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Francisco I. Madero, lucho por la no reelección en nuestro país

Fue presidente de México, pero fue traicionado por Victoriano Huerta

Este día hablaremos de la vida del político mexicano e iniciador de la Revolución Mexicana, Francisco I. Madero, nació un 30 de octubre de 1873, en la hacienda de El Rosario, Parras de la Fuente Coahuila, fue el primogénito del matrimonio de Francisco Madero Hernández y Mercedes González Treviño. Fue criado en el seno de una familia propietaria de haciendas, minas y otros negocios, por esto provenía de la clase adinerada pero sus intereses políticos y sociales fueron mayores a tal grado de armar una revolución. Su nombre completo Francisco Ignacio Madero González, en ocasiones llamado Francisco Indalecio Madero.

Francisco estudió en el colegio jesuita de San Juan Nepomuceno Saltillo, en 1886 hizo estudios de agricultura en 1886 en el Saint Mary’s Collage en Maryland, Estados Unidos y estudios de peritaje mercantil en la escuela HEC (Hautes Études Commerciales) Jouy-en-Josas, cerca de París, Francia y estudió en el departamento de agricultura en la Universidad de California en Berkeley años más tarde. Al volver en el año de 1893 a Coauhuila se hizo cargo de la administración hacienda familiar y se dice que ahí se vieron los primeros atisbos de su pensamiento progresista pues modernizó los sistemas de cultivo e intentó crear una mejor situación para sus trabajadores.

A los veinte años de edad radicó en San Pedro de las Colonias, para administrar las propiedades que tenía su padre en la región de La Laguna. Se entregó plenamente a las faenas agrícolas e implantó modernos sistemas de cultivo. En 1900 publicó sobre el tema un folleto en que propuso la construcción de una represa en previsión de la sequía. Por ese folleto recibió una carta de felicitación del presidente Porfirio Díaz.

Para 1903 se casa con Sara Pérez Romero, primero por lo civil y un día después el 27 de enero, en una ceremonia religiosa; el matrimonio no tuvo hijos. En 1904 funda el partido democrático independiente que se oponía a la reelección del Gobernador de Coahuila Miguel Cárdenas. Ese mismo año funda la Escuela Comercial de San Pedro, en este periodo dio inicio a su carrera política. Fue nombrado presidente del Club Democrático en Coahuila, y escribió artículos políticos en el periódico El Demócrata. En 1905 tuvo contacto con la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, a la cual apoyó económicamente para la reanudación de la edición del periódico Regeneración. Sin embargo retiró su apoyo al PLM debido a las diferencias ideológicas con Ricardo Flores Magón.

Fue afecto a los estudios filosóficos y espiritistas, siendo el primer comentador mexicano del libro Baghavad Gita. Al mismo tiempo que tecnificaba la agricultura, desarrollaba una tarea social entre los campesinos: construyó habitaciones higiénicas para sus obreros; aficionado a la medicina homeopática, se dedicaba a curar a los peones. Protegió y educó a numerosos jóvenes, a los que mandaba a estudiar a diversos lugares del país. Fundó, con su dinero, la Escuela Comercial de San Pedro; procuró fomentar la instrucción por todos los medios. Entre su familia gozaba de fama de poco práctico.

Desde 1904 interviene en las cuestiones políticas de Coahuila. Se le nombra presidente de un club democrático que lucha por la gubernatura de ese estado. Colabora en el órgano de ese centro, El Demócrata, en el que escribe artículos políticos, en los que difunde sus ideas sobre los derechos humanos, el voto, la libertad. Además, desarrolla una gran tarea proselitista entre los hacendados. También comienza a destacar en la oratoria popular.

En 1908 publica su libro “La sucesión presidencial en 1910”, en el que expone las principales cuestiones que se plantean al país. Alcanza éxito, pues está al alcance de todos. Más tarde lucha en el Partido Antirreeleccionista, que lo lanza como candidato a la Presidencia de la República. Desarrolló una valerosa campaña intensa en toda la República que le atrajo numerosos partidarios. Se le consideró un hombre de convicciones democráticas y de sincera preocupación social puesto que decidió hablar sobre la dictadura que vivía el país en la época, y se presentó como dirigente del partido antireeleccionista en las elecciones de 1910. Pero, como se esperaba, fue capturado durante su campaña y se le forzó al exilio. Fue encarcelado durante la campaña para las elecciones presidenciales de 1910 tras ser acusado de incitar una rebelión. Porfirio Díaz se alzó con la victoria. Fue puesto en libertad en noviembre de 1910 y escapó a Texas dando inicio a las hostilidades contra Díaz que supusieron el inicio de la Revolución Mexicana.

Es en el exilio donde parece que comprende que para ganar el poder y derrotar a Porfirio Díaz debe mover a la gente y redacta el plan de San Luis el 6 de octubre de 1910 que fue un programa político y social que dictaminaba una propuesta para alzarse en armas contra el régimen el 20 de noviembre de 1910. Es ahí cuando comienza la revolución. Decía su manifiesto: “Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al Gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefanda oligarquía científica, que sin escrúpulo y a gran prisa están absorbiendo y dilapidando los recursos nacionales, y si permitimos que continúe en el poder, en un plazo muy breve habrán completado su obra: habrá llevado al pueblo a la ignominia y lo habrá envilecido; le habrán chupado todas sus riquezas y dejado en la más absoluta miseria; habrán causado la bancarrota de nuestra Patria, que débil, empobrecida y maniatada se encontrará inerme para defender sus fronteras, su honor y sus instituciones”.

“Sufragio efectivo, No reelección.” Francisco I. Madero

En éste además pedía desconocer la reelección de Porfirio Díaz y anular las recientes elecciones además de regresar el anulado principio de no reelección recogido en la constitución de 1857 y de poner en duda la ley de territorios baldíos. Se fue a Estados Unidos y pronto la rebelión maderista comenzó a crecer; primero poco a poco, con la lucha iniciada en Puebla por Aquiles Serdán; después con gran ímpetu, con Pascual Orozco y Francisco Villa.
En ésta revolución se habrían de juntar los considerados líderes de la misma: Pascual Orozco, Pancho Villa y Emiliano Zapata. La revolución a pesar de sus problemas duró seis meses puesto que el sistema del gobierno de Porfirio Díaz había debilitado al ejército y así la revolución se extendió por todo el país.

Madero penetró a territorio mexicano y asistió a varios combates, entre otros el de Casas Grandes, donde resultó herido. Después asistió a la toma de Ciudad Juárez, que se dió hasta fines de mayo de 1911 cuando los rebeldes toman la ciudad Juárez y Díaz renuncia. Francisco I. Madero entra triunfalmente a la capital mexicana el 7 de junio. Después de la renuncia de Díaz, se convirtió en el máximo candidato para ocupar la presidencia, Madero esperó el interinato de Francisco León de la Barra para lanzar nuevamente su candidatura presidencial; primero lo hizo con el doctor Vázquez Gómez contra Díaz; y luego con José María Pino Suárez, a quien auspició el propio Madero. En las elecciones de noviembre fue electo  presidente de México, el 6 de noviembre de 1911. Su revolución triunfó y lo llevó a la presidencia de 1911 a 1913, pero se vio en problemas al intentar consolidar una buena relación con los líderes agraristas radicales y por los sectores conservadores y Estados Unidos.

Su gobierno estuvo conformado por personas que formaban parte del gabinete en el gobierno de Porfirio Díaz. Madero no brilló como un buen presidente que había prometido un cambio en todo el país. Prometió restituir a los campesinos las tierras que se les habían quitado por los hacendados pero no lo cumplió y tampoco apoyó a las clases marginadas, eso provocó varios enfrentamientos. Eso sí, antes de comenzar su gobierno, decidió dimitir a su puesto usurpado a la fuerza para ganar por medio de las urnas. Dicen que su mayor problema fue la perdida de cohesión del bloque social que lo había ayudado, el frente reaccionario compuesto de campesinos y clases urbanas. Así pues, unos creían que sus medidas eran muy suaves y la tierra debía expropiarse para ser devuelta, otros se enfocaban en mejorar laborales.

“Es mentira que todos podamos ser iguales; hay que darle a cada quien el lugar que le corresponde”. Francisco I. Madero

No fue capaz de llevar a cabo ninguna de las reformas políticas y sociales que había prometido debido a la oposición de algunos de sus partidarios y a sus propias limitaciones administrativas. Sobrevivió a varias insurrecciones, pero en 1912 estallaron rebeliones en el norte y en el sur de México protagonizadas por Pascual Orozco y Emiliano Zapata. Los esfuerzos de Francisco I. Madero resultaron mal, pues los enfrentamientos entre los revolucionares agraristas y los contrarrevoliconarios conservadores se unieron contra su gobierno. Emiliano Zapata fue el primero en levantarse contra el gobierno de Madero, creó el plan de Ayala donde lo acusaba de traidor y proponía como líder de la revolución a alguien más radical. Aun así, ese texto es muy importante porque sí estableció una reforma agraria consolidada y una distribución de tierras en base a la ideología política revolucionaría.

El general Aureliano Blanquet aprehendió personalmente a Madero el 18 de febrero de 1913; pesaba sobre él la versión de que en su juventud, se había encargado de darle el tiro de gracia al emperador Maximiliano. Permaneció en el cargo hasta el 19 de febrero de 1913. Se le dio el apodo de «Presidente Pingüica» a causa de su estatura. Así el 19 de febrero de 1913, el comandante en jefe del Ejército el general Victoriano Huerta ordenó su prisión y le obligó a renunciar. Francisco I. Madero junto con José María Pino Suárez fueron obligados a renunciar a sus puestos, el primero a la presidencia y el segundo a la vicepresidencia. Quien tomó el puesto de la presidencia fue Pedro Lascuráin sólo por 45 minutos y lo único que hizo fue nombrar a Victoriano Huerta secretario de gobernación.

Entre todos estos problemas el general compañero de Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, cobró poder y con la confianza de Madero como comandante de las fuerzas del ejército lo traicionó en lo que se llamó Decena Trágica, los acontecimientos violentos en México entre 9 y 19 de febrero de 1913. Con la ayuda de EE.UU Victoriano capturó a Madero y alegando que había intentado escapar, mandó a que lo fusilaran. Madero y José María Pino Suárez fueron asesinados cerca del Palacio Nacional en la Ciudad de México, cuando eran trasladados a la penitenciaría de Lecumberri el 22 de febrero de 1913.

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Alejandra Delgadillo
Egresada de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UPAEP. Colaboradora en El Sol de Tlaxcala. Reportera de Noticias en Grupo Acir Puebla, donde tenía a mi cargo las fuentes de Salud, Instituciones Asistenciales, Iglesias, Agrarias, Ecología y Empresariales. Participé en el área de prensa de la Delegación del ISSSTE Puebla. Las secciones que escribo son: Vida Sana, Cábalas y Tradiciones, Mamás y Algo Más, Feminismo Hoy, Salud, Economía, Ciudad y Seguridad, en Revista Única. Además, soy colaboradora del programa de radio Cinco Mujeres en Cinco Radio. Coautora del libro “Crónicas de Puebla, 50 años”.

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