En nuestro andar diario, muchas veces olvidamos detenernos a apreciar la belleza de nuestras calles poblanas. Una de ellas es la 43 Oriente-Poniente, una vialidad que alberga restaurantes, farmacias y comercios tradicionales. Pero hay algo más que la hace especial: en su camellón central, entre la 9 Sur y Bulevar 5 de Mayo, se encuentra el Paseo de los Hombres Ilustres, un corredor con 17 bustos de personajes como reconocimiento por su trayectoria política, académica, cultural o social.
Hoy, en Revista Única, te invitamos a conocer a algunas de estas figuras históricas. Lamentablemente, el paso del tiempo y el vandalismo han deteriorado algunos bustos que están rotos, otros sin nombre o incluso sin placa. Este paseo, que fue creado para honrar la memoria de grandes personajes, corre el riesgo de convertirse en el «Paseo de los Hombres Olvidados».
Algunos de los hombres y mujeres que marcaron historia:
Miguel Cástulo Alatriste Castro
Nació en Puebla en marzo de 1820 y fue fusilado el 11 de abril de 1862. Fue abogado, militar y gobernador del estado. Destacado defensor de la causa liberal, participó activamente en la Guerra de Reforma (1858-1860). Su pensamiento y legado influyeron en la lucha revolucionaria de los hermanos Serdán, quienes eran sus nietos.
José Luis Rodríguez Alconedo
Originario de Atlixco, nació el 23 de junio de 1761 y fue fusilado en Apan, Hidalgo, el 1 de marzo de 1815. Fue orfebre, pintor y revolucionario criollo. Durante la Guerra de Independencia colaboró con el general Ignacio López Rayón, utilizando sus conocimientos en metalurgia para la fabricación de armas para el movimiento insurgente.
Gregorio de Gante
Nacido en Tecali de Herrera el 7 de julio de 1890, falleció el 30 de septiembre de 1975. Fue un gran promotor de la educación y la cultura en Puebla. Recibió diversos reconocimientos por su labor como poeta y educador. Su obra literaria incluye piezas como el poema «Piropos al Rebozo», del cual compartimos un fragmento:
«Bien mereces, Rebozo, que te festejen con sus estallidos fugaces, los cohetes de mi gozo;
bien mereces, Rebozo, la caricia de las manos que son nuestra delicia;
que te besen las bocas que a nosotros nos besan, en las locas horas de la ilusión…»
José Joaquín Izquierdo Raudón
Nació el 8 de mayo de 1893 y falleció el 16 de enero de 1974. Fue médico egresado del Colegio del Estado (hoy BUAP), investigador reconocido a nivel nacional e internacional, historiador y catedrático. Especialista en fisiología, publicó diversos libros fruto de su trabajo científico.
Carmen Caballero Camarillo de Cortés
Nació en Acatlán de Osorio en 1911 y falleció el 7 de marzo de 1991. Fue activista política incansable a favor del voto femenino y los derechos de la mujer. Presidió la Agrupación de Mujeres Poblanas, reunió a más de 50,000 mujeres en apoyo a esta causa. Gracias a su gestión, el presidente Adolfo Ruiz Cortines respaldó el sufragio femenino durante su sexenio. También fue regidora, diputada suplente y presidenta municipal de Tetela de Ocampo.
Enrique Benítez
Nació en Puebla el 5 de enero de 1887 y murió en 1977. Fue empresario, industrial, filántropo y uno de los más grandes benefactores de la ciudad. Impulsó la creación de instituciones educativas, culturales y de beneficencia. Propietario del antiguo molino de Huexotitla (el más antiguo de América en funcionamiento hasta 1979), cedió voluntariamente gran parte de sus tierras para el desarrollo urbano. En esos terrenos se encuentra hoy el Jardín Huexotitla, ubicado entre la 43 Oriente, la Diagonal 41 Oriente y la Privada 16 de Septiembre.
Otros personajes representados en el paseo:
• Adela Márquez
• Rafael Hernández
• Delfino C. Moreno
• Issac Ochentero
• Gil Jiménez
• Darío Fernández
• Salvador Lobato
• Félix Biestegui
• Arturo Fernández
• Manuel Vergara
• Lino Espinosa
• Humberto Ferniza
Este corredor es más que un camellón con esculturas: es un espacio de memoria colectiva. Un homenaje silencioso a quienes ayudaron a construir la historia y la identidad de Puebla.
Es urgente restaurar y preservar este espacio, no sólo como parte del patrimonio urbano, sino como reconocimiento a quienes merecen ser recordados. Que el Paseo de los Hombres Ilustres no se convierta en el paseo de los nombres perdidos.















