viernes, abril 19, 2024
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Buscas novio o novia, rezale a San Antonio de Padua

San Antonio también ayuda a encontrar objetos extraviados.

San Antonio de Padua es patrono para ayudar a encontrar los objetos perdidos y también te ayuda a conseguir novio o novia o marido, su fiesta es el 13 de junio. Antonio significa defensor de la verdad.

En la ciudad de Puebla es uno de los santos más venerados y su fiesta es muy popular entre los poblanos ya que no solo este día acuden al templo de san Antonio de Padua ubicado en la 24 poniente 110 B en el famoso y antiguo Barrio de san Antonio, sino también al templo de san Pedro que se localiza en la 4 norte y 2 oriente en el centro histórico. Este año debido a la contingencia las peticiones se realizarán en las casas.

Las jóvenes casaderas le solicitan a este Santo ayuda para obtener novio y también los varones lo hacen aunque en menor número. La tradición popular dice que este día las mujeres deben pedir 13 monedas de cualquier denominación a los hombres solteros, para que el santo les haga el milagro y consigan novio para casare y los hombres deben pedir las monedas a mujeres solteras, se lleva este dinero al templo como limosna, en esta ocasión será después de la fiesta o el día 13 de cualquier mes.

Hay quien dice que debes llevar un listón color rojo le haces 13 nudos en cada uno de estos haces una petición, llevas una vela color rojo y la prendes le rezas la oración a san Antonio, y es muy efectivo para conseguir un novio.

Es común que en esta fecha muchas jovencitas de todas las edades y extractos sociales acudieran a ver san Antonio, para pedirle matrimonio. También hay quien mide al prospecto para casarse y le lleva un listón al santo de color rojo.

Otra costumbre muy conocidas entre los poblanos es la poner al santo de cabeza y rezar su oración y otra más el que a san Antonio le quites al niño que tiene a su lado y lo escondas hasta que consigas novio, también debes rezar su oración con mucha fe.

Pero en realidad ¿quién es san Antonio? Se la venera también como san Antonio de Lisboa, su nombre fue Fernando Martín de Bulhoes e Taveira Azevedo, en el seno de una familia de la aristocracia descendiente del cruzado Godofredo de Bouillón. Nació en Lisboa el 15 de agosto de 1195 y murió en Padua el 13 de junio de 1231. La casa donde nació el santo, en el barrio medieval de la Alfama, fue destruida completamente en el terremoto que arrasó Lisboa el 1 de noviembre de 1755 y sólo se conserva un pequeño sótano.

Fernando se educó en la escuela catedralicia de Lisboa, le llevo la contra a los deseos de su familia, Fernando ingreso en la abadía agustina de San Vicente en las afueras de Lisboa.

Los monjes de la orden de san Agustín, de la cual él era miembro, eran famosos por su dedicación a los estudios; Fernando estudió las Sagradas Escrituras y la teología de algunos doctores de la Iglesia católica como Jerónimo de Estridón, Agustín de Hipona, Gregorio Magno y Bernardo de Claraval, además estudió los clásicos latinos como Ovidio y Séneca. Dos años después se trasladó a la abadía de la Santa Cruz en Coímbra, para continuar con sus estudios.

Hacia 1219, fecha en que probablemente era ya sacerdote, conoció a la pequeña comunidad franciscana de Coímbra, establecida poco antes en el ermitorio de Olivais y se sintió atraído por su modo de vida fraterno, evangélico y en pobreza; al poco tiempo llegaron a su monasterio los restos de los primeros mártires franciscanos, muertos en Marrakech, y decidió ingresar en la nueva orden, que a causa de su reciente creación aún estaba poco extendida y carecía de prestigio que alcanzaría más adelante.

Fray Juan Parenti, provincial de España, presidió la sencilla ceremonia de toma de hábito franciscano en el verano de 1220 en la que cambió el nombre de Fernando por el de Antonio en honor a san Antonio Abad esto como símbolo de su cambio de vida. Se dice que el cambio se debió a que a su llega con los franciscanos, al recibirlo san Francisco de Asís le llamo Antonio por esto decidió llamarse así.

Tras un breve noviciado e impulsado por el ejemplo de los mártires franciscanos, parece que en el otoño de ese mismo año embarcó hacia Marruecos junto con otro hermano de la orden, fray Felipe de Castilla, para alcanzar él mismo el martirio, sin embargo, al poco tiempo de desembarcar enfermó de malaria, estuvo convaleciente todo el invierno, esto le obligó a abandonar el país además de dejarle secuelas para toda la vida.

Su intención era el llegar a costas españolas y desde allí volver a Portugal pero una tempestad llevó el barco en el que viajaba a Sicilia, donde permaneció un Milazzo costa noreste de la isla donde había una comunidad franciscana, para completar su recuperación. En junio 1221 asistió al capítulo de las Esteras que convocó a 3 mil franciscanos, allí estuvo san Francisco de Asís y decidió no regresar a Coímbra para ponerse al servicio de fray Gracián, provincial de la Romaña circunscripción franciscana que abarca todo el norte de Italia.

Éste lo envió durante un año al ermitorio de Montepaolo cerda de Forli para que se fortaleciera antes de encomendarle alguna misión de apostolado, a mediados de 1222 ya con buena salud predicó en la catedral de Forli sin haber preparado previamente sus palabras, pero con gran profundidad, con ocasión de unas ordenaciones de franciscanos y dominicos. Su provincial le nombró predicador y le encargó ejercer su ministerio por todo el norte de Italia, donde se extendía por muchos lugares el catarismo. Recorrió así, enseñando, numerosos lugares, su labor catequética en Rímini en 1223, fue difícil pero sus exhortaciones y discusiones públicas acabaron teniendo éxito, por lo que logro convertir entre otros a Bononillo, obispo cátaro.

A finales de ese año o principios de 1224 estuvo también en Bolonia, enseñando teología a otros frailes franciscanos en el convento de santa María de la Pugliola; fue el primer maestro de la orden, recibiendo para ello el permiso de san Francisco, que le escribió una carta diciéndole “mi obispo”.

Durante este periodo comenzó su carrera como predicador y viajó por todo el norte de Italia y el sur de Francia contra las herejías. Antonio enfermó de hidropesía y en 1231 fue de retiro al bosque Camposampiero con otros dos frailes para darse un respiro y tomar nuevos aires. En ese lugar vivió en una celda construida por el mismo bajo las ramas de un nogal. A pesar de estar enfermo de hidropesía san Antonio predicaba los 40 días de cuaresma, la gente presionaba para tocarlo y le arrancaban pedazos del hábito, hasta el punto que hacía falta designar un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.

Murió el 13 de junio de 1231 en el convento de las Clarisas Pobres de Arcella en el camino de regreso a Padua a la edad de 35 años. San Antonio de Padua fue canonizado muy rápido por la Iglesia católica con 325 días después de su fallecimiento el día 30 de mayo de 1232.

Numerosos episodios sobrenaturales le son atribuidos, como la bilocación, o ser visto en dos lugares al mismo tiempo, ser entendido y comprendido por los peces cuando las personas despreciaron sus predicaciones o de cargar en sus brazos al niño Jesús durante una noche. En 1263, la ciudad de Padua le dedicó una basílica que conserva sus restos, 30 años después de su muerte, el sarcófago donde se encontraba su cadáver fue abierto, se cuenta que aunque todo su cuerpo estaba ya corrupto la lengua no, lo que provocó una nueva oleada de devoción. Lo proclamaron Doctor de la Iglesia el 16 de enero de 1946, León XIII lo llamó “el santo de todo el mundo”. Fue llamado “doctor evangélico” y escribió sermones para todas las fiestas del año.

También se le llamó “Milagroso San Antonio” por ser interminable la lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte, uno de los milagros más famosos de su vida, donde un hombre quiso retar a San Antonio a que probase que Jesús estaba en la Santa Hostia, el hombre dejo a su mula tres días sin comer y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a san Antonio con una Santa Hostia; la mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

En su iconografía por regla general, a partir del siglo XVII, se le representa a san Antonio con el niño Jesús en los brazos, ello se debe a un suceso que tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando el santo estaba de visita en la casa de un amigo, en un momento determinado, éste se asomó por la ventana y vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y resplandeciente que sostenía en sus brazos. En las representaciones anteriores al siglo XVII aparece san Antonio sin otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las Sagradas Escrituras, en ocasiones se le representó con un lirio en las manos y también junto a una mula que, según la leyenda se arrodillo ante el Santísimo Sacramento.

San Antonio es el patrón de los pobres y ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama “pan de san Antonio”; esta tradición comenzó a practicarse en 1890. No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la “Chronica XXIV Generalium” (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba san Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro. Hay muchos milagros y muchas oraciones para este santo pero sería interminable el hablar de él por eso solo les doy estos datos de él.

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