viernes, julio 26, 2024
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

OTROS ARTÍCULOS

La disputa de corazones y mentes

Existen miles de personas que sin ser del todo conscientes se encuentran bajo el influjo de una guerra psicológica para influir en su forma de percibir el mundo que les rodea.

Abigail estudia administración de empresas, como muchos jóvenes es ajena a intereses políticos, pese a ello, no escapa de los constantes anuncios propagandísticos que promocionan a tal o cual candidato. En su misma condición, existen miles de personas que sin ser del todo conscientes se encuentran bajo el influjo de una guerra psicológica para influir en su forma de percibir el mundo que les rodea.

En lo personal considero que la capacidad del ser humano para sobrevivir ha cambiado a lo largo del tiempo, me parece que anteriormente nuestras habilidades para adaptarnos en el mundo tendrían que ser más físicas que intelectuales. Actualmente detenernos a profundizar sobre algún tema es más complejo no sólo para las nuevas generaciones, sino para todos.

Los cientos o tal vez miles de mensajes que diariamente estamos recibiendo en la calle, en el celular, en la tablet, en la televisión, nos han convertido en una sociedad evidentemente visual, el desarrollo cibernético, sumado a la palabra manipulación nos enfrenta a una guerra psicológica de la que pocos escapan. Reyes y plebe; poderosos y vulnerables; ricos y pobres. Reza una frase: las minorías siempre se han aprovechado de las mayorías. Y en este concepto podríamos remitirnos a la lucha de clases, en la que los dueños de los medios de producción son los que siempre tenderán la última palabra.

Entendiendo por guerra psicológica al acto propagandístico planificado y sistemático dentro de una lógica de manipulación de conducta para obtener dominio político con la finalidad de fortalecer reacciones emocionales de control aversivo en las audiencias para generar temor, nutrir prejuicios, llamar al ataque, hacia elementos específicos -ideologías, movimientos políticos o personajes sociales y políticos-.

Las bases ideológicas de la guerra psicológica reivindican el ideario de la derecha, y sus mecanismos de transmisión son varios: libros, documentales, noticiarios, y otros instrumentos de transmisión más sublimes logrando ser estéticamente bellos como el arte.

El arte también forma parte de este instrumental para la guerra psicológica como refiere Frances Stonor Saunders, una escritora británica que evidenció la disputa de corazones y mentes por el mundo, en su libro la CIA y la guerra fría cultural, ahí se habla de que los mecanismos de esta dominación tiene tentáculos tan bien disfrazados que incluso, sus mensajes son dirigidos a la intelectualidad que supuestamente no tiene influencia ideológica: el entretenimiento per se.

“La CIA logró infiltrarse en todos los espacios de la cultura. Las organizaciones que le servían de tapadera y las fundaciones «filantrópicas» que canalizaban su dinero organizaban congresos, exposiciones, conciertos y giras de orquestas sinfónicas por todo el mundo y subvencionaban ambiciosos programas editoriales y costosas traducciones”, refiere la sinopsis del texto. Todo ello, para combatir el comunismo.

Y por qué hablo del tema, porque nos encontramos en un momento en nuestro país en el que la lucha por el poder emplea este tipo de propaganda tanto de un lado como del otro, todos los actores en la política inundan la web y la fibra óptica con miles de mensajes para tratar de ganar audiencia, seguidores, convencidos o simpatizantes. Mentiras que intentan pasar como verdades se exhiben sin el menor pudor. La llamada Infodemia que replica una prensa convencional que lamentablemente está muy subordinada al poder.

Así el panorama de una sociedad que depende cada vez más de los medios tecnológicos para vivir, en el que hemos acostumbrado al cerebro a obtener recompensas al instante, que por desgracia, entienden muy bien las nuevas generaciones quienes encuentran en la diversión y el entretenimiento su mejor escape de las terribles cosas que pasan a su alrededor -una historia que en nuestro país México, conocemos perfectamente con TELERISA O IDIOTISA -, está dominación psicológica ha llegado a niveles que la reciente película Dejar el mundo atrás, protagonizada por Julia Roberts, describe muy bien. Bajo este panorama lo único que nos queda es tratar de hacer las cosas lo mejor que podamos, ponernos del lado de la razón, ser muy suspicaces y observadores para no permitir que sigan aprovechándose de nuestras mentes, aunque esta última reflexión en realidad sea una utopía.

Comentarios: X @marumora7

ÚLTIMOS ARTÍCULOS