Hoy hablaremos del dicho de «Falso feminismo» y, aunque hay varios casos mediáticos al respecto, hablaremos del caso del beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso en el mundial de fútbol femenil.
Este año presenciamos el Mundial femenil con grandes enfrentamientos, registrando un récord de 1,120 millones de espectadores (FIFA, 2023). Las mujeres finalmente tuvieron representación en el futbol.
Un evento que cambió la perspectiva en este deporte, y enalteció la importancia de contar con mujeres representantes. Un evento que llenó estadios encendió la euforia, y valoró el esfuerzo de todas ellas que forman parte de esta disciplina.
A pesar del gran empoderamiento y el arduo camino que han construido las mujeres en el futbol, se suscitó un evento que estremeció a todos.
En el auge de la celebración de las campeonas del mundo, el presidente de la RFEF vulneró los derechos de una de las jugadoras, abusando de su cargo de poder.
El beso de Rubiales a Jenni Hermoso no fue un acto de “emoción”. Fue un acto agresión sexual en contra de ella; dañando su dignidad, infravalorándola, y aprovechándose de la situación en el momento más importante de su carrera.

Justificar lo indefendible por parte de Rubiales se hizo a través de un llamado “falso feminismo”, significado que nos da un hombre, no aliado, y abusador, sobre lo que es el feminismo.
Rubiales optó por el machismo reaccionario de culpar a las “falsas feministas” y “la falta de libertad”. Rubiales apunto en su discurso a la lógica típicamente antifeminista: el feminismo actual busca la ruina masculina, persigue a hombres injustamente y busca jodernos la vida.
Después de toda la polémica y el ámpula que levantó, Rubiales no ha dimitido. De hecho, ha hecho todo lo contrario: ha convertido la comparecencia en un polémico discurso antifeminista.
“El beso, el pico, más un pico que un beso”. Así, Luis Rubiales comienza quitándole importancia al beso que le dio a la futbolista Jennifer Hermoso en la entrega de medallas. En lo que sigue, Rubiales despliega una ristra de argumentos victimistas, y en gran medida falsos, justificando que el beso fue un beso “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”. Según él, le pidió a Hermoso el beso antes de dárselo y según él, ella lo aceptó. (Aquí su declaración)
Lamentablemente, esto va mucho más allá. Lo sucedido el pasado 20 de agosto demuestra el poco respeto que se sigue teniendo por las mujeres, por sus derechos y sus cuerpos.

Aunque el todavía presidente de la RFEF se aferre a su silla, hay una sociedad que gracias a la toma de conciencia feminista no va a permitirse dar un paso atrás.
Este suceso visibilizó la realidad que miles de mujeres sufren día a día. De acuerdo con el INEGI más del 54% de las mujeres han sufrido agresión sexual en sus trabajos.
En 2022, 66 mil 581 mujeres se vieron obligadas a abandonar su trabajo por acoso laboral, esto sin contar con aquellas que se han visto forzadas a callar. En pleno 2023, y a pesar de los grandes retos que las mujeres hemos enfrentado, se continúa persiguiendo la igualdad, ser tratadas con equidad, la defensa y protección de nuestros derechos.
Debemos continuar luchando por erradicar todo tipo de violencias, abusos y acosos. Abandonar tu carrera, tus sueños y tu seguridad, cambiar y adaptar tu vida por miedos, acosos, violencias y violaciones, no es vivir.
Como mujeres sufrimos y vivimos diariamente discriminación y machismos, ante los cuales hemos aprendido a responder y continuar por las constantes indiferencias.
A pesar de ser observado, la revictimización y justificación permea. Porque, tristemente, casos como estos suceden diariamente, y miles de personas mantienen su indiferencia. Porque, si no te incomoda una agresión así, es porque eres parte del problema.
La normalización de un delito no exime el delito. Merecemos sentirnos seguras en nuestra vida diaria, en nuestro entorno, en nuestros trabajos.
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