sábado, septiembre 7, 2024
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Consuelito Velázquez y su creación Bésame mucho

Datos curiosos de la compositora y un análisis de la canción que la llevó a la fama: Bésame Mucho.

En Revista Única recordamos en su aniversario 104 a una gran compositora y pianista mexicana, Consuelito Velázquez, quien nació en Ciudad Guzmán, Jalisco el 21 de agosto de 1916; su nombre completo Consuelo Velázquez Torres. La principal composición estuvo durante tres meses en el primer lugar en las listas musicales cuando solo tenía 25 años.

Datos curiosos de la compositora:

La máxima composición de Consuelito Velázquez fue Bésame Mucho, le dio la vuelta al mundo, antes de que ella fuera besada. «La escribí antes de cumplir 20 años, cuando todavía no daba un beso, todo era producto de la imaginación», dijo la compositora.

Pese a ser una gran compositora, solo escribió 40 canciones en toda su vida.

Velázquez es autora de las canciones Amar y Vivir, Cachito, Mi bello Mazatlán y Yo no fui, entre otras.

Durante la época de la Segunda Guerra Mundial, la canción de Bésame mucho se convirtió en un icono de la música popular, en Estados Unidos fue una referencia de las mujeres que esperaban el regreso de sus maridos quienes se encontraban en el campo de guerra.

El primer concierto de Consuelito Velázquez ya como concertista, que fue conocido como concierto de grado, fue en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.

La canción Bésame mucho la empezó a escribir cuando aun estudiaba la carrera de pianista concertista en el Conservatorio Nacional de Música, en la Ciudad de México. En este sentido Consuelito dijo: “Tenía que estudiar muchas horas al día, ya como descanso me ponía a improvisar una que otra melodía que al día siguiente no recordaba. Ni me interesaba recordarlas porque todavía no me iniciaba como compositora. Un buen día decidí procurar memorizar una de esas cositas que se me ocurrían como descanso mental. Y al día siguiente procuré recordar una que más tarde se llamó Bésame mucho. Digo más tarde porque hice la melodía, la memoricé y algunos años después le acomodé una cierta letra”. Publicaría la pieza tres años después, en plena Segunda Guerra Mundial. Existe una versión sobre que tenía en mente, al momento de componerla, a las parejas que el conflicto bélico separaba.

En esa época, Consuelito deseaba convertirse en una respetable pianista de música de concierto más que por componer. Ya que se avergonzaba de mostrar sus melodías en el ambiente de la alta academia en el que se desenvolvía en ese tiempo.

Para finales de 1938, presento su examen profesional en el Palacio de Bellas Artes. Ahí interpretó La hilandera de Joseph Joachim Raff. Después de esto participó en el curso de Perfeccionamiento de Obras que impartió el connotado pianista chileno Claudio Arrau (1908-1991), con la Sonata para piano número 23 de Beethoven, conocida como Apassionata. Su interpretación le valió los elogios y el respeto de Arrau, quien escribiría -según lo refiere el investigador Pável Granados- en la partitura de dicha obra: «Para la señorita Consuelo Velázquez, en quien encuentro extraordinarias cualidades pianísticas».

La carrera en el ámbito de la música de concierto comenzaba a fluir bien. Ese mismo año, apenas graduada del Conservatorio, recibiría dos importantes ofrecimientos profesionales: incorporarse como solista a la Orquesta Sinfónica Nacional y la invitación a participar en el programa conducido por José Ángel Espinosa, Ferrusquilla, en la recién inaugurada estación radiofónica XEQ, para acompañar a la soprano Irma González. La vida le ofrecía aquellos dos senderos y Consuelito aprovechó ambos.

Pero muy pronto se empezaría a ejecutar sus propias canciones y por dedicarse a componer de manera más profesional, pese a ser autodidacta como compositora. Poco a poco se fue entregando de lleno a dicha actividad y abandonó el camino de la música de concierto, aunque en todas sus presentaciones era evidente su veta de concertista y el dominio absoluto que tenía del piano, así como su sensibilidad musical.

En la XEQ conoció al que sería su marido: Mariano Rivera, director del sello discográfico RCA Victor, que se convertiría en uno de los hombres más poderosos de la industria discográfica mexicana y con quien procreó dos hijos.

Así en nuestro país cualquiera sabe que el bolero nacional más popular y sonado en el orbe es Bésame mucho. Pero si bien fue escrita entre 1938 y 1941, su popularidad inició en Estados Unidos, en un momento en el que la música mexicana era de las más importantes del mundo y se trasmitía por radio y televisión en ese país. En 1943 fue dada a conocer en Nueva York y en 1944 clasificada como un éxito de ventas, sobre todo por la interpretación de Jimmy Dorsey, con la que comenzaría a alcanzar una gran audiencia.

Un año más tarde sería grabada por vez primera en el extranjero por Andy Russell y también fue una de las canciones más cantadas entre las tropas Aliadas en Asia y Europa durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. En una entrevista que le hiciera Mario Talavera, Consuelito comentó: “Se canta ahora esta canción en toda América, qué digo, en todo el mundo; en Londres, atenuó el ruido de los bombardeos y, según tengo entendido, se hizo la canción predilecta de los soldados que lucharon por la libertad. ¡Es bastante para alcanzar la inmortalidad!”.

En 1949 ingresó al hit parade estadounidense como uno de los más grandes éxitos mundiales y en 1962 el grupo inglés The Beatles la grabaría tres veces. Desde su publicación, Bésame mucho no ha dejado de estar de moda, de ser interpretada por los más jóvenes artistas, de ser “arreglada” y traducida a más y más idiomas, aunque cabe destacar que se traduzca al idioma que sea, se suele conservar en español el estribillo “Bésame, bésamemucho…”.

De esta forma, Consuelito se convirtió en una artista de fama internacional. Nuevamente nos cuenta Pável Granados: “Cuando Consuelo Velázquez visitó Hollywood, en 1944, los rodajes se detuvieron. De los sets salieron los actores y directores a tomarse una foto con la autora de Bésame mucho, la canción que llevaba meses en el hit parade. Walt Disney detuvo la filmación y se tomó una foto con ella. Lo mismo Rita Hayworth, Carmen Miranda, las Andrew Sisters, Gregory Peck e incluso Salvador Dalí, que se encontraba visitando a Disney”.

En México, un sinnúmero de artistas ha interpretado sus canciones, particularmente Bésame mucho, pieza que aparece también en la cinta A toda máquina (Ismael Rodríguez, México, 1951), en voz de Pedro Infante y en inglés, luego de que el personaje encarnado por el actor menciona haberla escuchado en “un disco norteamericano”, y en medio de voces que aluden a Frank Sinatra, cuya interpretación de esa canción es célebre. Además, apareció en el filme Grandes esperanzas (Alfonso Cuarón, EUA, 1998), y como tema principal de la película soviética Moscú no cree en lágrimas (Vladimir Menshov, 1979).

Consuelo registró 48 canciones, entre las que también destacan Que seas feliz, Amar y vivir y Franqueza. Buena parte de su vida la pasó en una pequeña casa de la calle de Lancaster, en la Ciudad de México. Fue presidenta de la Sociedad de Autores y Compositores de México, vicepresidenta de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores y diputada por el PRI (1979-1982).

Entre otros reconocimientos, fue nombrada Compositora de América por el Consejo Panamericano de Sociedades Autorales, en 1977 la ONU le otorgó la Medalla de la Paz y en 1989 el gobierno mexicano le concedió el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

Murió el 23 de enero de 2005, a la edad de 84 años, y la despidieron con un merecido homenaje en el Palacio de Bellas Artes, escenario donde 67 años atrás había debutado.

Aquí su obra maestra: Bésame mucho (canción). Fue compuesta en 1932, cuando apenas tenía 16 años, fue nombrada como la canción del siglo XX. La canción, con un aire erótico, dio origen a un mito: el de que ‘Consuelito’ la habría compuesto antes de su primer beso, solo por inspiración poética. ¿Sería cierto? ¿Qué se esconde detrás de Bésame mucho? ¿Qué ha hecho de esta pieza una canción tan emblemática? Te hablamos más de la historia y su significado:

Letra:
Bésame,
Bésame mucho
Como si fuera esta noche
La última vez.

Bésame,
Bésame mucho
Que tengo miedo a perderte
Perderte después.

Quiero tenerte muy cerca
Mirarme en tus ojos
Verte junto a mi
Piensa que tal vez mañana
Yo ya estaré lejos,
Muy lejos de ti.

https://www.youtube.com/watch?v=vmZ_apWM-gc

El análisis de la letra de Bésame mucho condensa un erotismo exacerbado por la ansiedad, la inseguridad o el temor al futuro. No se trata de una despedida. La despedida es tan solo una justificación discursiva, una hipótesis que es a la vez pulsión del amante y causa de seducción del amado.

Bésame mucho expresa, más bien, un deseo de posesión. Es un acto absoluto de seducción por parte de la voz lírica que, a sabiendas del carácter efímero del tiempo amoroso-erótico, desea capturarlo como una imagen eterna cuando sobrevenga la hora desolada, la probable separación, la muerte misma.

En un sentido poético, este tópico no es extraño en la literatura. Lo que hace Consuelo Velázquez es darle voz musical a uno de los tópicos más frecuentes del hacer poético: carpe diem, que significa ‘aprovecha el día’.

A diferencia del modo algo ligero en que hoy se interpreta la frase horaciana, carpe diem expresa una consciencia frente a las continuas mutaciones de la vida y, en especial, a la muerte, ante a la cual el sujeto poético reclama la intensidad de todas las experiencias, haciendo de la memoria el único tesoro y consuelo.

El erotismo no está lejos de esta realidad, de esta inquietud poética. Por el contrario, el erotismo, como la juventud, reclama quien lo defienda ante la imposibilidad de detener el tiempo y sus mudanzas. El erotismo se exacerba, pues, ante el temor de la muerte, física o simbólica.

La historia de Bésame mucho. La idea de la canción Bésame mucho nació en el año 1932, cuando Consuelo Velázquez tenía 16 años. Desde el punto de vista musical, el tema parece haberse inspirado en un aria de la suite Goyescas de Enrique Granados, conocida como «La maja y el ruiseñor».

Otra cosa sería la letra. De acuerdo con el testimonio del hijo de la compositora, Mariano Rivera Velázquez, la letra de la canción no se daría por terminada hasta el año 1940, en el cual la Segunda Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo.

Consuelo, algo más madura para ese momento, se sentía particularmente sensibilizada frente a las historias de separaciones de novios y matrimonios jóvenes, cuyos hombres debían cumplir servicios militares y enfrentaban la posibilidad de la muerte. Estas reflexiones permitirían a Consuelo Velázquez poder dar término a la letra de la canción. De cualquier modo, hemos de recordar que ella misma declaró haber compuesto esta canción antes de ser besada por primera vez.

Las primeras grabaciones y su expansión internacional. El tema fue grabado por primera vez por el cantante Emilio Tuero en 1941, y poco después por Chela Campos, aunque quien hizo posible su internacionalización fue el norteamericano Andy Russell, que la grabó en 1944, tras lo cual estuvo 14 semanas liderando las carteleras de Estados Unidos. A partir de ese momento, la canción se dio a conocer en todos los continentes, pero hacia la década de 1950, en pleno auge del franquismo, la Liga de la Decencia Española prohibió la canción en España. La fama de esta canción se extendió por el mundo entero, venciendo las barreras idiomáticas, especialmente desde que Nat King Cole grabó la primera versión traducida. Ha sido grabada en más de cuarenta idiomas, y la han cantando figuras tan emblemáticas como The Beatles, Edith Piaf, Frank Sinatra, Elvys Presley, Sara Montiel, Plácido Domingo, Paloma San Basilio, Andrea Bocelli, Luis Miguel y muchos más.

https://www.youtube.com/watch?v=cLUm_uqjuo4

Bésame mucho en la cinematografía. La pantalla grande ha sido otro de sus espacios de difusión. Bésame mucho ha sido incorporada en las bandas sonoras de filmes como Moscú no cree en las lágrimas (1979); Sueños de Arizona, de Emir Kusturika (1993); Bésame mucho, de Philippe Toledano (1994); La sonrisa de Mona Lisa, de Mike Newell (2003); La fiesta del chivo, de Luis Llosa (2005); Juno (2007) y Coco (2017), también de los estudios Disney.

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