La kunyaza es una técnica cuyo objetivo es únicamente que la mujer alcance el orgasmo.
Nacida en África Central, esta técnica milenaria se transmite de generación en generación a los hombres según explica el sexólogo africano Nsekuye Bizimana en su libro Kunyaza, y tiene a la mujer como protagonista absoluta, pues centra por completo la atención en el placer y más concretamente en el squirting.
Para ellos ese líquido es casi sagrado, imprescindible en sus encuentros sexuales. Los padres explican a sus hijos cómo conseguir que “brote agua” de sus parejas.
La palabra kunyaza nació de una leyenda, la del rey Kamagere y su reina. En una de las salidas del rey, ella se sentía sola y buscó un compañero sexual entre la guardia real. El guardia, nervioso por las posibles represalias del rey fue incapaz de penetrarla y comenzó a frotar su pene contra los genitales de la reina.
¿En qué consiste la técnica sexual Kunyaza?
La Kunyaza consiste en estimular las terminaciones nerviosas de la vulva (de todas, no solo del clítoris) con el glande del pene o con los dedos, pero puede usarse también algún juguete sexual para lograr el objetivo. Es como cuando hacemos el famoso petting, ese roce de genitales pero esta vez con ropa fuera y solo usando el glande.
Es importante la lubricación en esta técnica, así que es más que recomendable que utilices un lubricante con base de agua para que la experiencia sea más placentera y evites fricciones o roces molestos tanto para ti como para tu pareja.
Una vez lubricados, la mujer se colocará boca arriba (también puedes probar con la postura del perrito), y el hombre comenzará a usar su glande para acariciar la vulva. La clave es que el hombre use su mano para dirigir el movimiento y pase por labios mayores y menores con leves caricias hasta el clítoris.
Movimientos circulares, en zig zag, arriba y abajo… Da igual cómo sean, siempre que se trate de movimientos delicados, suaves, y en ningún caso con penetración. Puedes acompañarlo de caricias por todo el cuerpo, besos o cualquier juego que aumente la excitación al máximo. Puede servir practicar el slow sex para conseguir que la excitación se eleve hasta lugares inimaginables.
Si quieres, cuando estés a punto de llegar al clímax puedes probar la penetración, esta vez ligera y apenas perceptible. Tu pareja solo usará el glande, como en esa expresión que dice «la puntita nada más». Y sí, para él la técnica es también muy excitante.
Si finalmente no se produce el squirting que tanto ansían los ruandeses no te preocupes. Según los expertos no todas podemos tenerlo ya que requiere de una estructura y de una anatomía que no todas tenemos igual desarrolladas. Pero lo que sí es seguro es que con esta técnica nuestro placer está garantizado.
Cine
El documental Sacred Water es la ópera prima del director belga Olivier Jourdain, que se centra en la sexualidad en Ruanda y en cómo los hombres utilizan desde hace siglos.
Con información de Trendencias.