La onicofagia es el hábito de morderse las uñas de los dedos de las manos; puede considerarse una manía, así como tener una causa emocional y conductual, que en ocasiones se requiere de ayuda de profesional para corregirla».
En ocasiones no sólo se comen las uñas sino también la cutícula de la piel vecina, lo que llamamos los padrastros», advierten.
La onicofagia es un «signo de ansiedad» que la persona lleva a cabo como una manera de combatirlo; así mismo la Dra. Lourdes Navarro Campoamor, dermatóloga; sostiene que morderse las uñas con frecuencia ocurre en situaciones de:
“excitación, ansiedad o estrés, o bien en estados de aburrimiento o inactividad”
¿Qué consecuencias tiene la onicofagia?
Esta afección puede surgir por múltiples motivos, entre los que se encuentran la imitación, algo que se da en la infancia, también por baja autoestima o timidez, así como por problemas de ansiedad o nerviosismo, el cual se canaliza a través de esta práctica compulsiva de comerse las uñas.
Vicente Delgado, dermatólogo, afirma que morderse las uñas «no sólo genera problemas estéticos, sino que también puede alterar la forma de los dientes y afectar la salud de las uñas, ya que no crecen bien y se crean microtraumatismos», se pueden forman pequeñas heridas alrededor de la uña y producir inflamación y dolor en el dedo.
Al morderse las uñas pueden surgir uñas de menor tamaño, más finas y rugosas. Además, se producen alteraciones en la coloración (por traumatismo de repetición) y también inflamación de la piel que rodea a la uña. La onicofagia también puede derivar en infecciones por bacterias, hongos y virus.