USB (Universal Serial Bus) es un tipo de interfaz del tipo Plug & Play que no requiere ningún tipo de controlador, ni acción especial para poder hacer uso de la misma. Es un tipo de conexión gracias a la cual podemos usar teclados, ratones, impresoras, cámaras, memorias…
A lo largo de su existencia hemos pasado por versiones de USB a la que se han clasificado por números. USB 1.0, USB 2.0 (una de las más usadas) y la más reciente, USB 3.0 (las últimas versiones, USB 3.1 y USB 3.2 ofrecen sólo ligeras variaciones del USB 3.0).
El USB 2.0 permite la transferencia de datos a unos 480 MB/s, obteniendo una buena velocidad de lectura escritura que sin embargo puede hacer de cuello de botella cuando se trata de gran cantidad de datos. Imaginemos un vídeo de 15 GB a esos 480 MB/s. En su lugar el USB 3.0 ofrece hasta 4.8 Gigabits, es decir es 10 veces más rápido que el USB 2.0 por lo que el mismo archivo tardaría apenas unos 10 o 15 segundos en copiarse en lugar del minuto en USB 2.0. El USB 2.0 puede generar por lo tanto problemas con transferencias de datos en alta definición y aquí es donde entra en juego la nueva tecnología USB 3.0
A diferencia del USB 2.0, el USB 3.0 es diez veces más rápido de forma que si lo usamos para copiar contenido vamos a experimentar una notable reducción del tiempo necesario. Para ello es imprescindible, claro está, que tanto dispositivo receptor como emisor sean compatibles con este tipo de conectividad.
Además, con el USB 3.0 la cantidad de energía que un dispositivo puede llegar a obtener crece de forma notoria. En este sentido damos un salto desde los 500 mA de USB 2.0, a los 900 mA de USB 3.0, una mejora que va a permitir la conexión de periféricos USB sin que estos necesiten una toma de corriente específica.
Se puede decir que las diferencias entre USB 2.0 y USB 3.0 se redefinen en 3 apartados:
- Una mayor velocidad de transferencia de datos en el estándar USB 3.0 que lo convierten en ideal para archivos de gran tamaño.
- Los dispositivos USB 3.0 pueden funcionar en puertos USB 2.0 lo mismo que en sentido inverso, si bien el USB 2.0 no mejorará la velocidad pese a que lo conectemos a una entrada USB 3.0
- Mayor aporte energético del USB 3.0 que permite la ausencia de tomas paralelas de corriente.