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Sexismo y feminismo en el mundo de los videojuegos

Como en muchos ámbitos que están reservados para lo masculino, en el mundo de los deportes y en los ámbitos tecnológicos seguramente has escuchado la frase: Jugar como una chica.  Hoy hablaremos de sexismo y feminismo en el mundo de los videojuegos.

El libro ‘Play Like a Girl’ pone sobre la mesa la tensa relación que siempre ha habido entre las mujeres y el sector del ocio digital.

Se han hecho algunos intentos por sensibilizar la industria del ocio digital. Pero las feministas actuales no ven muchos avances en esta industria, que necesita ser destruida para ser construida de nuevo.

Necesitamos destruir la industria del videojuego para crear una nueva, de manera completamente diferente, afirma Marina Amores, conocida como Blissy (Mallorca, 1991).

Comunicadora y periodista, activista feminista y especializada en videojuegos y género, acaba de publicar el ensayo Play Like a Girl (Libros Cúpula), en el que radiografía la relación que el mundo de los videojuegos ha tenido hasta hoy con las mujeres.

Lo cierto es que ha sido una relación, cuando menos, complicada desde hace mucho. En los 90, los juegos eran un artefacto creado por hombres blancos heterosexuales para hombres blancos heterosexuales, la representación de las mujeres caía en la hipersexualización y la imagen de las jugadoras era directamente ridiculizada.

Esto no era una mera cuestión formal o de representación, sino que esa cosmovisión fue permeando en las propias empresas, en la industria y en la prensa especializada descartando, ignorando o boicoteando la labor de las mujeres en el sector en un movimiento cuyas consecuencias pueden verse en la actualidad.

Mucho ha cambiado desde entonces, pero, no es suficiente. Hoy en día la industria y los creadores han tomado conciencia.

Los juegos para smartphone y Nintendo, han sido clave para comenzar a recorrer el camino de la evolución, “pero durante el cambio que ha habido en estos 10 últimos años ha sido fundamental el discurso feminista”.

En la última década el porcentaje de jugadoras (de un total de 18 millones de jugadores) asciende ya al 47%. (solo en España)

“Hostil”. Si se le pide concretarlo en una palabra, Amores tiene claro cómo es el sector de los videojuegos con las mujeres.

Y en su libro desglosa una lista de agravios que van desde tratar a las jugadoras como niñas hasta las azafatas de las ferias, y que llega hasta glosar las últimas reivindicaciones del feminismo para el sector.

El ensayo es a veces tan crudo a la hora de pintar el panorama femenino en los videojuegos que puede llegar a echar para atrás a las mujeres que piensen dedicarse a ello, pero la labor arqueológica que hace de recuperación de nombres femeninos borrados, de proyectos boicoteados, carreras truncadas y descubrimientos a posteriori.

El libro de Amores aborda la problemática desde tres lugares: la mujer como desarrolladora, la mujer como consumidora de juegos y una tercera parte, más personal, en la que habla de las redes, el marketing y otras esferas que se solapan con los juegos y de las que ella ha sido parte integrante.

Si se le pregunta a la autora si es optimista, si cree que la situación de las mujeres mejorará, o si hay un hueco para las mujeres activas en el sector o en la prensa, responde que no, aduciendo las malas condiciones del sector.

Y con respecto al feminismo, soy pesimista. Estoy cansada mentalmente, me siento sola, estamos muy vetadas, no se nos quiere, no se quiere colaborar con nosotras, explica.

El sector cree que somos problemáticas, que las feministas públicas somos las malas de la película, Aunque deja un resquicio de esperanza: “Soy pesimista con respecto a las que estamos ahora, pero hemos allanado el camino para las que vengan después”. No es poca cosa.

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Aline Paz
Me considero una mujer librepensadora, sin ganas de convencer a nadie, pero con ánimo de cuestionar. Licenciada en Filosofía por BUAP y Maestra en Alta Dirección e Inteligencia Estratégica. En el ámbito educativo participé en diversos congresos académicos como revisora y ponente; además, colaboré con edición y artículos en revistas universitarias y empresariales. Así como en revistas independientes, culturales y de cine. En el ámbito laboral me he desempeñado en el sector público, en un área que me gusta, dependencias de asistencia social, en los tres órganos de gobierno, en temas de planeación y evaluación. En Revista Única soy miembro fundador y colaboro en las secciones de Sexualidad, Travel, Cultura, Tecnología y, con especial convicción, en temas de Feminismo.

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