Nicolás Maduro ha asumido la presidencia de Venezuela para el período 2025-2031, en una ceremonia realizada en la Asamblea Nacional, controlada por el oficialismo.
La toma de posesión se llevó a cabo en medio de acusaciones de fraude electoral por parte de la oposición, que sostiene que Edmundo González Urrutia fue el verdadero ganador de las elecciones de julio de 2024.
Durante su discurso de investidura, Nicolás Maduro defendió la legitimidad de su mandato y prometió un período de paz y prosperidad para el país.
Sin embargo, la comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Venezuela. Estados Unidos ha incrementado la recompensa por la captura de Maduro a 25 millones de dólares, mientras que la Unión Europea ha impuesto sanciones adicionales contra funcionarios venezolanos, acusándolos de violaciones a los derechos humanos y manipulación del proceso electoral.
La oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática, asegura tener pruebas de la victoria de González Urrutia y ha intensificado las protestas en las calles.
González Urrutia, actualmente en República Dominicana, ha manifestado su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia, a pesar de los riesgos que ello conlleva, dado que Maduro mantiene el control de las fuerzas armadas y las instituciones del Estado.
La comunidad internacional se mantiene dividida respecto al reconocimiento del nuevo mandato de Nicolás Maduro. Mientras países como Rusia han enviado representantes a la ceremonia de investidura, otras naciones y organismos internacionales han expresado su rechazo y llamado a la restauración de la democracia en Venezuela.
La situación en Venezuela sigue siendo tensa, con un clima político polarizado y una crisis económica y social que continúa afectando a la población.
Se espera que en los próximos días se desarrollen nuevas movilizaciones y acciones por parte de la oposición y la comunidad internacional.
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