Sin duda que hacer ejercicio trae un sinfín de beneficios a la salud, pero lamentablemente conforme va pasando la edad, esta actividad disminuye, lo que aumenta la mortalidad cardiovascular en un 50% en las mujeres mayores de 65 años; por ello la importancia de hacer actividad física.
Los ejercicios de fuerza
Los ejercicios de fuerza son aquellos que se hacen con levantamiento de pesas y son muy buenos y se recomiendan para prevenir y reducir el riesgo de infarto, así lo refleja el estudio Associations of Resistance Exercise with Cardiovascular Disease Morbidity and Mortality en el que participaron 12.591 personas y arrojó unas conclusiones muy interesantes.
Una de ellas ha sido que el entrenamiento de fuerza se asoció con un menor riesgo de mortalidad por infarto de miocardio, por ello se recomienda practicar ejercicio físico 150 minutos a la semana. Teniendo en cuenta que la mitad de las mujeres mayores de 65 años pueden sufrir un infarto.

El ejercicio moderado
Aunque el estudio mencionado se centra en el ejercicio de fuerza como forma de prevenir y reducir el riesgo de infarto, se puede combinar con aquellos que son más moderados; por lo que pasear a buen ritmo entre 30 y 60 minutos diarios, al menos 5 días por semana, le viene bien al cuerpo.
Esto puede formar parte del propio entrenamiento, actuando como calentamiento antes de realizar los ejercicios de fuerza que además de prevenir los infartos, también contribuye a mantener una adecuada masa muscular, ya que con la edad, la pérdida de músculo se acelera, sobre todo en el caso de las mujeres, pues estas experimentan una serie de cambios cuando superan los 40 años.

El ejercicio tiene muchos beneficios para la salud, además mejora el tono muscular; así que seguir un plan personalizado y ser constante en la práctica puede ayudar a prevenir y reducir el riesgo de infarto en mujeres y es que la dificultad para reconocer sus síntomas suele derivar en un diagnóstico tardío y con peor pronóstico.
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