domingo, julio 7, 2024
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Amigovios y la pérdida de límites

Por Sexólogo Alfonso Aguirre Sandoval.

A través de la amistad se establece un lazo afectivo de mutuo entendimiento que tiende a permanecer casi inalterable a pesar de las vicisitudes en la vida de cada quien.

La amistad permite la libre expresión de las necesidades, los gustos, las penas y los secretos dentro de un clima de mutua compresión y respeto ante las diferencias.

Su propósito es la compañía, el conocimiento mutuo, el apoyo, la aceptación, la confianza, etc. sin aquellos sentimientos posesivos que suelen acompañar al vínculo afectivo amoroso.

Sus límites tradicionales los ha marcado el grado y tipo de afectividad involucrada y el bloqueo a la intimidad física erótica-sexual, que permitía identificar con claridad la amistad de una relación de pareja.

El término «amigovios» en el contexto heterosexual, nos alertó de que se habían quebrado las contenciones sociales arbitrarias entre un tipo de relación y otro. Históricamente la amistad heterosexual siempre ha sido vista con desconfianza e incluso prohibida en algunos momentos por considerar que la amistad puede llevar a otro tipo de sentimientos y acercamientos físicos no deseados por la sociedad y la familia entre una mujer y un hombre.

Lo que ha sucedido después de habernos dado permiso de transgredir esos límites custodiados por la moral tradicional convencional no ha sido nada sorprendente; en la gran mayoría de casos se ha observado que no se puede convertir la amistad en una relación amorosa/sexual y tiende a conservarse la relación de amistad solamente, -la transgresión queda como anécdota-.

En algunos casos la amistad se transforma en afecto amoroso/sexual y en otros, -muy pocos-, la amistad convive con la atracción sexual a largo plazo.

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