Desde hace ya varios años, Las Meninas han llenado el teatro de la Ciudad de México con historia, música, risas y un poco de magia.
Teatro e historia explotan en el escenario. En el primer acto musical, al ritmo de Be our guest, de Disney, nos cuentan la historia de tres mujeres que fueron acusadas por la inquisición en el s. XVIII: las Meninas.
Para huir de la hoguera, las tres son atrapadas en el lienzo de una pintura, desde donde han visto pasar tres siglos de historia en México. Hoy, el hechizo se ha roto, y el público del Teatro Milán podrá escuchar de viva voz de estas espectadoras episodios de nuestra historia.
En otras ocasiones, las Meninas han representado acontecimientos como la conquista de Hernán Cortés, la Revolución Mexicana y el Porfiriato. En esta ocasión, traen para nosotros la vida de una de las mujeres más importantes de la historia de México y de la literatura universal: Juana de Asbaje.

Esta clase de historia, musical, comedia, cabaret y más se vuelve una autentica joya teatral desde el comienzo, pues, con su magnífica presentación, las ya conocidas, Doña Alma María, Doña María Bárbara y nuestra tía Doña María Cecilia (me persigno, pero con rompope) nos comienzan a bombardear con datos de la niñez de Juana de Asbaje, información muy interesante que seguro no aprendimos en la primaria y que nos deja boquiabiertos.
Todo en esta puesta en escena es impresionante y dinámico. En primer lugar, las actuaciones de Luis Huitrón (Doña Bárbara), Christian Escorcia (tía Cecilia) son excelentes, los actores han consolidado sus personajes sin perder nunca la gracia que los caracteriza y sin dejar de actualizarse.
Por su parte, Gina GranB no solo destaca por su papel como Doña Alma María, sino que además es ella quien habita la piel de Sor Juana a lo largo de la obra. De manera que este es su momento de brillar. Los números musicales de Gina no son nada despreciables, pues en un par de canciones presume sus dotes vocales y ¡vaya que no deja de sorprender!
Si otro nombre ha de ser mencionado es el de Diego Llamazares, quien, en esta ocasión, además de interpretar al mozo de la casa, también da voz al arzobispo de Puebla (Fernández de Santa Cruz), un fanático religioso cuya figura fue determinante en la vida de Sor Juana. Llamazares captura, en una excelente sátira, el espíritu religioso de la época.
Pero no todo es historia en Yo, la peor de todas. Este es un espectáculo divertido, que te hará reír y reflexionar.
Los musicales son impresionantes, con más de diez bailarines en escena en varios de los números y hasta marionetas; con un ameno ensamblaje de canciones contemporáneas que relatan el pasado de estos personajes.

En sí, la historia de Sor Juana es muy interesante, además, a lo largo de toda la obra, podemos escuchar los versos mismos de la autora, lo que le da un plus al diálogo.
Pero la forma de contarnos los sucesos y los no sucesos es la que nos atrapa, divierte, educa y nos tiene risas y risas en la butaca.
Esto se logra, no solo gracias a las actuaciones y números musicales, sino al guión de Hugo Isaac Serrano y Diego Valadéz Rangel y a la excelente dirección del historiador Luis Huitrón, creador de este educativo y divertido espectáculo.
Las Meninas cambia de temporada cada seis o siete semanas, por lo que esperamos con ansias y emoción la entrega de su siguiente capítulo. En lo personal, espero que sea una versión navideña de otro episodio de la historia de México contado muy a su estilo.
Así que vamos a tener a Las Meninas para largo tiempo y eso nos encanta aquí en VIVID STAGE.
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