En Revista Única te damos la receta para preparar unas magdalenas caseras esponjosas.
Tienes que consentir a tu familia a la hora de la cena con estas deliciosas magdalenas casera esponjosas. Esta es la receta.
Ingredientes:
3 huevos.
50 mL de leche.
125 g de azúcar.
200 g de harina.
2 cucharadas y media de postre de levadura.
100 mL de aceite.
Media cáscara de ralladura de limón.
Moldes de papel para magdalenas.
Instrucciones:
Precalienta el horno a 180° C.
Separa las claras de las yemas de los 3 huevos. Coloca las claras en un recipiente y monta a punto de nieve. Reserva.
Coloca las yemas en un recipiente y añade 125 g de azúcar. Bate hasta que la mezcla tenga un color más claro y añade la ralladura de limón.
Vierte en esta mezcla el aceite e integra. Añade la leche y vuelve a mezclar.
Coloca en un recipiente la harina y mezcla con la levadura. Agrega poco a poco a la mezcla y revuelve sin que queden grumos.
Con mucho cuidado, añade las claras a punto de nieve. Remueve y evita que bajen las claras.
Para colocar la mezcla en los moldes, puedes valerte de una manga pastelera. También puedes hacerlo con una bolsa para congelar abriendo una de las puntas. Rellena los moldes hasta ¾ de su capacidad.
Introduce los moldes con las magdalenas en el horno. Deja hornear por 15 minutos o hasta que las magdalenas estén hechas. Deja enfriar.
Historia de las magdalenas.
La magdalena, también conocida como madalena, es un pequeño bollo tradicional de España y Francia. Sin embargo, su origen es incierto.
Este pequeño pan tiene forma de concha, que se obtiene cociéndolas al horno en una placa metálica que tiene agujeros que le dan su forma. Actualmente, se hacen en pequeños moldes de papel rizado o de silicona.
Suelen confundirse con los muffins o los cupcakes, pero suelen variar en los ingredientes y sus proporciones.
Algunas curiosidades de este pan.
El panecillo aparece en la famosa novela de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, en la cual el narrador recobra la memoria de su infancia después de oler y comer una madalena.
De acuerdo a una versión, su nombre podría deberse a una joven criada llamada Madeleine Paulmier, que elaboró estos pastelitos en el castillo de Commercy,
Otra teoría se remonta a la época de los peregrinajes de Santiago de Compostela: una joven llamada Magdalena les servía a los peregrinos unos pastelitos en forma de concha, símbolo de este peregrinaje.
Imagen Cocina Fácil. @
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