En el corazón del barrio El Alto, el más antiguo de Puebla, se alza una joya histórica que pocos conocen en profundidad: la Capilla de Santa Elena.
La Capilla de Santa Elena no es solo un templo más dentro del vasto panorama religioso de la ciudad; es, en esencia, un testimonio vivo de la fundación de Puebla y un sitio de enorme trascendencia cultural, histórica y espiritual.

Un lugar de profunda raíz histórica
La Capilla de Santa Elena no es solo una construcción de gran belleza arquitectónica, sino también el espacio donde se celebró la primera misa fundacional de Puebla el 16 de abril de 1531.
En ese entonces, Fray Toribio de Motolinia ofició la ceremonia en un día domingo, frente a una cruz enramada, marcando el inicio de lo que hoy conocemos como la ciudad de los Ángeles.
El predio hoy conocido como 12 Norte y 16 fue el escenario de esta primera misa. En ese sitio, Motolinía realizó la bendición de dos cruces: la de los españoles, que se colocó en ese lugar, y la de los indígenas, quienes edificaron la ciudad y construyeron una pequeña ermita a espaldas del convento de San Francisco para colocarla donde hoy se encuentra la iglesia del Señor Ecce Homo, muy cerca del mercado de El Alto.
A pesar de que muchos poblanos conocen el barrio donde inició todo, pocos saben el sitio exacto donde se llevó a cabo este hecho histórico.
La misa fue en lo que hoy se conoce como la Capilla de Santa Elena, la cual se encuentra en la parte superior del Templo de la Santa Cruz, en el barrio de El Alto.
La capilla, ubicada junto a la iglesia de la Santa Cruz, guarda los ecos de aquel momento solemne que definió el futuro de la ciudad.

Arquitectura y elementos de la Capilla de Santa Elena.
Para quienes deseen conocer este emblemático lugar, es necesario ingresar primero al atrio de la iglesia de la Santa Cruz, donde, a la izquierda, se encuentra la entrada al atrio de la capilla.
Aquí, destacan tres cruces que evocan a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, aportando un aire místico y único al recinto.
La fachada de la capilla data del siglo XVI y conserva una placa conmemorativa colocada en 1981 que narra brevemente la historia del lugar.
Encima de la puerta, una escultura en piedra de Santa Elena recibe a los visitantes, mientras que la puerta original aún se mantiene en pie, testigo silencioso del paso del tiempo y de la devoción de los fieles.

La evolución de la capilla a lo largo de los siglos
La capilla que hoy conocemos fue edificada en 1693 para reemplazar a la antigua ermita de «La Cruz de los Españoles».
Su dedicación a Santa Elena responde a la devoción cristiana hacia la madre del emperador Constantino, a quien la tradición atribuye el descubrimiento de la cruz en la que fue crucificado Jesús.
Con el paso de los siglos, la capilla ha sido preservada como un símbolo de la identidad poblana, con su historia grabada en piedra en una lápida colocada en 1981 por los vecinos del barrio.
Esta inscripción reafirma su papel como sede de la primera misa en la ciudad y como un punto de referencia ineludible en la historia de Puebla.

Capilla de Santa Elena: Un recinto que sigue hablando al corazón de Puebla
Visitar la Capilla de Santa Elena es sumergirse en las raíces más profundas de la historia de Puebla.
Más que un sitio de culto, es un monumento vivo que ha sobrevivido al tiempo, recordándonos los inicios de una ciudad llena de tradiciones, devoción y un invaluable legado arquitectónico y espiritual.
Para los amantes de la historia, este lugar es un destino obligado, un rincón donde el pasado sigue hablando a través de sus muros y donde cada piedra cuenta la historia de una ciudad que nació bajo la sombra de una cruz enramada y el eco de una misa inaugural que marcaría el destino de Puebla.
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