Desde que se anunció la cuarentena todos vivimos en constante pánico y estado de alerta, sin embargo gracias a las vacunas, esta sensación se disipó un poco, pero ahora que en Puebla el uso del cubrebocas se vuelve opcional, hay que checar nuestras emociones y cómo esta pandemia nos afectó.
Todo el cambio se vino, desde el alejamiento social, hasta vivir un duelo en silencio y con sana distancia sin poder tener algún contacto físico por el temor al contagio.
La primera emoción que nos viene a la mente es miedo y es una respuesta natural y básica ante una amenaza. Del miedo, se derivan muchas otras como la tristeza, la ira, impotencia o incertidumbre. Cualquiera de estas emociones en exceso puede desatar en un pánico, depresión o ansiedad.
Por eso es importante tener experiencias, creencias y respuestas previas para poder sobrellevar la situación y saber canalizar adecuadamente todas las emociones que tengamos. Aquí podemos ayudarnos entre todos y crear unos consejos para poder mejorar esto.
Analiza los pensamientos que llegan: Enfócate en identificar las situaciones, esta pasando o estas adelantando tu mente a escenarios que aún no pasan o ya pasaron y no ayuda el revivirlo. Vive tu presente, si fuiste persona de alto riesgo, si te contagiaste, respira, y focaliza que esa etapa ya pasó y ahora es un nuevo panorama.
Cuídate de la sobre información: No solo en los temas de pandemia y contagios, si no de información en general. Por desgracia vivimos un mundo donde casi siempre en los medios hay malas noticias o cuestiones desagradables pero esos son los acontecimientos del día, si eres susceptible a este tipo de información, está bien tomar un tiempo para aclarar tu mente y despejarte consumiendo otro tipo de contenidos que no estresen más tu cerebro con todo lo que pasó. Una recomendación que se le hizo al sector salud, fue que no vieran series o programas de hospitales en donde les sembraran más estrés.
Háblalo con alguien: Todos tenemos interesantes historias que contar sobre lo que nos ha pasado en estos años. Pensamientos, ideas o reflexiones que llegaron a nuestra mente en el tiempo que tuvimos con nosotros mismos, si tienes la confianza y las ganas de contárselo a alguien, está muy bien como forma de interpretar tus pensamientos y tu oírlos en el exterior.
Agradece: Por la más mínima cosa, si algo nos enseñó la pandemia fue a valorar a la familia, amigos, trabajo, salud, etc. Jamás te olvides de agradecer por los que están contigo, por lo que eres y por lo que tienes. Porque ya vimos que todo cambia de la noche a la mañana.
Procura pensar positivo y descargar tensión en alguna actividad: No hay que hacernos más pesado el trabajo, las actividades cotidianas o el día a día con actitudes malas. Si hay tráfico, practica la paciencia, si en el trabajo va mal un proyecto o algo se atrasa, practica la empatía. Todos tenemos nuestros propios problemas para que le sumemos uno más a alguien y de manera innecesaria. Hagamos algún deporte, salgamos a caminar, veamos una película o cantemos lo más fuerte que se pueda. Todo sin dañar a nadie, que no sabemos que pase en la cabeza de la persona de al lado.
Pasamos por una situación excepcionalmente difícil y se necesitó de un comportamiento el doble de admirable. La situación se relaja y podemos volver a vernos sonreír. Dediquemos la mejor sonrisa de apoyo, solidaridad y empatía pues la vida no es sencilla y si estamos aquí, es para otra oportunidad de hacer las cosas bien.
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