viernes, marzo 29, 2024
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Julio César instauró el calendario juliano

Político nato que durante toda su vida tuvo muchos enemigos.

En esta ocasión en Única te vamos a hablar de un militar y político de la época de la República Romana, Julio César, estiman que nació el 13 de julio del años 100 a. C. en Roma, dentro de una familia patricia, la gens Iulia, que presumía ser descendiente de Iulus. Este de acuerdo a la mitología romana, era nieto de la diosa Venus. Su nombre Cayo Julio César, desde muy pequeño se inclinó por aprender literatura griega y romana con maestros especializados en esta materia. Por los escritos sobre Julio César, se cree qué en este periodo inició con sus dotes de oratoria. Los antepasados de Julio César no habían llegado a lo más alto del cursus honorum. Esto ocurrió con el matrimonio de su tía Julia con el líder del partido popular, Cayo Mario, así César y su familia se empezaron a rosar con los políticos de Roma.

Así cuando César tenía 15 años, esto fue en el año 85 a.C., tomó como esposa a Cornelia, hija de uno de los dirigentes del partido de los populares. Gracias a esta unión, Julio César terminó por adentrarse en el núcleo político romano. Ese mismo año, fue nombrado flamen dialis, que significa ser sacerdote del dios Júpiter. El padre del joven Julio César murió. Durante el año 84 a.C., el general Sila, líder de los conservadores, volvió a Roma. Terminó con parte de los políticos populares y amenazó a Julio César. Este, antes que ceder a sus amenazas, optó por exiliarse a Asia. Tras unos años nada seguros para César en Asia, consiguió el perdón de Sila a través de intermediarios. Volvió a Roma en el 78 a.C., cuando Sila falleció.

En cuanto a su carrera miliar y política, a su regreso a Roma, como político nato, se desarrolló como abogado hasta el año 71 a.C. aproximadamente. A partir de entonces fue cuando empezó su cursus honorum al ser nombrado tribuno militar y, poco después, pontifex o pontífice. Para el año 65 a.C., se convirtió en edil. Dos años después, el cargo de pontifex maximus quedó libre y se le asignó a César. En el 62 a.C., le nombraron pretor y precónsul en Hispania. Fue en el 60 a.C. cuando Julio César se unió a dos hombres muy poderosos de Roma: Pompeyo y Craso. Así nació lo que se conoce como el triunvirato. En el 59 a.C., Julio César fue nombrado cónsul junto con otro político romano, Bíbulo, que quedó relegado a un segundo plano. Las decisiones políticas de Roma las tomaba el triunvirato. Los primeros años del triunvirato se hicieron aún más fuertes por el matrimonio de César con Pompeya, la hija de Pompeyo. Sin embargo, al poco tiempo la repudió por creer que le había sido infiel, algo que nunca se ha podido probar. A pesar de no condenar a su esposa por adulterio, la dejó con la famosa frase “la mujer del César no solo tiene que ser fiel, sino parecerlo”. Se tiene la creencia de que Julio César admiraba a Alejandro Magno. Quería expandir el poder de Roma como lo hizo el macedonio con Grecia. El primer territorio que quería someter a Roma eran las Galias. La llamada guerra de las Galias, liderada por el romano, se desarrolló entre el 58 a.C. y el 51 a.C. Sometió lo que hoy son Francia, Bélgica, y parte de Holanda, Alemania y Suiza. Con estas conquistas, Julio César se aseguró la creación de un ejército que le fuera fiel. Fue así como pretendió fortalecer su posición militar y política. Toda esta expedición la relató en De bello gallico, una de las dos obras que se conservan del romano.

A partir del 53 a.C. el triunvirato comenzó a debilitarse. Mientras César estaba en plena lucha en la Galia, Craso murió en batalla en la guerra contra los partos y Pompeyo empezó a gobernar en solitario. A su vuelta de la Galia, Pompeyo comenzó una batalla contra él que desató en la guerra civil de Roma. Este acontecimiento se desarrolló en tierra y mar, desde Hispania hasta Egipto. En Egipto se libraba otra guerra por el reinado entre Ptolomeo XIII y Cleopatra. Pronto Pompeyo tomó parte por el primero, mientras que Julio César lo hizo de Cleopatra, con la que tuvo un hijo: Cesarión. Más tarde, Ptolomeo XIII traicionó a su aliado romano y lo mató en una emboscada. Le envió su cabeza a Julio César con la esperanza de acercar posturas, algo que no sucedió. La guerra civil romana acabó en torno al año 46 a.C., con la victoria de Julio César tras derrotar a los últimos apoyos de Pompeyo en Hispania. Fue así como el Senado romano lo nombró dictador.

Durante su mandato como dictador, Julio César reorganizó el estado romano. Algunas de las reformas que impulsó fueron una mayor vigilancia para evitar abusos de poder en las provincias y aumentó la construcción de obras públicas. Además, instauró el calendario juliano, en el que establecía que un año tenía 365 días y 6 horas. Fue el que se utilizó en Europa hasta en siglo XVI. A pesar de las reformas, no todos veían a Julio César con buenos ojos. Muchos eran los que creían que se convertiría en un rey tirano y que, influido por Cleopatra, establecería Alejandría como nueva capital. Conocedor del odio que despertaba y de las confabulaciones que existían en torno a él, siempre rechazó ser rey. Sin embargo, pronto se extendió el rumor de que aceptaría el cargo. Para que esto no sucediera, un grupo de personas, entre los que se encontraba su hijo adoptivo Bruto, lo asesinó en el Senado en los idus de marzo del 44 a.C. Fue aquí donde Julio César pronunció la famosa frase “¡Tú también, Bruto, hijo mío!”. Julio César fue despedido por la población en 20 de marzo de ese mismo año. Inmediatamente después se desató una nueva guerra civil que acabó con la República y dio pasó al Imperio.

Te decimos algunas curiosidades de Cayo Julio César:

El rey de Bitania se enamoró de Julio César. Cuando Julio César era muy joven, era un muchacho excepcionalmente atractivo: atlético, ojos negros, piel pálida, rasgos femeninos… tanto era así que el rey de Bitania se enamoró perdidamente de él: lo convirtió en su amante, vistiéndolo y maquillándolo como una mujer.

El César engrandecía sus orígenes. Julio César era tan engreído como orgulloso, tanto es así que gustaba de engrandecer sus humildes orígenes, diciendo incluso que descendía de reyes y de dioses, nada más y nada menos. Según él, los Julios descendían de la diosa Venus, de ahí su belleza y su valentía.

La peluca del emperador. Su juventud estuvo habitada por grandes conquistas y amoríos, pero llegada la madurez a Julio César le llegó lo mismo que a casi todos los hombres de su edad: la calvicie. Algo realmente trágico para una personalidad como la suya ¿Cómo soportar esa pérdida de pelo? Tras ser rechazado en numerosas ocasiones por el jefe galo Vercingétorix, un hombre del que se había enamorado, no lo dudó un segundo: ordenó que lo estrangularan. y aún más…que le elaboraran una peluca con el rubio cabello del muchacho.

Un César ambicioso. Tanto el poder y su ansias nunca parecían encontrar límite, siendo cónsul junto con otra persona, Bíbulo, se encargó de ser él quien tuviera todo el dominio del Estado, de él partía la soberanía y la autoridad. Tanto es así que entre la ciudad se hacían circular los siguientes versos: “Nada es de Bíbulo, todo es de César, porque nadie recuerda lo que aquel cónsul ha hecho».

Tenía muy buena condición física. Tenía la fuerza y la resistencia de mil hombres, nadie se lo explicaba. Precedía siempre a su ejército, le gustaba ir a pie atravesando grandes distancias. Era un excelente nadador e increíblemente hábil en las armas.

Fue un excelente escritor. Cayo Julio César era además un excelente escritor, de hecho su obra lo coloca hoy en día como uno de los referentes de lengua latina gracias a «De bello Gallico» y «De bello civili», donde habla de sus campañas en la Galia y de la guerra civil.

Admirador de Alejandro Magno. Admiraba profundamente a Alejandro Magno, aunque más que admiración era profunda envidia. Siempre lamentó no haber logrado sus mismos éxitos a la misma edad que el joven héroe macedonio.

El calendario del César. Julio César llegó a cambiar el calendario, adaptándolo el año solar, de ese modo se estableció en los presentes 365 días, alternándolo cada cuatro años un día. Pero eso sí, para que todo le encajase el famoso dictador llegó a intercalar dos meses, entre noviembre y diciembre.

Un hombre valiente y audaz. En la guerra de Alejandría, Julio César demostró una gran proeza: hubo de saltar al mar para salvar su vida nadando durante casi una hora hasta llegar a su embarcación, pero eso sí, lo hizo con la mano derecha fuera del agua para proteger unos documentos muy importantes.

Julio tiene su propio mes. Tras la muerte del Julio César el senado romano aprobó, en el año 44 antes de Cristo, que se cambiara el nombre de Quintilis, el quinto mes del año, por Julius o Julio, en honor al emperador romano, pues en este mes había nacido el gran político. Se trata de uno de los pocos hombres que cuentan con su propio mes.

Fue secuestrado por piratas. Cuando este contaba con 25 años fue secuestrado por piratas mientras iba en barco hacia la isla de Rodas. Por su rescate, los piratas pidieron 20 talentos, cifra que ofendió al futuro emperador. Una vez liberado, Julio César organizó una flota naval, capturó el refugio de los piratas y ordenó su crucifixión, no solo por haberlo secuestrado sino, sobre todo, por haberlo ofendido al pedir tan poco por su rescate.

El poeta que odiaba al César. Julio César tuvo muchos enemigos a lo largo de su vida. De hecho, su muerte es uno de los grandes ejemplos de ello. No obstante, uno de sus enemigos más curiosos no fue uno mortal, sino literario: el poeta Gayo Valerio Catulo, quien escribió mucho contra el gobernante romano. De hecho, el mismo César intentó hacer las paces con este gran poeta, debido al respeto que le tenía a su obra, pero Catulo nunca acepto ningún acercamiento del César.

Los amores del César. César se casó con su primera esposa, Cornelia, en el 84 a.C cuando era apenas un adolescente. La pareja tuvo una hija, llamada Julia, en el 76 a.C. Años después Cornelia fallecería y César contrajo un segundo matrimonio con Pompeya, nieta de Sila. En un evento estrictamente reservado para las mujeres, un joven noble acabaría colándose disfrazado de mujer, siendo descubierto a lo largo de la noche. Sin embargo, el escándalo provocó rumores que señalaban a Pompeya con el misterioso joven, por lo que, a pesar de no saber si esto era cierto, César decidió divorciarse de ella, argumentando que “la mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo”. Contrajo matrimonio una última vez. Se casó con Calpurnia y permaneció con ella hasta el día de su muerte. También tuvo muchas amantes, siendo su favorita Servilia, con la que estuvo más de 20 años. Además de estas mujeres, se cuenta que Julio César contó con diversas amantes a lo largo de su vida, entre los cuales se encuentra la relación entre Julio César y Cleopatra; con la que tuvo un hijo Cesarión.

Las grandes batallas. Julio César fue un gran líder político, sino también un excelente militar. De hecho, en la batalla de Munda, la última gran batalla contra las fuerzas pompeyanas, César luchó como un soldado más entre los suyos para brindarle coraje y fuerza a sus hombres. Es por estos pequeños hechos que Julio César ha sido tan recordado.

El gran literato. César hizo muchas contribuciones a la literatura, no solo por lo que escribió, sino a través de sus ideas revolucionarias. Por ejemplo, se le atribuye a él el primer periódico, una especie de reporte de las sesiones del senado y otros informes. Por otro lado, fue él también quien inventó el libro tal y como lo conocemos hoy, pues en sus tantos viajes le incomodaba cargar tantos papiros en forma de rollo, y diseñó un modelo en el cual las hojas iban unas junto a otras, cocidas, que le resultaba más cómodo durante sus viajes.

Leyendas que aun están presentes. Muchas eran las mujeres que morían en la antigüedad por dar a luz. La madre de César no fue una de ellas. El parto fue natural y Cayo Julio César vendría al mundo el 13 de julio del año 100 a.C. Su madre Aurelia vivió hasta el 54 a.C. La leyenda de que la palabra “cesárea” procede de cómo nació Julio César es tan solo eso: un mito.

Julio César fue asesinado en el Senado víctima de una conspiración. Era el 15 de marzo del año 44 a.C. La acción fue orquestada por un grupo de senadores opuestos a los objetivos del César. Así, Cayo Casio, Marco Junio Bruto, Décimo Junio y decenas de personas más apodadas “Libertadores”, aprovecharon los idus de marzo para asestar los primeros golpes y varias puñaladas que acabaron finalmente con su vida en una plaza muy transitada del centro de Roma. Julio César recibió un total de 23 heridas, pero solo una de ellas resultó mortal; eso sí, se defendió y consiguió herir a Marco Bruto en el muslo con un punzón.

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