Las personas que son capaces de absorber, sin querer, el dolor, la tristeza e incluso los miedos de aquellas personas a su alrededor, padecen del síndrome de la esponja.
Las personas empáticas son muy receptivas a las emociones de los demás, lo que se considera como una capacidad afectiva positiva que permite entender a aquellos con los que se interactúa, aunque puede llegar a ser negativa; ya que al ser altamente sensibles a las emociones de otros absorben sin querer el dolor, la tristeza e incluso los miedos de las personas que les rodean.
Las personas que son capaces de absorber, sin querer, el dolor, la tristeza e incluso los miedos de aquellas personas a su alrededor, padecen del síndrome de la esponja; lo que de manera lamentable puede llegar a afectarles de forma negativa ya que al no saber filtrarlas, les puede llevar a la depresión, a la fatiga física e incluso a tener ataques de pánico.
En caso de ser una persona que siempre sientes la necesidad de ayudar a todo el mundo, antepones los problemas de los demás a los tuyos y te cuesta decir que no cuando alguien te pide ayuda, puede que estés pasando el límite de la empatía y debas aprender cómo protegerte para cuidar de ti misma.
Características de las personas con síndrome de la esponja
Son intuitivas: tienen el poder de captar lo que se pasa en el entorno sin que nadie les diga.
Saben expresar sus sentimientos: son personas que se comunican bien con los demás y no tienen dificultad para expresarse. Pueden lloran y sonríen con facilidad.
Son demasiado empáticas: siempre se ponen en el lugar de los demás, llegando incluso a apropiarse de sus emociones.
Se sienten responsables por los problemas ajenos: toman los problemas de las personas como suyos y lo sufren con ellos. Se sienten obligados ayudar a los otros.
Priorizan a los otros: dejan de lado sus propios intereses para satisfacer a los demás, olvidándose de sí mismas.
Atraen personas tóxicas: toda esta empatía a menudo atrae a personas que solo quieren aprovecharse emocionalmente.
Cómo hacer frente al síndrome de la esponja
Aprende a expresar y canalizar tus sentimientos y siéntete mejor contigo misma.
Establece límites y ponte a ti por delante del resto. Recuerda que no hay nada de malo en anteponer tus necesidades a las de los demás.
No reniegues de tus sentimientos; aunque la clave está en encontrar un punto medio.
Aléjate de las personas tóxicas, que siempre demandan mucha atención y nunca están satisfechas y que no ofrecen nada positivo en tu vida.
Foto portada: pixabay.com
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