viernes, julio 26, 2024
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

OTROS ARTÍCULOS

Juan de Palafox y Mendoza, personaje superior a su tiempo

Juan de Palafox y Mendoza arribó a Puebla apenas había cumplido los 40 años, en el año de 1640, en un contexto de hambruna y efervescencia política. Llegó a la Nueva España como Obispo y Visitador enviado por el papa Urbano VIII y por disposición del rey Felipe IV. Como hábil y práctico político, no le temblaba la mano para ejercer su autoridad, con visión reformadora y constructiva que “lo convirtieron en la figura central del siglo XVII y parteaguas de la vida poblana…”(Palou 2010).

Los conocimientos, erudición y talento en temas religiosos, jurídicos, historia, literatura, sociología son producto de una formación sólida, reflejada en su pensamiento político y en su fuerte personalidad como virrey, visitador, reformista y constructor.

En la guía de visitantes a la Biblioteca Palafoxiana que editó la Secretaría de Cultura en 2010: Breve Historia de la Biblioteca Palafoxiana y de su fundador Juan de Palafox y Mendoza, y los Colegios de S. Juan, S. Pedro y S. Pantaleón, su autor Pedro A. Palou esboza el legado de un hombre que fue parteaguas en la vida de Puebla de los Ángeles. Mecenas de arquitectos, escultores, pintores, músicos. Ensayista, poeta, indigenista que supo pulsar el báculo pastoral y el bastón de gobernante. En sólo seis meses, de junio a diciembre de 1642, Palafox fue virrey y fortaleció la milicia para proteger el Puerto de Veracruz, luchó contra los represivos Alcaldes Mayores y la Hacienda Real que perturbaban a los indígenas, por lo mismo afecto muchos intereses económicos. También reguló los tribunales novohispanos que eran burocráticos e inefectivos. 

Al asumir el obispado en Puebla en 1640, Palafox tomó en sus manos la tarea de hacer valer la autoridad del rey a través de la iglesia diocesana, aquella que no depende de las órdenes religiosas, sino del Vaticano y sus obispos.  Su encomienda lo enemistó con los jesuitas, quienes no titubearon al cuestionar la autoridad real y enfrentarse con él. Esto contribuyó para que fuera trasladado a España y que ellos mismos expulsados un siglo después.  “Como visitador pronto entró en controversia con el manirroto virrey Duque de Escalona, a quien terminó deponiendo y quien antes de regresar a España polemizó con Palafox y luego le abrió sonado y largo juicio -de seis años- en Madrid”.(Palou 2010).

Su importante legado es la Palafoxiana, la primera biblioteca pública en América Latina, abierta en 1646, considerada Memoria del Mundo por la UNESCO que formaba parte del Seminario Tridentino de Puebla. Este seminario tenía como objetivo preparar a los sacerdotes para difundir la palabra de Cristo con sabiduría. Junto con los colegios de San Pedro, San Pantaleón y el Clerical de San Pablo, formaron lo que más tarde se conocería como Colegio Palafoxiano.

Otro proyecto importante era concluir la catedral poblana, la imponente obra arquitectónica estaba parada desde 1618, por lo que le imprimió un ritmo acelerado a su construcción y en sólo nueve años en abril de 1649 la concluyó. Cabe destacar que en la Catedral poblana construye su sepulcro y manda a grabar su epitafio; después de varios intentos fallidos por regresar sus restos, su tumba hasta hoy está vacía en la Catedral de la Angelópolis.  

Otros datos: Palafox construyó 36 templos, restauró medio centenar, levantó 150 retablos, y recorrió la diócesis poblana, entre tres años, entre 1643 a 1646.

También llamado obispo tridentino, tras varios intentos por regresar a Puebla, el 2 de septiembre de 1653, en carta pastoral se despide de sus feligreses poblanos y acepta presidir el Obispado de Osma, en el municipio de Soria, perteneciente a Castilla y León, España, tal vez poco relevante en comparación con Puebla, donde realizó seis años de trabajo pastoral, murió a los 59 años de edad. Cabe señalar que el 5 de junio de 2011 fue beatificado por el papa Benedicto XVI.

Ricardo Fernández García, es el mejor investigador y tratadista de Palafox, cuya obra proporciona una valiosa perspectiva sobre la figura de Juan de Palafox, su legado e impacto en la historia y la cultura de la nueva España y por supuesto Puebla. 

Por cierto, podemos apreciar un monumento en su honor Frente al Paseo Bravo, al costado del Templo a Nuestra Señora de Guadalupe, edificado con el apoyo de la Fundación “Mary Street Jenkins” y del notario Nicolás Vázquez Arreola.

Comentarios: maumora222@gmail.com

ÚLTIMOS ARTÍCULOS