jueves, septiembre 19, 2024
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La historia de Puebla, en su aniversario 489

Los barrios más antiguos y los famosos lavaderos de Almoloya.

La ciudad de Puebla de los Ángeles fue fundada en el Valle de Cuetlaxcoapan, se encuentra rodeado de los volcanes Popocatépetl, Ixtaccihuatl, Pico de Orizaba y la montaña «La Malinche». Un 16 de abril de 1531 se funda la ciudad con el propósito de ser habitada por españoles, por tal motivo requirió de una planeación urbana previa a su construcción. Esta ciudad se visualizó como el punto de encuentro entre las ciudades de Veracruz y México, como un punto donde los viajeros y comerciantes pudieran descansar, por esto sería un punto importante de intercambio comercial y cultural.

Te daremos a conocer cinco datos en torno a la fundación de Puebla que quizás no conocías, esto porque se conoce muchas leyendas en torno a esta fundación:

1.-¿De dónde surge el nombre Puebla de los Ángeles? Germán List Azurbide propone que el nombre hace alusión a un monasterio peninsular del obispo Garcés: Santa María de los ángeles y la palabra “Puebla” derivaría de las “cartas de puebla” entre la Nueva España y la Corona.

Por su parte Zenón Zerón sugiere que el nombre se debe al uso común “lugar que se puebla”. Sin embargo se toma más en cuenta la referencia propuesta por Leicht y John Mc Andrew, quienes apuntan a que el nombre se derivó de Juan de la Puebla, franciscano español que vino a la Nueva España como misionero.

2.-Pocas familias para la ciudad de los Ángeles. Sí bien no se tiene una cifra exacta debido a las diversas variaciones de los documentos, se sabe que la cifra de familias para habitar la nueva ciudad oscilaba entre 30 y 60. Esto se confirma con documentos de Fray Motolinia y de la Audiencia, donde se mencionan “no más de cuarenta y de cincuenta” cabezas de familia.

3.-¿Ciudad totalmente de Españoles? Puebla fue una ciudad destinada a españoles, resulta interesante saber que eran pocas las familias habitando y eran más el numero de indígenas que trabajaban para estas. Se hace mención de que cada español podía tener hasta 30 trabajadores a su cargo; lo que, si tomamos el máximo de 60 familias, implica la presencia de 1800 indígenas dentro de la ciudad. La mayor parte de ellos provenientes de Tlaxcala, Tepeaca, Huejotzingo, Calpan y Cholula.

4.-La ciudad como experimento social. Al ser una nueva ciudad, con nuevas casas y nuevas familias, se desató mucho la expectativa de lo que pasaría, sobre todo porque en un principio hubo dificultades con poblaciones como Teotihuacan, e inconformidad por parte de algunos españoles. No obstante se mantenía un espíritu optimista, ya que había una percepción de progreso:

“Si bien los pobladores antes habían sido unos perdidos u holgazanes, ahora se están convirtiendo en útiles y productivos ciudadanos” Juan de Salmerón.

5.-El verdadero fundador de Puebla. La tradición popular considera al Sr. Garcés como fundador de Puebla por la leyenda del supuesto ensueño, donde unos ángeles designaron el Valle de Cuetlaxcoapan como terreno de la futura cuidad. Sin embargo esta maravillosa narración era absolutamente desconocida antes de que, en 1692, lo insertara el padre Florencia en su libro sobre la aparición del Arcángel San Miguel en Santa María Nativitas. ¿Pero entonces quién es el verdadero fundador? En realidad Puebla se fundó gracias al licenciado Juan de Salmerón, oidor y presidente de la segunda Audiencia, pues en él recayó la responsabilidad de su edificación.

La fecha de fundación fue el 16 de abril de 1531, el trabajo para delinear y formar las calles fue dirigido por el fraile franciscano Toribio de Benavente, conocido por los indígenas como Motolinía, quien oficia la primera misa, por lo cual se considera este día como la fecha de su fundación.

La ciudad fue fundada con la intención de conformarla en un espacio para inmigrantes españoles, la que se convierte en la segunda ciudad en importancia de la Nueva España, gracias a que se constituye en un gran espacio productivo. En primera instancia, la ciudad estuvo formada por: conquistadores encomenderos, conquistadores casados con indias, caciques, sacerdotes, conquistadores pobres y pobladores artesanos a los cuales se les reparten 40 solares de la traza urbana.

Para el año 1531 se coloca la primera piedra de la catedral, en terrenos conocidos como el «Portal de Borja», cuya construcción se inicia el 29 de agosto de 1536 y se concluye en 1649. El templo y Convento de San Francisco datan del año de 1535, en el año 1611 se termina la construcción del templo de Santo Domingo y en abril de 1690 se inaugura la Capilla del Rosario. Así las necesidades apremiantes y básicas de la ciudad originan la instalación de molinos y batanes en las riberas de los ríos Atoyac y Alseseca, además surgen los obrajes y la ciudad se convierte en el centro agrícola, industrial y comercial más importante de la Nueva España.

La producción textil es durante la época colonial la actividad productiva más importante en el desarrollo de la economía virreinal, tanto por su papel en el comercio regional, como en el volumen de personal que empleaba; sin embargo, las continuas guerras entre la Real Corona Española, Inglaterra y Francia impiden el abastecimiento oportuno de textiles, que ejerce el monopolio Español, lo que genera que se abra un breve período de auge para la producción textil local. Bajo estas condiciones la ciudad se constituye durante las últimas décadas de la época colonial en uno de los principales productores de textiles de algodón, que abastece regularmente el mercado colonial novo hispano.

El primer impulso en el desarrollo urbano de la ciudad se da a lo largo del siglo XVI, y se establecen diversos barrios como el de San Juan del Río o Tlacaltecapan, Analco, Santiago, San Pablo de los Naturales, San Sebastián, Santa Clara y su arrabal de San Antonio y San Miguelito. Al norte de la ciudad se ubican Xonacatepec y Xanenetla, que no constituyen propiamente barrios, sino forman arrabales que tardíamente se incorporan al conjunto de la traza urbana; también está el Barrio del Alto, en el cual se ubica el Convento de San Francisco, el Barrio del Carmen ubicado al sureste de la ciudad y el Barrio de San José que se extiende al norte y hacia el sur se ubicaba el Pueblo de San Baltazar cuya importancia se incrementa a partir del siglo XVII.

ANALCO.

Uno de los barrios de Puebla es Analco, palabra que proviene del náhuatl «al otro lado del río», se localiza en la revera de lo que fue el Río de San Francisco, hoy boulevard 5 de mayo. Este es uno de los barrios más antiguos, se dice que su población empezó a surgir debido a la gran cantidad de indios que llegaban con la finalidad de ayudar con la mano de obra en la construcción de la ciudad, dentro de la traza urbana, recordemos que los indios fueron los encargados de su edificación con materiales de la misma zona incluso de las orillas del río de San Francisco. En 1560 se realiza la construcción de la ermita, posteriormente pasa a ser parroquia a cargo de los franciscanos, en 1640 pasa a manos del clero secular e inicia la construcción del gran retablo dorado. El templo dedicado al Santo Ángel Custodio que conserva dos imágenes muy importantes, la de Jesús de Nazareno y El Señor de las Tres Caídas.

La Luz

En la antigüedad “tlaxicalli” (lugar de casa para la gente) dentro de Tepetlalpan (el náhuatl de “tierra firme”). El barrio es personas, lugares, trabajo, parentescos, fiestas y oficios. Cuenta la leyenda que se le pidió a San Jeremías que hiciera una palangana. Pero al tratar de hacerla, encontró que la tierra era demasiado seca y que no podía trabajarla. El Santo empezó a llorar y mientras lloraba sus lágrimas iban cayendo sobre la tierra, humedeciéndola. Con esta agua vio que se podía trabajar la tierra y entonces hizo la palangana. Lo que hoy conocemos como Barrio de la Luz pertenecía antiguamente al tlaxicalli denominado Tepetlapan, una de las cuatro subdivisiones que conformaban el Barrio de Analco. Es oportuno llamar la atención sobre el hecho de que Tepetlapan, palabra náhuatl cuyo significado es “Tierra firme”, servía para designar el sitio de donde se extraía el barro para la producción alfarera.

La investigadora Patricia Arias sugiere que la práctica de este oficio en el Barrio de la Luz se origina en el siglo XVI, si bien la primera Ordenanza de loceros poblanos data del año de 1653. En dicha Ordenanza ser menciona, además de la loza amarilla y blanca, la existencia de la colorada, cuya manufactura ha sido especialidad de los alfareros de este Barrio. La tradición reconoce como difusor de esta última al capitán Gabriel Carrillo de Aranda, quien en 1689 instaló un obrador de loza en una de las calles de la Luz; el hecho tuvo tal importancia que la vía en cuestión recibió desde 1780 el nombre de Calle de Carrillo, misma que en la nomenclatura actual corresponde al tramo de la avenida Maximino A. Camacho, ubicada entre la 14 y 16 Sur-Norte.

Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, cronista novohispano de la Puebla de fines del siglo XVIII, consignó en sus escritos un testimonio que describe cómo era la cultura alfarera de la Luz en su época. Según sus propias palabras: era del Tepetlapan de donde se sacaba el barro fino y muy a propósito para ollas, cazuelas y demás vasijas necesarias para el uso común, que se llevaban de aquí para todo el reino, porque en ninguna parte se hacen como ellas. En el siglo XIX, Guillermo Prieto y Agustín Arrieta -que se conocieron cuando el primero pasó una temporada en la angelópolis- registraron -uno en las letras y el otro en la pintura- sus respectivas impresiones sobre la alfarería popular de Puebla. Sin embargo, la huella más profunda que ha dejado el barro en la cultura poblana está asociada con su tradición gastronómica, ya que el mole, expresión singular del barroco angelopolitano, está indisolublemente ligado a la popular cazuela del Barrio de la Luz.

De los acontecimientos antes narrados surgió un refrán que perduraría durante los siglos XVIII y XIX: “De la Puebla, el jabón , la loza y no otra cosa”.

El Alto.

Se ubica entre las márgenes de dos ríos, al sudeste el arroyo de Xonaca; al poniente, el río de San Francisco; y al norte colinda con la 22 Oriente. Comprende una superficie aproximada de 46 mil 500 metros cuadrados en 25 manzanas. En este barrio se construyó la primera parroquia, La Santa Cruz, que administraba todo el barrio del Alto de San Francisco, donde se hizo la primera población. Así el barrio del Alto es un antiguo barrio indígena mixteca. Se encuentra ubicado entre los ríos San Francisco y Xonaca en la ciudad de Puebla, época en la cual solo vivían algunos españoles. El Alto se encuentra ubicado en la calle 18 Norte, 22 Oriente, 4 Oriente, y Bulevar 5 de Mayo, pero su centro es el cruce de la 14 Oriente y la calle 14 Norte donde está el Portalillo.

El edificio del mercado se inauguró el 16 de septiembre de 1930. Frente a él se puso la fuente referente del barrio, que ostenta ocho veces el escudo de la orden de San Francisco y la cual estuvo primero en el patio del hospital, después cárcel, San Juan de Dios.
La iglesia de San Juan del Río, es la más grande y ocupa actualmente una manzana entera; el terreno de esta iglesia queda entre la 20 y la 22 Oriente y entre las calles 12 y 14 Norte. En el barrio El Alto se ubica el mercado «José María Morelos», mejor conocido como el «mercado El Alto», un lugar concurrido por mariachis, al que se ha denominado el «Garibaldi de Puebla».

Lavaderos de Almoloya.

Conforme la ciudad crecía la población necesitó agua para cubrir sus necesidades básicas, una de las cuales era lavar su ropa. Desde 1704 se mencionaba la existencia en el barrio de San Francisco y Doctrina de Santa Cruz (hoy calle 10 Norte a un costado de la 14 Oriente), de una casa con lavaderos y tres manantiales de agua junto al lavadero del río San Francisco (actualmente Boulevard 5 de Mayo). Este tipo de lugares eran sumamente demandados por las lavanderas de la ciudad, que desde su fundación debían buscar los nacimientos de agua que se encontraban fuera de la zona urbana, cargando su bulto de ropa, un jabón que ellas mismas elaboraban, y buscando una piedra donde tallar; este oficio fue ejercido principalmente por indígenas, negras y mulatas.

La necesidad de agua y un lugar donde lavar originó la construcción de los primeros lavaderos públicos, los más emblemáticos fueron los lavaderos de Almoloya, construidos por 1863, después de la demolición de unos más antiguos, ya muy dañados. Contaban con una pileta central que distribuía el agua hacia 20 lavaderos. Su nombre se debe a que ahí se localizaba el ojo de agua de Almoloya (que significa «Agua que brota»), en donde se celebraba el día de San Juan Bautista. En los lavaderos, las mujeres muchas veces dirimían sus diferencias y manifestaban sus coincidencias; de ahí la frase: “ahí en el lavadero”, que no pocas veces fueron testigos de enojos y amistades; también eran el centro de información, donde se publicitaba lo privado, como señala una frase muy utilizada: “lo oyó en el lavadero”.

Ahí se lavó la ropa del rico por encargo y los andrajos del pobre por necesidad. Abundancia de agua sin desperdicio, alimentó asimismo los famosos baños de San Juan Bautista: “Quien quiera bañarse con agua pura y cristalina tiene que ir a los baños de San Juan Bautista”, rezaba la publicidad. Los lavadores de Almoloya cerraron en 1983, y aunque actualmente no se puede entrar, ya que sólo se abren para actos públicos.

XANENETLA.

El barrio de Xanenetla, es uno de los más antiguos de Puebla, se fundó alrededor de 1551, su nombre proviene del náhuatl Xalnenetl, que significa tipo de gravilla y del prefijo Tla de que es lugar. La piedra arenisca de origen volcánico que se utilizó como material para la construcción. Por esta situación se establecieron ladrilleras en la zona, los dueños regalaron a indios probablemente eran sus trabajadores, los terrenos ubicados entre los barrios de Texcoco y El Calvario. Este antiguo barrio se distinguió por ser el hogar de ladrilleros y alfareros de la ciudad. Los habitantes eran indígenas que trabajaban para los españoles colonizadores de la Nueva España.

La cercanía de Xanenetla con el río San Francisco y sus barreales, hicieron que, con el tiempo, al barrio se le conocía como el arrabal de Xanenetla; su nombre actual “barrio de Xanenetla” y fue inscrito a partir del año 1735. Dentro del barrio está el Campo Santo del Hospital San Pedro, un cementerio del siglo XVIII, donde se enterraban los cadáveres de los fallecidos del Hospital San Pedro, hoy San Pedro Museo de Arte. El camposanto dejó de funcionar en 1880 al inaugurarse el panteón municipal. El barrio conserva su peculiar traza laberíntica.

Cuentan los habitantes de Xanenetla que el barrio hizo su parte en la batalla del 5 de mayo de 1862, porque algunos soldados franceses que huían de la batalla se extraviaron en los callejones, donde finalmente fueron capturados. Para el año de 1970 cuando se entubo el río San Francisco y se construyó el boulevard 5 de mayo, se aisló al barrio y lo condenó al olvido de los poblanos. Era muy común encontrar baldíos, casas en ruinas y construcciones abandonadas. En el año de 2009 el Colectivo Tomate arranco el Proyecto “Puebla Ciudad Mural”, un plan de murales colectivos que promovió la inclusión de los lugareños; para abril de 2012 se inauguró la tercera etapa del proyecto que contempló 55 murales.

Xanenetla tiene 27 lugares de interés entre estos se encuentra el templo de Santa Inés del Monte Pulciano ubicado en la 4 norte esquina 30 oriente; la Plazuela de Santa Inés, la Ladrillera de la Granja, el Arco de San José y Loreto en la calzada Zaragoza y 30 oriente, La Rinconada, el Callejón de Sal si puedes, al Antiguo puente de Xanenetla en boulevard 5 de mayo y 4 norte, la Calle de los canteros, la Casa de Niños Hogar Franciscano, Plazuela de Texcoco en la 4 norte y 28 oriente, Casa del Fresno, Capilla del Camposanto de Xanenetla en la 4 norte y 30 oriente, Callejón del Fresno, los Alfares de la barranca o las Ladrilleras, el callejón del Chirimoyo, la Plazuela del Hogar, la Capilla de la Mora, la Fachada del Rancho de Texcoco, los restos del Acueducto y la Plazuela de la Granja.

Te voy a hablar de algunos la Plazuela Texcoco, está en el entronque de la 28 oriente y 4 norte, es una referencia obligada al pasar por el barrio, antiguamente era conocida como Calle del Arbolito pues dentro de esta se encontraba un árbol del tipo fresno, pero cuentan los vecinos que fue cortado por su deterioro en 1990. La fuente al centro de la plazuela data del 1781, como gratificación a los vecinos de Xanenetla por su ayuda para la construcción de Cuartel de Dragones o Cuartel de San José al otro lado del río.

Otro lugar es la Iglesia de Santa Inés, se encuentra al final de la 4 norte, está dedicada a Santa Inés de Montepulciano y se concluyó su construcción en 1776, la iglesia en sus inicios dependía de un monasterio dominico frente a la zona de la Concordia. A partir de los años 70’s, el templo cuenta con un albergue para niños y personas con discapacidad. También el Estadio Olímpico Ignacio Zaragoza se construyó en 1952 y albergó al equipo de béisbol Los pericos de Puebla, posteriormente en 1968 fue sede de los juegos olímpicos de México 1968, por esto se le dio el título de Olímpico. Fue casa de los equipos de futbol Puebla F.C., Lobos BUAP y Ángeles de Puebla. En 1981 fue sede de dos conciertos del grupo británico Queen y su vocalista Fredy Mercury, con lleno total, antes de hacerse conciertos masivos en el país. Y el otro donde se presentó el grupo Menudo, donde hubo una tragedia en la que murieron algunas personas.

Xonaca.

El árbol de Xonaca y la Fuente de los Muñecos son dos emblemas significativos de la colonia Xonaca. El árbol es un roble de más de cien años, símbolo de nobleza y resistencia. La fuente representa la imaginación y la leyenda de la colonia, dos atributos que conforman la grandeza del antiguo barrio de Xonaca, de la ladrillera o del cebollero. Xonaca deriva de la palabra náhuatl xonacatl, que significa «cebolla»; nombre que adopta del arroyo que bajaba desde Xonacatepec, o «cerro de las cebollas», y que fue convertido en lo que conocemos como Boulevard Xonaca. El barrio fue fundado por migrantes tlaxcaltecas y pobladores de Xonacatepec.

La iglesia barroca también es parte de su identidad vecinal. El orgullo del barrio está en sus calles empedradas y algunas fachadas históricas hoy en deterioro. Personajes ilustres han tenido sus casonas en la colonia; pintores Ilustres, músicos, compositores, poetas, maestros y artesanos. El árbol de madera fina vigila el caminar de los vecinos. Es testigo mudo de los feligreses al templo. Sus hojas reverdecen cada año y su tronco cada vez es más ancho y añoso. La fuente, manantial de la imaginación, da vida a leyendas en torno a su construcción. Se conserva y muestra a los visitantes, que en tranvía turístico, a pie o en el transporte público, observan una y otra vez su cantería antigua.

La unidad vecinal es crucial para preservar estos monumentos históricos. Es por ello necesaria la organización de toda la colonia. La Unidad Vecinal de Xonaca debe plasmarse en una organización de participación ciudadana. Los huehues son también parte del carnaval y su historia. Representan la alegría de un pueblo vivo cuya convivencia debe ser sana y respetuosa de los derechos de los demás. Todos tenemos derecho a la convivencia, siempre que se respete el mismo derecho a terceros.

Con información de Corazón de Puebla, radio BUAP, efecto 10, México desconocido, La Gaceta, Agua Simple y Xonaca.com

Alejandra Delgadillo
Egresada de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UPAEP. Colaboradora en El Sol de Tlaxcala. Reportera de Noticias en Grupo Acir Puebla, donde tenía a mi cargo las fuentes de Salud, Instituciones Asistenciales, Iglesias, Agrarias, Ecología y Empresariales. Participé en el área de prensa de la Delegación del ISSSTE Puebla. Las secciones que escribo son: Vida Sana, Cábalas y Tradiciones, Mamás y Algo Más, Feminismo Hoy, Salud, Economía, Ciudad y Seguridad, en Revista Única. Además, soy colaboradora del programa de radio Cinco Mujeres en Cinco Radio. Coautora del libro “Crónicas de Puebla, 50 años”.

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