La Organización Mundial de la Salud instauró el día mundial de la nutrición día para hacer conciencia acerca de que tan nutridos estamos, lo que conlleva hacer una reflexión sobre la manera en la que nos alimentamos.
Datos crudos para México “1 de cada 20 niñas y niños menores de 5 años y 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad” de acuerdo a la UNICEF.
Primero que nada vamos a explicar la diferencia entre comer, alimentarnos y nutrirnos, notaras que hay una gran brecha.
Alimentarnos es comer para sobrevivir, mientras que nutrir es un proceso en el que nuestro cuerpo obtiene los macro y micronutrientes necesarios para su correcto funcionamiento; la OMS define la palabra “nutrición como la ingesta de alimentos con las necesidades dietéticas del organismo” y comer es el hecho de introducir alimentos por la boca, de acuerdo a lo que señala el diccionario comer es: “tomar alimento por la boca, en especial un alimento sólido; masticándolo y tragándolo para que pase al estómago”.
Algo crudo pero sumamente real es que creemos que todo lo que comemos es alimento pero no es así; llegamos a consumir productos que en muchas ocasiones nuestro organismo le cuesta trabajo digerir como las famosas sopas instantáneas, las bebidas saborizadas, solo por mencionar algunos.
Recuerda que ser “gorditio” no significa que estés bien alimentado; en ocasiones llegan a presentar niveles de desnutrición además se ve reducida su inmunidad, por lo que la vulnerabilidad a desarrollar enfermedades; además de alterar su productividad y desarrollo físico y emocional.
Una nutrición saludable es crucial para prevenir el sobrepeso y la obesidad; así como enfermedades no transmisibles asociadas.
¿Qué es comer adecuadamente?
Es una alimentación que nos proporciona los requerimientos del organismo, en cuanto a energía y nutrientes, para cubrir sus necesidades y para que pueda funcionar correctamente.
No existe una dieta universal adecuada, sino que debe adaptarse a cada persona atendiendo a sus características personales y su estilo de vida: una dieta equilibrada no será la misma para una niño que para un adulto o una embarazada, ni para una persona que practica habitualmente deporte o para una persona sedentaria.
Existen varios tipos de nutrientes y todos cumplen su función específica. En el día mundial de la nutrición conoce cuáles son.
Una alimentación equilibrada es la clave para mantener una buena salud.
Las proteínas: son las encargadas de la formación y la regeneración del tejido muscular. También fortalecen nuestras defensas frente a infecciones y agentes externos y son las encargadas de transportar otro tipo de nutrientes, como las grasas.
Los hidratos de carbono, mejor conocidos como grasas: tienen como función principal obtener la energía necesaria para que el organismo pueda realizar funciones vitales como el bombeo de la sangre, el funcionamiento pulmonar o el correcto mantenimiento de la temperatura corporal.
Vitaminas y minerales: regulan los procesos del organismo para que funcionen correctamente y se eviten posibles trastornos y enfermedades.
La fibra: promueve el buen funcionamiento de los sistemas de evacuación de residuos del organismo.
¿Cómo logro alimentarme bien?
Lo mejor será comer de todo; cuando se dice que una alimentación debe ser variada se hace referencia a los alimentos que son saludables, incluyendo frutas y verduras, cereales preferiblemente integrales, legumbres, pescado, etc. De manera ocasional podremos comer algo fuera de estos parámetros.
Los productos que abundan por todas partes son ricos en grasas trans y alto contenido en azúcares, existen multitud de añadidos que también resultan perjudiciales para nuestra salud, así como los conservantes y estabilizantes o el cada vez más popular potenciador del sabor.
Alimentarnos saludablemente no es alcanzar un peso determinado o un canon de belleza establecido, sino aprender a proporcionar a nuestro cuerpo todos los nutrientes que necesita para que pueda funcionar correctamente y mantener a raya la aparición de enfermedades y dolencias.
Cereales integrales: como el arroz, avena, centeno; solo ojo verifica que la etiqueta de ingredientes y descarta por completo aquellos que llevan harina de trigo y un 5% de otro cereal.
La ventaja de incluir fibra, no solo hará que te sacies antes, sino que además favorecerá el tránsito intestinal. Sin embargo, puesto que los carbohidratos se transforman en glucosa en nuestro organismo para obtener energía, debes adaptar la cantidad que consumes a tu gasto energético.
Legumbres: son una fuente excelente de hidratos de carbono y proteínas, así que constituyen una opción adecuada si quieres reducir el consumo de carne.
Frutas y verduras: convierte las verduras en las grandes protagonistas de tus platos; son una fuente de vitaminas y minerales, imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo. Las frutas pueden ayudarte si te da hambre entre horas.
Más pescado y menos carne: aunque actualmente los niveles de ciertos minerales como el mercurio son más elevados; aun así los pescados, siguen siendo mejor opción que la carne. En caso de optar por pescado, lo mejor es que sea fresco y no enlatado, así evitas los conservantes.
Carne roja: limitar su consumo a una vez por semana, ya que tiene hormonas y antibióticos que se les da a los animales para el consumo humano; por lo tanto, no solo se trata de cuestiones éticas, sino de nuestra salud.
Limita la repostería industrial: lo mejor será prepáralo en casa, ya que si lees las etiquetas, comprobarás que la mayoría contiene azúcar entre los primeros ingredientes y si haces un recuento total, la cantidad que ingieres es muy superior a los límites máximos recomendados por organizaciones como la OMS.
