Ayer me enteré de un caso tristísimo que sucedió en la exclusiva ‘Lomas de Angelópolis’, un joven menor de edad -según él- golpeó a un guardia de seguridad por que le negó el acceso ‘supuestamente’ por no identificarse.
El joven pertenece a una clase económica superior al de muchos poblanos y poblanas, también poblanes. Y por su actitud se puede considerar un Jr.
He conocido muchos juniors y no todos son violentos, pero tienen características exclusivas.
Tienen lujos y les gusta presumirlos.
Son arrogantes.
Cuando tienen un problema su papi acude al rescate.
Hacen menos al que tiene una condición social menor o un color de piel diferente.
Asumen su posición en la sociedad como merecida naturalmente.
Tienen un círculo cerrado para mantener su “linaje” de “gente bien.
Además de muchas otras características de vestimenta, léxico y gustos musicales.
Quizá la peor parte de los juniors es su orgullo de pertenecer a la clase adinerada y fifi. Lo que los vuelve indiferentes a las demás personas, no quieren mezclarse y viven en otra realidad fuera de la que vive el país.
El joven que golpeo al guardia de seguridad se llenó de cinismo y cobardía, después de haber violentado quiso cambiar las cosas y acusaba al guardia de haberlo golpeado primero, enfatizaba que era menor de edad, luego suplicó a una mujer que lo grababa, no lo hiciera.
Táchenme de pesimista, pero el tema estoy casi segura de que no pasará de un escandalo que será tendencia un par de días y punto.
El odio y desprecio de la clase alta por la clase baja seguirá vigente y creciendo; y viceversa.
¿Qué pasa cuando un junior se llega a meter en un barrio bajo?
También sufre el desprecio de la clase baja por los juniors.
Estoy indignada, triste y asustada: vivimos en un país de desiguales donde los extremos polarizan y se prenden a la menor provocación.
¡qué miedo!
La Chica Única
@lachicaunica_
