Hoy como adultos contamos con herramientas emocionales y cognitivas maduras, por lo que podemos entender que sentirse insuficiente o poco valioso, es el resultado de un entorno que estuvo lleno de carencias o de una interpretación excesivamente rígida y crítica.
En ocasiones nuestra mente se vuelca para ser nuestro peor enemigo; pensamientos recurrentes como no soy lo suficientemente bueno, inteligente, talentoso o no soy tan valioso; son solo algunos ejemplos y cuando se llegan a profundizar y conectar contigo, surgen emociones dolorosas, vinculadas a muchas acciones cotidianas como las relaciones que mantienes en tu vida personal y laboral.
Sin duda que en la infancia se gesta la autoestima; lo que es un hecho es que cuando nacemos no nos sentimos inadecuados, sino que aprendemos a pensar que somos así. Por su puesto que las experiencias vitales y los patrones de apego, es decir, la forma que tuvieron de transmitirnos afecto nuestras figuras de referencia, de hacernos sentir valiosos/as son elementos esenciales. Por ello, en ambientes familiares donde los niños sufren malos tratos o desatención se produce una afectación sobre las necesidades básicas de seguridad, afecto, etc. Y van creciendo con la creencia del tipo “soy malo, por eso me merezco lo que me pasa”, o” hay algo que está mal dentro de mi”, etc.

Sin embargo no es necesario provenir de familias con estas características para sentirte de esta manera y poseer una autoestima baja, también influye la familia, escuela, sociedad y, en ese transcurso se dan errores y aciertos que están siempre mediados por nuestra interpretación particular y subjetiva.
Hoy como adultos contamos con herramientas emocionales y cognitivas maduras, por lo que podemos entender que sentirse insuficiente o poco valioso, es el resultado de un entorno que estuvo lleno de carencias o de una interpretación excesivamente rígida y crítica. Lo que es un hecho es que nuestra mente, se afana por protegernos para que podamos sobrevivir, y su objetivo es evitar que suframos más desilusiones, incertidumbres; si tuve una mala experiencia en el pasado, sea cual sea, mi cerebro puede decirme “no lo intentes no sirves para eso, pues ya lo intentaste y no salió bien”, pero párate y piensa, un solo resultado no puede definir si eres apto o no apto. Quizá sea cuestión de practica o de cambiar de forma de proceder.

Pautas para dejar de sentirte insuficiente
Si te sientes así por tu forma de pensar, la solución está en modificar ciertas creencias limitantes y evitar relacionarte contigo mismo por medio de la crítica continua; ya que esto coloca una gran barrera al momento de ver la realidad con todos sus matices y posibilidades.
Sin duda que la mente es sabia y es muy probable que te esté hablando de necesidades que no estás atendiendo; así que cuando aparezca un pensamiento que te indica que no eres lo suficientemente bueno, observa ¿qué emociones y sensaciones aparecen?, después reconoce y haz sitio a estas emociones, ya que es probable que aparezcan como mensajeras de una necesidad; en ocasiones la emoción trae consigo dolor, pero recuerda que es pasajero.
Aléjate de la necesidad de juzgarte y juzgar a los demás, finalmente un juicio es un pensamiento subjetivo. Observa qué emociones aparecen tras un juicio, suelen generar malestar.
No te compares con los demás: tu eres un individuo único y no tiene sentido fijarte en otras personas; somos seres imperfectos. ¡Céntrate en ti, así podrás cambiar!
Recuerda que el sentimiento de no ser suficiente es sólo un aprendizaje, no una realidad objetiva: si te vienen pensamientos muy negativos, no luches y no te identifiques con ellos, simplemente obsérvalos. Agradece a tu mente que trate de ayudarte, pero tú mejor que nadie sabes que no son consejos constructivos. Redirige tu atención hacia lo que realmente es importante para ti en ese momento y sigue adelante, pese a que a veces esos pensamientos aparezcan como compañeros de camino.
Para finalizar haz la siguiente reflexión:
¿Te amas?
Pudiera ser un poco fuerte la pregunta, pero podrías empezar por lo siguiente:
¿Cuido mi cuerpo? haciendo deporte, comiendo sano, proporcionándole el descanso que necesita, etc.
¿Cuido mi mente? sabes cómo relajar tu mente, no estar en lucha constante con los pensamientos, no estar cargado de negatividad, etc.
Si no te amas los pensamientos te indican que no eres suficientes; por ello es necesario ser compasivo/a y conectar con tus emociones, con esa parte tuya que quizá está lastimada y necesita cuidados, tal y como harías con un ser al que quieres. Recuerda que la carencia más fuerte de amor es la que tenemos hacia nosotros mismos.
