Una de las características que van de la mano en el tema del Día de las Madres, que ya está próximo a celebrarse en nuestro país, es el tema de la inserción laboral, o su situación civil, y más en estos tiempos donde los índices de divorcios, madres soltera o viudez se especifican con cierta puntualidad.
Así, pudiéramos mencionar circunstancias distintas que hoy en día son más que comunes y que hasta hace algunas décadas eran cuestión de esconderlas o negarlas.
Pero vamos a las cifras: con base en el Censo de Población y Vivienda 2020, se destaca que, a nivel nacional en 33 de cada 100 hogares, las mujeres son reconocidas como jefas de la vivienda, lo cual significa: 11 millones 474 mil 983 hogares en nuestro país.
En el caso de Puebla, el 32 por ciento de los hogares presenta esta característica, mientras que el 68% está dirigido por hombres.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2020), en las casas en donde residía al menos una madre soltera, 65% de los ingresos corrientes trimestrales del hogar procedió de ingreso por trabajo; 19% fue por transferencias; 13% de la estimación del alquiler y 3% de la renta de la propiedad.
Otro dato interesante es en referencia al grupo de edad donde se centró la mayor cantidad de madres solteras (12%) fue el de 30 a 34 años (lo que significa un total de 4 millones).
Posteriormente las de 25 a 29, 35 a 39 y 40 a 44 años, con un peso porcentual de 11% en cada caso.
Muchas son las condiciones de las madres en nuestro estado y en nuestro país, desde la madre soltera joven (donde en Guanajuato, Puebla, Aguascalientes, Coahuila, Yucatán, Zacatecas y Durango, más de 25% de los nacimientos registrados de madres solteras correspondió a adolescentes menores de 20 años), pasando por mujeres indígenas con más de cuatro hijos, madres trabajadoras, madres divorciadas, madres viudas, madres de la tercera edad, madres con problemas de salud… la diversidad es amplia.
Con base en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a raíz de la contingencia por COVID-19, el sector femenino fue el más afectado ya que se registró mayor pérdida de empleo durante el 2020, esto se dio principalmente en el grupo de edad entre 30 y 64 años.
La participación laboral, de ingresos económicos a los hogares de parte de las mujeres, no es un tema que deba minimizarse, es tan importante a tal grado que, de no ser así, muchos niñas, niños y jóvenes no tendrían qué comer.
