Hoy es la fiesta de santa Clara, patrona de la televisión y las telecomunicaciones, por esto hablamos de la curiosidades de la vida de la santa
En Revista Única te hablaremos una mujer que dejo todo por seguir al Señor, quien fue fundadora de la Orden de las Clarisas, se trata de santa Clara de Asís, hoy en su fiesta hablaremos de datos interesantes de su vida.
El templo donde se la venera se encuentra en la calle de los dulces 6 oriente 201, en el Centro Histórico, son pocos los devotos a esta santa pero siempre hay verbena popular en la zona. Generalmente cierran la calle ya que se colocan puestos de antojitos mexicanos.
Vida.
Nació en Asís, Italia, en 1193.
La conversión de Clara se realizó al oír un sermón de san Francisco de Asís donde él explicaba que para tener plena libertad era preciso despojarse de toda riqueza. Ella tenía 18 años.
En secreto se fue a buscarlo para pedirle que la instruyera en el modo de lograr conseguir la perfección cristiana. Él la animó a dejar la vida de riquezas y comodidades que llevaba y dedicarse a una vida pobre, de oración y penitencia.
San Francisco sugirió a Clara que se fuera a vivir junto a la Iglesia de San Damián en Asís, en una pobre y humilde casita. Su hermana Inés y su propia madre decidieron irse también de monjas con ella.
Muchas jovencitas más se dejaron atraer por esa vida de oración y recogimiento, y así pronto el convento estaba lleno de mujeres dedicadas a la santidad.
El paso por el convento.
Francisco nombró a Clara como superiora de la comunidad, aunque ella toda la vida trató de renunciar al puesto y dedicarse a ser una sencilla monjita de segundo orden.
Clara ejerció el cargo de priora del convento por cuarenta años.
Su forma de ejercer la autoridad era muy agradable y lleno de caridad: Servía la mesa, lavaba los platos, atendía a las enfermas, y con todas era como una verdadera madre llena de compresión y misericordia.
Santa Clara guardaba finas atenciones a las hermanas que mendigaban fuera del monasterio.
Hasta llegaba a lavarles los pies. En una ocasión, después de haber lavado los pies, quiso besarlos.
La hermana, no soportando tanta humildad, retiró el pie y golpeó el rostro de Clara. Pese al moretón y quizás al hilo de sangre de la nariz, volvió a tomar con ternura el pie y bajo la misma planta estampó un apretado beso.
A los pocos años ya había conventos de Clarisas en Italia, Francia, Alemania y Checoslovaquia.
No usaban medias, ni calzado, se abstenían perpetuamente de carne, y sólo hablaban si las obligaba a ello alguna necesidad grave o la caridad.
Santa Clara recomendaba el silencio para evitar innumerables pecados de lengua, conservarse en unión con Dios, y alejarse de las distracciones del mundo.
Hoy las religiosas Clarisas son más de 18,000 en 1,248 conventos en el mundo.
Enfermedad y milagros.
Estuvo enferma 27 años, pero su enfermedad la soportaba con paciencia heroica. En su lecho bordaba, hacía costuras y oraba sin cesar. El Sumo Pontífice la visitó dos veces y exclamó:
– Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita.
Tanto cardenales y obispos iban a visitarla y a pedirle sus consejos.
San Francisco ya había muerto pero tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Ángel y Fray León, le leyeron a Clara la Pasión de Jesús mientras agonizaba.
La santa repetía: “Desde que me dediqué a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan”.
Hizo sorprendentes milagros con panes. Un día en el convento solo había un pan para 50 hermanas clarisas.
Santa Clara lo bendijo y rezando todas juntas el Padre Nuestro, multiplicó el pan y lo repartió a sus hermanas.
Luego envió la otra mitad a los hermanos menores. Ante esto, dijo: «Aquel que multiplica el pan en la Eucaristía, el gran misterio de fe, ¿acaso le faltará poder para abastecer de pan a sus esposas pobres?».
Así en otra ocasión, en una de las visitas del Papa Inocencio III al convento, santa Clara hizo preparar las mesas y poner el pan en ellas para que el Santo Padre bendijera.
El Pontífice pidió a la santa que fuera ella quien lo hiciera, a lo que Clara se opuso rotundamente.
Entonces el Papa la instó a que hiciera la señal de la cruz sobre los panes y los bendijera en el nombre de Dios.
Santa Clara, como verdadera hija de obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz, y al instante apareció en todos los panes marcada la señal de la cruz.
Patronazgo.
Fue defensora ya que en 1241 los sarracenos atacaron la ciudad de Asís.
Cuando se acercaban a atacar el convento que está en la falda de la loma, en el exterior de las murallas de Asís, las monjas se fueron a rezar muy asustadas y santa Clara, cuya fe en el Santísimo Sacramento era prácticamente inquebrantable, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrentó a los atacantes.
Ellos experimentaron en ese momento tan grande terror que huyeron despavoridos.
Patrona de la televisión y las telecomunicaciones.
Esto porque en una ocasión se hallaba santa Clara gravemente enferma, hasta el punto de no poder ir a la iglesia para rezar el oficio con las demás monjas, llegó la solemnidad de la natividad de Cristo.
Todas las demás fueron a rezar, quedando ella sola en la cama, afligida por no poder ir con ellas.
Pero Jesucristo, no quiso dejarla sin aquel consuelo y la hizo transportar milagrosamente a la iglesia de San Francisco y asistir a todo el oficio de los maitines y de la misa de media noche.
Además pudo recibir la comunión, y acto seguido, fue llevada de nuevo a su cama.
Las monjas, terminado el oficio en San Damián, fueron a ver a Santa Clara y le dijeron:
–¡Ay madre nuestra, sor Clara! ¡Cuánto consuelo hemos tenido en esta santa noche de Navidad! Quisiera Dios que hubieras estado con nosotras.
Y Santa Clara respondió:
– Yo doy gracias y alabanzas a mi Señor Jesucristo bendito, hermanas e hijas mías amadísimas, porque he tenido la dicha de asistir, con gran consuelo de mi alma, a toda la función de esta noche santa y ha sido mayor que la que han tenido ustedes.
Por intercesión de mi padre San Francisco y por la gracia de mi Señor Jesucristo, me he hallado presente en la iglesia, y he oído con mis oídos espirituales y corporales todo el canto y la música del órgano, y hasta he recibido la sagrada comunión.
Alégrense, entonces, y den gracias a Dios por esta gracia tan grande que me ha hecho.
A finales de los años 50, la televisión se estaba convirtiendo en una de las formas de comunicación más importantes de la sociedad moderna.
Por esto, el Papa Pío XII quiso ofrecer la bendición y protección de la Iglesia para esta nueva tecnología.
Así, en 1958 publicó la Carta Apostólica proclamando a Santa Clara como patrona de la Televisión.
Aquí se proclama que la Iglesia apoya la innovación tecnológica, el avance y recomienda el uso de la tecnología moderna para la proclamación del Evangelio.
Reconoce que la televisión es capaz tanto del bien como del mal, por lo que quiere que tenga un santo patrono para la protección espiritual.
Es la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres. Benedicto XVI indicó que “Clara fue la primera mujer en la historia de la Iglesia que compuso una Regla escrita, sometida a la aprobación del Papa, para que el carisma de Francisco de Asís se conservara en todas las comunidades femeninas que ya se iban fundando en gran número en su tiempo y que deseaban inspirarse en el ejemplo de Francisco y de Clara”.
Su decisión de escribir una regla fue una desviación radical de las normas religiosas de su tiempo. Solo después de insistir, el Papa Inocencio IV lo aprobó dos días antes de la muerte de Clara, el 11 de agosto de 1253.
Imagen Pixabay
Te puede interesar:
Santa Clara de Asís, patrona de las telecomunicaciones y la televisión