Es muy conocida esta frase de que los hombres siempre tiene ganas y están dispuestos para el sexo pero ¿Qué tan cierto es esto y cómo influye este pensamiento en nuestras relaciones?
En primer lugar, cabe aclara que confundimos respuesta de excitación con deseo sexual. Según los sexólogos, se trata de un mito fomentado por la estructura y prejuicios de nuestra sociedad, en la que se ha permitido menos y (a veces nada) a las mujeres expresar o mostrar su deseo sexual.
Una cosa es la respuesta de excitación y otra el deseo sexual. La primera constituye la fase inicial para llegar al orgasmo y suele ser más rápida en los hombres. La segunda depende de unas áreas muy sensibles de nuestro cerebro que determinan el tipo de respuesta a los estímulos sexuales.
Los expertos explican que, efectivamente, los hombres logran excitarse en menos tiempo que las mujeres en términos generales porque la respuesta de excitación de las mujeres requiere de más estímulos a causa de muchos factores: hormonas, circunstancias emocionales, educación, preconceptos, etcétera.
Entonces al confundir ambas nociones, concluimos que las mujeres tienen menos deseo sexual, siendo esta una idea general y sin base. Los expertos coinciden en que cada persona vive su sexualidad de manera diferente e única, independientemente del género.
¿Qué afecta al deseo sexual?
Los factores que pueden afectar al deseo sexual son muchos tanto en hombres como en mujeres. Influyen tanto aspectos psicológicos (cansancio, estrés, depresión, ansiedad, vergüenza, miedo al fracaso) como físicos (enfermedades, alteraciones neurológicas o problemas hormonales).
Y aún existen más factores externos como la alimentación, el insomnio, la menopausia, la ingesta de alcohol, los energizantes o las drogas. Y si a esto añadimos los condicionantes sociales como la educación, religión, cultura, experiencias previas, expectativas, prejuicios o preconceptos, será fácil entender que es una situación compleja que no tiene que ver simplemente con el género.
En el caso de las mujeres, el cansancio afecta mucho si se tienen muchas responsabilidades diarias dentro y fuera de casa, ya que muchas mujeres combinas el trabajo como profesional, sumado a el cuidado de la familia y pendientes de la casa.
En el caso de los hombres también hay muchos elementos que afectan negativamente al deseo sexual como el trabajo, el estrés, los problemas con la pareja, los cambios hormonales que impliquen una disminución de testosterona o la ausencia de ejercicio físico.
Otro dato que debemos tomar en cuenta es que el deseo sexual aumenta a medida que nos hacemos mayores hasta alcanzar en la mediana edad el punto álgido. Esto se debe a que expresamos nuestra sexualidad de forma más madura. En la adolescencia la libido sé dispara, pero es en la etapa adulta donde se suele experimentar más apetito sexual porque el sexo comienza a vivirse con menos vergüenza y pudores.
Qué hacer si mi deseo sexual o el de mi pareja disminuye
Para alentar nuestro deseo sexual lo primero y más importante es cuidar nuestro estado físico y psicológico, para lo que habrá que prestar atención a la alimentación y a la práctica de ejercicio.
Si se percibe que el deseo sexual ha disminuido o está ausente, conviene visitar a un ginecólogo o urólogo para descartar cualquier causa orgánica o fisiológica.
Consejos y recomendaciones
En términos generales hay determinadas conductas o ideas que ayudan a despertar el deseo y que conviene tener siempre presentes. Estas son algunas de las recomendaciones que ofrecen los sexólogos:
Entrenar la comunicación sexual. Es fundamental saber qué es lo que le gusta a cada uno y qué no, conocer más al otro y nos servirá para comunicarle qué zonas son las que más placer nos dan.
Salir de la monotonía. Proponer cosas novedosas para hacer juntos, como hacer realidad alguna fantasía, probar nuevas posturas, incluir juegos y juguetes eróticos, incluso podemos incorporar fantasías siempre que ambos estén de acuerdo.
Reconectar con el cuerpo y cuidarlo, tanto el propio como el del otro, a través de masajes, caricias y besos, porque los rituales son importantes. Por su parte, el autoconocimiento, que se logra con la exploración hasta donde cada uno quiera llegar, es fundamental.
Y recuerda que en el sexo como en la vida, no debes dar por hecho o asumir nada, la comunicación, confianza y práctica harán a los maestros.