¿Te ha pasado que llegas a tener logros y no te la crees y hasta llegas a pensar que puede ser un golpe de suerte?, tal vez lo que estas padeciendo es el síndrome del impostor.
En el libro, Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot explican que esas dudas en torno a la capacidad femenina se observan con más frecuencia de lo que pensamos, incluso en grandes líderes o creadoras como Michelle Obama o Angela Merkel lo han padecido. Sin duda que hay mucha exigencia para tomar decisiones para asegurar que nuestra elección sea la correcta, porque el miedo a fallar nos pesa demasiado.
Michelle Obama durante la presentación de su libro – «Aún tengo algo de síndrome de impostora, no se acaba nunca», y esa clase de miedo se produce especialmente durante los periodos de transición; que por lo general son aquellas etapas en que las mujeres asumimos nuevas competencias o cambiamos de trabajo, ahí donde se supone que nuestra confianza debería robustecerse, aparece el síndrome.
¿Le sucederá también al hombre? Por regla general no, él se postula como experto para cualquier puesto y, una vez conseguido, ya pensará si necesita algo específico para desempeñarlo.
Si emprendemos algo nuevo, combinar autocrítica y miedo al fracaso no parece muy saludable, mejor un cóctel de curiosidad y sentido del humor.
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