La reconocida primatóloga, etóloga y conservacionista Jane Goodall falleció este miércoles a los 91 años.
Jane Goodall se convirtió en una de las figuras más emblemáticas de la defensa de los derechos de los animales y del medio ambiente, con una carrera que abarcó más de seis décadas estudiando la vida silvestre en Tanzania y promoviendo proyectos ecológicos alrededor del planeta.
Goodall saltó a la fama por sus estudios pioneros sobre los chimpancés salvajes en el santuario de Gombe, donde observó comportamientos como el uso de herramientas por estos primates, un hallazgo que transformó la comprensión científica sobre los lazos entre humanos y animales.

Más allá de la investigación, fundó la Jane Goodall Institute, lideró campañas mundiales de educación ambiental y abogó por la preservación de ecosistemas naturales afectados por la deforestación, la caza ilegal y el cambio climático.
Goodall se convirtió en una pionera de la etología moderna cuando, en la década de 1960, se trasladó a las selvas de Gombe, Tanzania, donde observó durante años a los chimpancés en su hábitat natural.
Sus descubrimientos sobre el uso de herramientas, las dinámicas sociales y los lazos afectivos entre primates transformaron la manera en que la ciencia entendía la relación entre humanos y animales.
Hasta entonces, se pensaba que la cultura y el uso de utensilios eran exclusividad del ser humano, pero sus estudios demostraron lo contrario, redefiniendo los límites de la especie.
Además, se convirtió en una de las voces más influyentes en la lucha contra la deforestación, el tráfico ilegal de especies y la crisis climática.
Su capacidad de comunicar con sencillez y pasión la urgencia de cuidar el planeta la llevó a convertirse en conferencista habitual de foros internacionales y asesora de organismos como la ONU, que la nombró Mensajera de la Paz en 2002.














