Durante los últimos años del siglo XIX y los primeros años del siglo XX la ciudad de Puebla se aleja de su vocación agrícola, rodeada de ranchos y haciendas e inicia su transformación industrial con la instalación de fábricas y la edificación de los ferrocarriles. Estos aires de cambio influidos por el Porfiriato impactan notablemente la vida apacible y tranquila de sus habitantes de ayer, pero que como hoy, aún viven el impacto de las transformaciones.
En un interesante recorrido histórico y copiosos datos, Gloria Tirado en Entre la rienda y el volante nos muestra un excelente panorama sobre la historia del transporte en la Ciudad de Puebla, su evolución e importancia.
Esta obra, forma parte de la colección Puebla Heroica de la Secretaría de Cultura del Estado y traslada al lector a esa época en la que imaginamos las vidas de hombres y mujeres que inspirados en el progreso se abren paso a ese mundo fascinante que los confronta con su idiosincrasia y sus costumbres.
Aquí conoceremos a la Puebla del transporte de riendas y acémilas, a la del primer tranvía que cruzó las calles de la ciudad en 1881y que le valió el nombre de ciudad moderna y bien comunicada, hasta llegar a la Puebla de los autos sobre ruedas.
En sus páginas la autora da cuenta de que la “historia del transporte público desde finales del siglo XIX es la historia de la conformación de una burguesía en un principio local y nacional y posteriormente al ser concesionada a las compañías extranjeras, de carácter internacional”.
“Esos fueron los casos de los tres ferrocarriles que conectaban la ciudad de Puebla: el Mexicano, el Interoceánico y el Mexicano del Sur”.
Otro dato a destacar es que en el año de 1917 el ayuntamiento de Puebla creó la Oficina de Inspección General de Vehículos y Tráfico, cuyo encargado el señor Ignacio Martínez, redactó el primer Reglamento de Tráfico, dando inicio para que se retiraran del centro de la ciudad los sitios de carretas y coches de alquiler. A finales de ese mismo año la Secretaría de Hacienda dispone el pago del timbre para los propietarios y empresarios de camiones quienes quedan obligados a acreditar el monto de sus entradas y a proporcionar un boleto foliado a los pasajeros.
Inevitablemente el desarrollo de las vías de comunicación dio como resultado que en diciembre de 1927 se inaugurara la carretera Puebla-México- Acapulco, hubo una carreta para inaugurarla y el empresario Miguel Abed, decían las notas periodísticas de entonces, “realizó una notable hazaña automovilística, diez horas y media empleo recorriendo” la carretera. Por cierto, también fue él en utilizar la primera bicicleta en Puebla.
Sin duda Puebla ha tenido en los últimos años un crecimiento exponencial, su transformación ha sido vertiginosa, con algunos gobiernos rejuvenecida y modernizada, con otros el estancamiento, pero siempre en el centro del progreso, por ello, esta investigación histórica nos hace recordar el por qué Puebla es y será un centro importante del desarrollo y de la cultura.
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