A 44 años de su visita, la arquidiócesis de Puebla recordó al Papa Juan Pablo II, quien el 28 de enero de 1979 recorrió las instalaciones del Seminario Palafoxiano para inaugurar los trabajos de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
Karol Józef Wojtyla, quien como Papa llevó el nombre de Juan Pablo II, descansó en una de las habitaciones del Seminario Palafoxiano, tras su recorrido por la Ciudad de México, su paso por la autopista México-Puebla y su recorrido por calles de la Ciudad de Puebla.
Durante el encuentro de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en el Seminario Palafoxiano participaron más de 400 religiosos entre cardenales, obispos y presbíteros, quienes dejaron para la iglesia católica el denominado “Documento Puebla”.
Con motivo del aniversario de la visita del Papa, la arquidiócesis de Puebla recordó algunas de sus frases: “La iglesia tiene el deber de ofrecer bienestar, a la armonía, a la justicia y a la paz de estos pueblos”; “Las familias latinoamericanas deberían tener siempre tres dimensiones: ser educadoras en la fe, formadoras de personas, promotoras de desarrollo” …
En su momento, el arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca y Pacheco, fue el encargado de organizar la recepción del Sumo Pontífice hace 44 años. El 28 de enero de 1979, Huesca y Pacheco fue a recibir al Papa en Río Frío. El Papa se bajó del Papamóvil y con el gobernador de Puebla, Alfredo Toxqui, se intercambiaron saludos.
“El 28 de enero lo fuimos a esperar al monte, en Río Frío. Estuvimos el señor gobernador, Alfredo Toxqui, su esposa y sus hijos. Según el protocolo estaba pensado un frío terrible. Pensamos que bajaría la ventanilla y se le entregarían las llaves simbólicas llaves del estado que ni se dieron”, explicó Huesca y Pacheco en tono de broma en una ponencia que impartió a estudiantes de la Upaep en febrero de 2016.
“El Papa me dijo, tú aquí y me sentó junto a él. Yo me sentí ahí y dije, ahora sí estoy en absoluto outside y el árbitro me va a sacar. A mi derecha estaba el Santo Padre y a mi izquierda el nuncio. La primera pregunta que me hizo el Papa fue ¿Dónde están los indios? Y le dije: indios somos todos. No lo queremos reconocer, pero ahora estoy recordando a Octavio Paz, quien nos dice que no queremos ser ni indios, ni españoles. Le expliqué el fenómeno de mestizaje. Le dije al Papa que iba a recibir a un indígena. Me preguntó por el costo por la leche, por cuánto gana un albañil. Me preguntó asuntos del hombre. El papamóvil era descubierto y de pronto se quedó dormido. Me dejó admirado y, de repente, se despertó y pidió disculpas”, añadió.
En octubre de 1978, Karol Józef Wojtyla fue nombrado Papa. En aquella ocasión, los cardenales mexicanos lo invitaron a venir a México.
“El Papa dijo que sí vendría y, entonces, empezamos a subir y que me quedo sufriendo. Le llamé el Plan de los 100 días para organizar su recepción. Lo fuimos a recibir a los límites por tierra. Le puedo decir que la agenda de la visita del Papa fue un jaloneo terrible por motivos buenos, todos quieren que vaya. Si viene a Puebla ¿Por qué no pasa a Tlaxcala? Un problema. Entonces, nos pusimos a trabajar. El 28 de enero lo fuimos a esperar al monte, en Río Frío. Estuvimos el señor gobernador, Alfredo Toxqui, su esposa y sus hijos. Según el protocolo estaba pensado un frío terrible, ahora no lo hubiese resistido. Pensamos que bajaría la ventanilla y se le entregarían las llaves simbólicas llaves del estado que ni se dieron”, añadió en aquella conferencia Rosendo Huesca y Pacheco.