En Revista Única te hablamos del dios maya Kukulkán quien lleva el sobrenombre de «dios de la voz poderosa».
En esta ocasión hablaremos de el dios más importante de los mayas Kukulkán (k’u uk’ ulkan), su nombre significa serpiente emplumada se le considera como el supremo hacedor del Universo, junto con Tepew.
Algunos consideran que Kukulkán es el antecesor de Quetzalcóatl de los aztecas, se le representa con el cuerpo de serpiente, plumas de quetzal y dientes de jaguar.
Otras culturas como la olmeca o tolteca se habla de una figura igual por que su símbolo se extendió por mesoamérica.
Kukulkán es conocido por el sobrenombre de «dios de la voz poderosa» es la deidad de la resurrección, y el señor de los cuatro elementos.
De acuerdo a la tradición estos son los orígenes de Kukulkán.
Cuentan que Kukulkán llegó del poniente a finales del siglo XI, aproximadamente en el mismo momento en que los itzáes se asentaron en Chichén Itzá, y se convirtió en su caudillo antes de ayudarles a fundar su civilización.
Antes de llegar a Chichén Itzá hizo que se le erigiera un templo junto al mar, en Champotón, desde donde continuó su viaje hasta el altiplano de México.
De acuerdo al mito, Kukulkán fundó y trajo la paz a la ciudad de Chichen Itzá; luego construyó Mayapán, desde donde continuó su camino de vuelta al océano donde había nacido, para poder guiar a su pueblo y responder a sus rezos y plegarias.
También era conocido entre los mayas como un dios-trueno. Su influencia sobre esta cultura fue tan significativa que se le venero con sacrificios, festividades, edificios y demás obras artísticas.
Se le representa físicamente como un dios que tiene la nariz truncada, parecido a un tapir, un animal mamífero. De acuerdo estos documentos posee todos y cada uno de los signos de un dios encargado de los elementos.
Sumado a todo esto, también se le considera como el dios del cultivo y como un héroe. Los arqueólogos manifiestan que se le puede encontrar en diferentes representaciones plantando maíz, llevando herramientas y llevando a cabo un viaje, donde se puede apreciar su conexión solar.
Kukulkán, el dios más reconocido en varias culturas de la región.
La influencia de este dios hace que existan numerosas historias y leyendas relacionadas con esta figura de la cultura mesoamericana.
Los chontales en Tabasco lo conocían como Mukú Leh Chan que significa “culebra con plumas”, mientras que los quichés en Guatemala lo llamaban Q’uk’umatz, lo que podría significar como “serpiente emplumada”.
Según algunos investigadores explican que esta deidad es el mismo Quetzalcóatl, o serpiente emplumada, mientras que otros afirman que es su antecesor.
La tradición señala que Kukulkán puede provenir de la cultura tolteca o de la olmeca, ya que su aparición es mucho antes de la época de los mayas de la península de Yucatán y a los Itzáes, fundadores de la antigua ciudad de Chichén Itzá.
Así el famoso personaje entre los pueblos precolombinos, también es reconocida por ser el dios de la resurrección y el señor de los cuatro elementos. Está asociado con el planeta Venus, y en las reproducciones iconográficas se le representa portando cuatro objetos que simbolizan los elementos.
La tierra se representa por la espiga de maíz, el pez representa el elemento agua, mientras que el buitre alude al aire y, por último, el lagarto que simboliza el fuego.
Kukulkán y Chichén Itzá.
Chichén Itzá fue la ciudad maya más importante de toda la península de Yucatán. Su poderío era comprable con ciudades como Coba y Ek Balam.
Fue fundada por los mayas Itzáes hacia el año 525 d.c., y adoptaría el culto al dios Kukulkán, el cual se vería representado a lo largo de su arquitectura.
Su influencia fue tan grande que el edificio principal fue nombrado como el templo de Kukulkán y era un santuario dedicado completamente a su veneración. Este edificio sería bautizado por los conquistadores españoles como “El Castillo”.
Dicho recinto tiene una forma geométrica piramidal, que cuenta con nueve pisos. Además, cuenta con cuatro fachadas principales, cada una de ellas con una escalinata central y poseen una plataforma rematada por un templete.
El templo se encuentran los símbolos que representan los números del calendario Haab, traducido al español como calendario solar agrícola. También se pueden apreciar las muestras del calendario sagrado Tzolkin y la fusión de estos dos en la rueda calendárica.
Además, la alineación de la construcción de la pirámide, permite que se pueda observar fenómenos de luz y de sombra durante los equinoccios de primavera y otoño.
En cada equinoccio, el sol de la tarde crea la ilusión de una serpiente arrastrándose lentamente por la escalera norte.
De forma simbólica, la serpiente emplumada se une a los cielos, la tierra y el inframundo, el día y la noche. El equinoccio de otoño se produce entre el 22 y 23 de septiembre y el equinoccio de primavera se produce entre el 20 y 21 de marzo.
Imágenes Wikimedia, Flickr y Pixabay. @
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