“Para una mujer, independientemente de otros factores que tengan que ver con la obesidad (como la dieta o la actividad física), el uso prolongado y continuado de anticonceptivos orales podría multiplicar prácticamente por tres su riesgo de desarrollar obesidad a largo plazo, en comparación con mujeres en las mismas condiciones que no los consumen. De hecho, a día de hoy, hay mujeres que dejan de tomar anticonceptivos por este motivo. Nuestro estudio aporta evidencia a esta creencia extendida”.
Así lo afirma Alfredo Gea, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y autor senior de un trabajo publicado en la revista científica International Journal of Obesity.
El equipo de expertos del Ciberobn, pertenecientes al Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, valoró prospectivamente el riesgo de desarrollar obesidad en 4.920 mujeres jóvenes (de 28 años de media de edad) graduadas universitarias españolas durante más de ocho años de seguimiento. Todas ellas, que inicialmente no padecían obesidad, se clasificaron en dos grupos, en función de si utilizaban o no de forma regular anticonceptivos orales. El uso de anticonceptivos orales y el índice de masa corporal (IMC) se evaluaron al inicio del trabajo de investigación y cada dos años durante el seguimiento.
Respecto a cuánto aumentaba el índice de masa corporal de las mujeres que usaban regularmente anticonceptivos orales, “nuestro estudio se centró principalmente en la probabilidad de alcanzar un IMC de 30 kg/m2 (considerado ya como obesidad), más que en el cambio medio, puesto que las participantes que pierden peso enmascaran los cambios de peso del resto”, puntualiza el autor.
Hipótesis y consejo
Gea comenta que aunque la evidencia científica es inconsistente con respecto al mecanismo biológico subyacente al riesgo citado, “el cambio de peso podría deberse a la retención de líquidos, a un mayor depósito de grasa o, incluso, a una ganancia muscular; todos provocados por mecanismos hormonales. En cualquier caso, la obesidad es de origen multifactorial y el uso de anticonceptivos podría sumarse a muchos otros factores en el proceso etiológico de la obesidad”.
Según el experto, los resultados hallados aconsejan la cautela en el uso de anticonceptivos orales y dan información importante a las mujeres a la hora de tomar la decisión de usar estos fármacos. Además, están en línea con riesgos previamente identificados en estudios de cohortes suecas y norteamericanas de diabetes, hipertensión arterial, enfermedad coronaria y cáncer de mama, todas ellas asociadas a la obesidad.
¿Sería recomendable hacer descansos de la píldora?
Si el riesgo de desarrollar obesidad aumentaba en las mujeres que hacían un uso regular y continuado de los anticonceptivos orales, ¿podría ser recomendable hacer descansos en la toma de estos fármacos? “Con los resultados de la investigación es complicado responder a esta pregunta. Nuestro propósito es dar herramientas a las mujeres para que decidan libremente y teniendo toda la información, según sus características y circunstancias, y siendo conscientes de las posibles consecuencias”, contesta Gea.
¿Hay datos sobre el riesgo de obesidad a corto plazo?
Según el científico del Ciberobn, “el diseño de nuestro estudio nos imposibilita evaluar cambios a menos de dos años, lo cual ya deja de ser corto plazo. Habría que realizar otros estudios para sacar conclusiones al respecto. Sin embargo, sería lógico pensar que el uso prolongado tenga un efecto mayor, por acumulación, y eso es lo que hemos encontrado en esta investigación”.
Aspectos que quedan por estudiar
Por último, Gea cuenta que han evaluado el uso de anticonceptivos orales, sin especificar ninguno concreto, y añade que “sería muy interesante poder profundizar en distintos tipos y usos, y nuestra publicación puede dar pie a otros grupos a indagar más en esta asociación para responder a estas y otras preguntas que surgen a raíz de los resultados presentados”. Además, avanza que les gustaría contrastar algunos de los resultados obtenidos por otros grupos de investigación con respecto a otros potenciales efectos de los anticonceptivos.