– Se sentía bien de salud, medicado diariamente y más por la altura a la que está ubicada la ciudad de Puebla…
Padecía de hipertensión, y aunque es una enfermedad con grandes posibilidades de ser controlada, también es el “gran enemigo silencioso” que causa miles de muertes al año en nuestro país.
– Luis decidió venir a Puebla para visitar a su familia y un día entre semana se animó ir al centro de la ciudad; sin saber que no regresaría a casa tal y como salió por la mañana…
Caminando por las calles, sintió el impacto en su cabeza con un gran dolor que lo tiró al suelo… después de esto, nunca fue igual ni para él ni para su familia.
Tirado en el suelo, la gente que transitaba por la banqueta no lo ayudó, -pensaban que estaba borracho- no articulaba las palabras ni podía sostenerse en pie…
Pero siempre hay ángeles que están cerca de nosotros y dos jóvenes estudiantes de medicina en el año de 1994 lo ayudaron y entre las palabras entrecortadas que decía Luis, pudieron descifrar a dónde llevarlo…
Después, en casa, llamar a la ambulancia para ir al hospital… Luego, jamás hubo una recuperación…Había sido un infarto cerebral y unas horas después se sumó otro que si bien no lo mató, los daños severos en el cerebro fueron irreversibles.
La causa de esta historia fue la Hipertensión Arterial, enfermedad que con base a datos del IMSS “uno de cada tres mexicanos mayores de edad padece hipertensión arterial, enfermedad crónica degenerativa cardiovascular que registra 7 millones de casos y provoca más de 50 mil muertes al año”.
De acuerdo con el Doctor Darío Alejandro Papaqui Ramírez, miembro del Colegio de Pediatría de Puebla y con más de 40 años de experiencia puntualizó que el manejo de esta enfermedad debe ser integral y deben aplicarse cambios en el estilo de vida y la alimentación, lo cual contribuye de manera importante en la disminución de riesgos y consecuencias irreversibles o fatales como accidentes cardiovasculares, ataques cardiacos, derrames cerebrales, enfermedades renales, entre otros.
Recomendaciones:
Si ya se padece esta patología, no hay más que aplicarse y disciplinarse en la alimentación y en el ejercicio.
Pero en el tema de la comida, se aconseja la ingesta de frutas y verduras, así como la disminución en tomar bebidas alcohólicas, ya que éstas incrementan los niveles de la presión arterial.
También los probióticos (alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias «buenas») y prebióticos (alimentos con alto contenido de fibra)
Asimismo, se exige la realización de actividad física, parte fundamental en el manejo de esta enfermedad y en la reducción de padecimientos cardiovasculares. Lo óptimo es llevar a cabo 150 minutos de actividad física por semana; es decir, en promedio 20 minutos al día.
Sin embargo, no olvidar la consulta médica y el control y vigilancia estricta de la enfermedad.
Y para contarles el final de la historia con la cual iniciamos, éste fue triste… después de un año en estado vegetativo, Luis, trascendió para seguramente estar mejor.
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