo que significa es que tanto la razas de pollos y sus dietas tendrán impacto directo en la pigmentación de la carne, a esto se le llama selección artificial, esto es, se puede modificar a voluntad las condiciones ambientales y de alimentación de los pollos para que nazcan las mejores crías y continuar con esta población.
Por esto es importante el comprender que el pollo no necesariamente refleja diferencias nutricionales sustanciales entre las diferentes variedades.
Para la Food Service and Inspection Service del gobierno de Estado Unidos las supuestas diferencias nuticionales entre el pollo amarillo y blanco solo son mitos.
Ya que los investigadores sostienen que la única diferencia real es el color de la carne, la piel y la grasa, sin que esto afecte a las propiedades nutricionales esenciales.
Alimentación de los pollos.
Se conoce que los pollos de carne amarilla se alimentan de una dieta rica en pigmentos naturales como el betacaroteno, presente en alimentos como el maíz y la alfalfa.
Dichos pigmentos se acumulan en los tejidos grasos del pollo, influenciando así el color de la piel y la carne.
En tanto que los pollos de carne blanca son criados con una dieta que contiene menos pigmentos, lo que hace que la carne tenga una tonalidad más clara.
Debes saber que esta diferencia en la alimentación también afecta el sabor y la textura de la carne, con la que la carne blanca tiende a ser más suave, de acuerdo a la American Poultry Association.
Se asocia de forma errónea el color de la carne de pollo con su frescura y calidad nutricional. Además es fundamental saber que esta percepción solo incluye la alimentación y la genética del ave y no las diferencias significativas en su contenido nutricional.
Así que al elegir entre un pollo amarillo y blanco, los consumidores están seguros de que adquieren un producto igualmente nutritivo, muy independiente del color.
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