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Marianne, el Fofo Márquez, y la lección que nos está costando aprender

Mujeres apuñalando mujeres por un hombre, ¿qué es esto?

El nombre de Marianne Gonzaga se viralizó porque fue detenida en la CDMX por supuestamente haber apuñalado a la actual pareja de su exnovio en Park Pedregal. Por lo que internautas se preguntan si la justicia será igual de severa que con el Fofo Márquez.

Porque sí, lo primero que saltó a la conversación, fue la comparación con el influencer, que recibió 17 años de cárcel por tentativa de feminicidio. Fofo “sólo golpeó a su víctima», argumentan algunos, mientras que Marianne Gonzaga llegó armada con un puñal; y entonces viene la gran duda: ¿le van a dar la misma sentencia? ¿o aquí vamos a debatir si fue solo un ataque de celos?

Pues no hay debate. Esto es TENTATIVA DE FEMINICIDIO. Porque el feminicidio no es un crimen exclusivo de los hombres, como tampoco lo es el machismo y la misoginia; es un crimen que ocurre cuando se asesina (o se intenta asesinar) a una mujer por el simple hecho de serlo. Y en este caso, Marianne atacó a su víctima porque era la nueva novia de su ex-novio y padre de su bebé.

Pero ojo, porque aquí hay más que una simple historia de celos llevada al extremo. Marianne tuvo a su bebé hace poco y aunque no conocemos los detalles de su ruptura, sería ingenuo pensar que este nivel de violencia apareció de la nada. Y no estoy justificando nada, la cárcel la tiene bien merecida, pero no se puede ignorar que las mujeres también pueden ser víctimas antes de convertirse en agresoras. Y para poder afirmar que es el caso, necesitaremos a que más detalles salgan a ala luz. O sea, esperen el chisme.

Lo que sí está clarísimo, es que esto debe juzgarse con la misma severidad que el caso del Fofo. Porque si tanto celebramos que un hombre violento fueran encarcelado, también deberíamos exigir que una mujer que intentó asesinar a otra enfrente las mismas consecuencias. Igualdad ante la ley ¿no?

Y de paso, ¿podemos hablar de lo triste, que es ver a mujeres peleando y destruyéndose entre sí por un hombre? ¿Cómo seguimos cayendo en estas trampas de competencia y violencia entre nosotras? No hay hombre en este mundo, que valga una enemistad, mucho menos un intento de asesinato, o mejor dicho FEMINICIDIO.

Que esta historia sirva de recordatorio: la agresión nunca es el camino. Y si lo olvidamos, la justicia se encargará de recordárnoslo.

La Chica Única

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