Nueve cosas que puedes hacer para prevenir el alzheimer.
De acuerdo a los investigadores, mediante la adopción de estos hábitos se puede ayudar a que el cerebro no sufra trastornos neurológicos. Los investigadores del Comité de Médicos por una Medicina Responsable, descubrieron siete hábitos alimenticios que podrían evitar entre un 70 a 80% el padecer de Alzheimer. Así los resultados de los estudios que realizaron dieciséis científicos demuestran que estas prácticas de alimentación no sólo podrían ayudar a reducir el riesgo de sufrir dicha enfermedad, sino que también diversos trastornos neurológicos.
1. Minimizar el consumo de grasas saturadas y grasas trans.
Estas grasas «malas» tienden a aumentar los niveles de colesterol en la sangre, estimulando la producción de las peligrosas placas de beta-amiloide en el cerebro, las cuales son características de la enfermedad. De acuerdo al Estudio de Salud y Envejecimiento de la ciudad de Chicago, las personas que consumen en su mayoría grasas saturadas tienen el triple de riesgo de desarrollar Alzheimer.
2. Verduras, legumbres, frutas y granos deben ser básicos en su dieta.
Todos estos alimentos son ricos en vitaminas y minerales que protegen el cerebro, como la vitamina B6 y el ácido fólico. En el Estudio de Salud y Envejecimiento se encontró que un alto consumo de frutas y verduras se asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo. Una dieta rica en vegetales también reduce el riesgo de sufrir de obesidad y diabetes del tipo 2, dos patologías que podrían jugar un papel importante en el padecimiento de Alzheimer.
3. Consume al menos 5 miligramos de vitamina E al día.
Este antioxidante ayudaría a reducir los riesgo de padecer de Alzheimer y puede ser fácilmente adquirida consumiendo un pequeño puñado de nueces o semillas, o comiendo mangos, papayas, paltas, tomates, pimientos rojos, espinacas y panes y cereales enriquecidos.
4. Consumir suplementos de vitamina B12.
Para obtener cantidades adecuadas de esta vitamina B (aproximadamente 2. mcg. por día), que se encuentra en productos de origen animal y los alimentos enriquecidos, ayuda a reducir los niveles de homocisteína, un aminoácido relacionado con el deterioro cognitivo. En un estudio que realizó la Universidad de Oxford a adultos mayores con niveles elevados de homocisteína y problemas de memoria, los suplementos de vitamina B mejorarían la memoria y reducirían la atrofia cerebral. Para las personas que tienen más de 50 años o siguen una dieta basada en vegetales, el tomar un suplementos es una ayuda adicional a su organismo.
5. Evite consumir multibitaminas con hierro y cobre, a menos que se lo indique un médico.
La mayoría de las personas tienen niveles adecuados de estos metales a través de su dieta, y la ingesta en exceso de ellos se relación con problemas cognitivos.
6. Evita cocinar con ollas y sartenes de aluminio.
Es recomendable utilizar ollas y sartenes de acero inoxidable o utensilios de cocina de hierro. Si bien el uso del papel aluminio para envolver alimento aún se está investigando, datos preliminar sugieren que podría contribuir a problemas cognitivos.
7. caminar enérgicamente tres veces a la semana durante al menos 40 minutos.
La investigación sugiere que el ejercicio aeróbico regular puede reducir el riesgo de demencia en un 40 a 50%.
¿Qué es y cómo prevenir el alzheimer?
De acuerdo a investigaciones los neurólogos estiman que la mitad de los casos se del enfermedad se atribuyen a nueve factores de riesgo que se pueden prevenir. El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad de Alzheimer, probablemente una de las enfermedades más temidas por una parte de importante de la población por su impacto sobre la persona que la sufre y su entorno. Así el Alzheimer no solo es la principal causa de demencia en todo el mundo, en México se estima que puede haber 800 mil personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer (EA), cifra que se incrementará debido al envejecimiento de la población, de acuerdo al Reporte Mundial de Alzheimer, elaborado por la Alzheimer’s Disease Internacional.
El miedo al Alzheimer está justificado porque, hoy por hoy, esta enfermedad no tiene cura y ninguno de los ensayos clínicos de nuevos fármacos para atajar la enfermedad en personas que la padecen ha tenido éxito, de acuerdo a la Fundación Pasqual Maragall para la Investigación sobre el Alzheimer. En cambio, cada vez son más los estudios que apuntan a que, si no se puede curar, lo que sí se puede es prevenir, y que menos del 1% de los casos de Alzheimer son genéricamente determinados, mientras que el 99% son casos esporádicos en los que la enfermedad se origina por una interacción entre una predisposición genética y factores ambientales, como el estilo de vida. Y sobre esos factores se puede actuar, de modo que está en nuestras manos adoptar cambios y medidas preventivas para reducir el riesgo de sufrir Alzheimer.
“Se estima que la mitad de los casos de la enfermedad de Alzheimer se puede atribuir a nueve factores de riesgo potencialmente modificables: diabetes mellitus, hipertensión arterial y obesidad en edad media de la vida, tabaquismo, inactividad física, depresión, inactividad cognitiva o bajo nivel educativo, hipoacusia y aislamiento social”, señaló el coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, Juan Fortea.
La Fundación Pasqual Maragall, por su parte, apuntan que en los últimos años se han publicado estudios que prueban que hay opciones para prevenir las demencias, que existen un conjunto de prácticas que pueden disminuir el riesgo de presentar las causas que probablemente conducirán a alguna de ella.
“Centrándonos en cómo prevenir el Alzheimer, sabemos que lo que es bueno para el corazón, también lo es para el cerebro”, explican en su blog. “El ejercicio físico, la actividad cognitiva, las relaciones sociales y la dieta tienen un papel muy relevante en la salud de nuestro cerebro”, coinciden con Fortea.
Y detallan que existen estudios, realizados en países nórdicos, que han demostrado la disminución de la incidencia de demencia en personas mayores de 65 años que habían incorporado en su vida cotidiana prácticas de prevención para el control de los factores de riesgo cardiovascular. “Se calcula que adoptando unos hábitos de vida saludables se podrían prevenir casi uno de cada tres casos” de Alzheimer, dicen los expertos de la Fundación.
Hay muchas cosas que cada uno podemos hacer a lo largo de nuestra vida para alejar el riesgo de padecer Alzheimer (u otra demencia) al envejecer.
Evitar y controlar la diabetes.
para esto es vital aprender a prevenir la diabetes y a mantener a raya este riesgo cardiovascular. El riesgo cardiovascular de una persona diabética es similar al de quien ha tenido ya un infarto. Y aunque hay factores genéticos que inciden en su aparición, muchos de los desencadenantes tienen que ver con el estilo de vida. Llevar una dieta saludable, practicar ejercicio físico de forma regular y evitar el exceso de peso y la obesidad es la mejor manera de prevenirla.
Pero si eres diabético, la clave está en mantener controlada la enfermedad con el correspondiente tratamiento y controlar los demás factores de riesgo cardiovascular, especialmente la hipertensión, el tabaquismo y el colesterol. Es decir, no fumar, y controlar qué comemos y practicar ejercicio.
Mantener un buen nivel de presión arterial.
Una forma de reducir el riesgo de Alzheimer es minimizar el riesgo de hipertensión, es decir, mantener nuestra tensión arterial controlada. Para ello, las recomendaciones son llevar una alimentación saludable, limitar el consumo de sal y de alcohol, realizar actividad física a diario, aprender a controlar y gestionar el estrés, no fumar y mantener un peso saludable.
Vigilar la báscula.
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para muchas enfermedades, incluida el Alzheimer. La mejor manera de evitarlos es pesarse regularmente para no dejar que nuestro peso se descontrole. Y este depende, más allá de factores genéticos, del equilibrio o desequilibrio entre lo que comemos y el gasto energético que realizamos. Las recomendaciones básicas para mantener un peso saludable son: limitar el consumo de alimentos ricos en azúcares y grasas; comer varias veces al día fruta y verdura; dar más peso en nuestra dieta a las legumbres y los cereales integrales, y realizar actividad física frecuente (se puede comenzar por caminar 30-60 minutos al día a paso ligero).
No fumar.
La adicción al tabaco, está detrás de infinidad de enfermedades y es un factor determinante para las enfermedades cardiovasculares y la salud del cerebro. Así que se trata de saber qué funciona y qué no para dejar de fumar, y marcar la fecha en que uno pasará a ser ex fumador en el calendario mediante el método adecuado.
Huir del sedentarismo.
El sedentarismo incrementa el riesgo de todos los factores de riesgo ya mencionados –obesidad, diabetes, hipertensión…– y de otras muchas enfermedades físicas (incluido el cáncer) mentales (como la depresión). Para combatir el sedentarismo, hemos de comenzar por pasar más tiempo de pie, caminar más, practicar ejercicio de forma regular, hacer pausas activas mientras estamos trabajando… Y si te cuesta mantener la disciplina o ir al gimnasio, aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte.
Alejar la depresión.
La depresión también se considera un factor de riesgo para el Alzheimer. Son muchas las circunstancias que pueden desencadenar esta enfermedad mental y no todas son controlables. Pero sí hay algunas cosas que podemos hacer para cuidar nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental y alejar lo máximo posible de nosotros la depresión: evitar el estrés o aprender a gestionarlo, no abusar del alcohol ni de drogas, practicar ejercicio físico, cuidar nuestras relaciones sociales y mantener una vida social activa, buscar ayuda si las situaciones conflictivas nos desbordan…
Hacer trabajar el cerebro.
Como explica el fisiólogo y neurocientífico Francisco Mora en su libro ¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro? (Alianza Editorial), “el cerebro obedece ciegamente esa ley de economía de sólo matener en buenas condiciones aquello que se usa. Y siguiendo esa ley, algunas de las conexiones de nuestro cerebro se atrofian y se pierden si no son usadas”. De ahí que una manera de mantener en forma nuestro cerebro y alejar el riesgo de Alzheimer sea hacer ejercicio mental todos los días. Uno de los métodos más efectivos, a juicio de Mora, es aprender un idioma nuevo o a tocar un instrumento. Pero valen otras muchas actividades: desde leer un periódico hasta bailar, la clave es proporcionar estímulos que obliguen a las neuronas a comunicarse entre ellas de forma constante y prevenir su deterioro.
Tener una activa vida social.
Para tener una buena salud mental, dicen los expertos, “es necesario e imprescindible” tener una buena y constante relación con los demás. Es decir, que si quieres alejar el riesgo de Alzheimer, evita en lo posible pasar mucho tiempo solo, activa tu vida social. El aislamiento social, explican los neurocientíficos, enajena la mente, puede conducir a la demencia. Se trata por tanto de interactuar con otras personas, sean familiares, amigos, conocidos o, incluso, saludados. En especial a medida que se van cumpliendo años y resulta más importante tender y mantener puentes emocionales.
Cuida tus oídos.
Los neurólogos mencionan la hipoacusia, la pérdida de audición, como un factor de riesgo para el Alzheimer. Entre otras razones, porque oír mal contribuye al aislamiento social que, como se ha mencionado, deteriora la mente. De ahí, la importancia de cuidar nuestros oídos: desde mantenerlos siempre limpios (pero procurando que siempre quede una pequeña cantidad de cera, ya que hace de capa protectora del tímpano) hasta evitar introducir objetos extraños, pasando por evitar los ruidos fuertes o no escuchar música a mucho volumen. En todo caso es importante estar atento a las señales o síntomas de pérdida de audición, y acudir a un especialista que valore posibles tratamientos.
El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer’s Disease International (ADI).
El primer Día Mundial del Alzheimer se celebro en 1994. Y desde 2012 la organización Alzheimer’s Disease International (ADI) decidió extender la conmemoración por todo el mes de septiembre, y así se consignó el Mes Mundial del Alzheimer. En España es la Confederación Española de Alzheimer la encargada de desarrollar la campaña a nivel nacional, desarrollando actividades que ayuden a concienciar y a reivindicar mejoras para la enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer se considera la nueva epidemia del siglo XXI. Se estima que para el año 2050 el número de personas con alzheimer ascienda a 131.5 millones.
No se conocen las causas del Alzhéimer. Se sabe que las primeras lesiones pueden aparecer unos 15 o 20 años antes de que se muestre algún síntoma, y aparecen en la región del cerebro llamada hipocampo, que se encarga, entre otras cosas, del aprendizaje y la formación de nuevas memorias. De ahí se extienden a otras partes del cerebro, cuando ya aparece el deterioro cognitivo, que finalmente desemboca en demencia.
Películas sobre el Alzhéimer. Si solo te interesa el tema, existen muchas películas sobre el Alzhéimer que puedes ver. Te recomendamos algunas de ellas:
En el estanque dorado (1981).
¿Te acuerdas del amor? (1985).
El diario de Noa (2004).
La caja de Pandora (2008).
Poesía (2010).
Las buenas hierbas (2010).
Quédate conmigo (2012).
El cuarteto (Quartet) (2012).
Nebraska (2013).
Siempre Alice (2014).
Remember (2015).
Cuidadores (documental, 2011).
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