La fiesta de San Benito, fundador de la orden de los benedictinos y quién creo la Regla para los monasterios.
En los últimos años la veneración por San Benito se ha extendido muchos entre los católicos poblanos, pero a esto aun no existe un templo en donde se venere al santo.
Su infancia.
Se le venera el 11 de julio y en esta ocasión te diré quien este hombre; Benito nació en Nursia en el año 480 y murió en Montecasino el 21 de marzo del año 574, es considerado el iniciador de la vida monástica en Occidente.
Fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establece monasterios basados en la autarquía, es decir, autosuficientes.
Éstos comúnmente estaban organizados en torno a la iglesia de la planta basilical y el claustro.
San Benito es considerado el patrono de Europa y patriarca del monacato occidental.
La Santa Regla.
Benito escribió una regla para sus monjes que fue llamada “La Santa Regla” y que ha sido inspiración para muchas otras comunidades religiosas.
Así la única fuente de información sobre la vida de San Benito de Nursia es el libro segundo de los Diálogos, escritos por San Gregorio Magno; para estos relatos, el pontífice se basó en el testimonio de los algunos monjes que conocieron al santo.
Este libro, en algunos pasajes, carece del rigor histórico tal como se entiende en la actualidad. Era hijo de un noble romano.
Su hermana se llamaba Escolástica y también fue reconocida como Santa; su infancia se desarrolla en Nursia donde realiza sus primeros estudios.
Lo envían a Roma para capacitarse en filosofía y retórica, pero decepcionado por el desorden moral de los habitantes de la ciudad y deseando una vida más espiritual, pronto abandona la capital para retirarse a Enfide actualmente Affile, de donde huyó, según la leyenda, tras realizar un milagro.
Con la ayuda del abad de un monasterio cercano llamado Román (San Román Abad, Romain de Condat), se instaló en una gruta de difícil acceso, en un lugar cercano llamado Sudiaco, para vivir allí como un ermitaño.
Después de pasar tres años en ese lugar, dedicado a la oración y el sacrificio, fue descubierto por unos pastores, quienes extendieron su fama de santidad.
A partir de allí y especialmente gracias a sus supuestas dotes de taumaturgo, fue visitado constantemente por personas que buscan su consejo y dirección espiritual.
Es elegido abad de un monasterio en Vicovaro, en el norte de Italia, pero dado que los monjes no aceptan su régimen de vida exigente, intentan envenenarlo.
De acuerdo a la leyenda, Benito descubre las intenciones de los monjes porque, en el momento de impartir la bendición, el recipiente se hace pedazos.
Tras esto, el abad decide abandonar la comunidad, vuelve a Subiaco, donde, debido a una gran afluencia de discípulos, funda allí varios monasterios.
En 529, a causa de la envidia de un sacerdote de la región, se refugia en Montecasino donde funda un monasterio y desde donde se extiende la Orden Benedictina, en 540 escribe su famosa Regula monasteriorum (Regla de los monasterios), murió en el año 547.
En su iconografía se le representa con un libro de la Regla, una copa rota y un cuervo con un trozo de pan en el pico, en memoria del pan envenenado que recibió Benito de parte de un sacerdote de la región de Subiaco que le enviaba.
Patronazgos.
San Gregorio cuenta que, por orden del santo, el cuervo se llevó el pan a donde no pudiera ser encontrado por nadie.
La devoción a San Benito, inicio porque algunos creyentes para protegerse contra las picadura de ortigas, el veneno, la erisipela, la fiebre y las tentaciones.
Es patrono de los archiveros, agricultores, ingenieros, curtidores, moribundos, granjeros, de la villa Heerdt cerca de Düsseldorf en Alemania, de enfermedades inflamatorias, de los arquitectos italianos, de los que padecen enfermedades de riñón, de los monjes, de la villa de Nursia su ciudad natal, de los religiosos, de los escolares, de los criados, de los espeleólogos.
Las reliquias de San Benito están conservadas en la cripta de la abadía de Saint-Benoit-sur-Loire (Fleury), cercana a Orleans y de Germigny-des-Prés, donde se encuentra una iglesia carolingia, en el centro de Francia.
Se creó un galardón con su nombre, que recibido por el entonces cardenal Joseph Ratzinger ahora Benedicto XVI el 1 de abril de 2005.
La Regla de San Benito consta de 73 capítulos y un prólogo, fue retomada por Benito de Aniano en el siglo IX, antes de las invasiones normandas.
Él la estudió y la codificó dando origen a su expansión por toda la Europa carolingia, aunque fue adaptada para restar importancia a los trabajos manuales, en relación a la liturgia y a los monjes.
Posteriormente, la Regla de San Benito adquirió gran importancia en la vida religiosa europea durante la Edad Media, gracias a la Orden de Cluny y a la centralización de todos los monasterios bajo esta Regla, encabezados por los cluniacenses.
En el siglo XI apareció la reforma del Císter, que buscaba recuperar un régimen benedictino más ajustado a la Regla.
Otras reformas como la camaldulense, la olivetana o la silvestrina han buscado también revivir diferente aspectos de la Regla de San Benito.
Pese a los diferentes momentos históricos en los que la indisciplina, las persecuciones o las agitadas políticas han hecho decaer la práctica de la Regla de San Benito o han diezmado la población monástica.
Los monasterios benedictinos mantienen en todos los tiempos un gran número de religiosos y religiosas. Actualmente siguen la Regla San Benito alrededor de 700 monasterios masculinos y unos 900 monasterios y casas religiosas femeninas, ubicados en los cinco continentes.
Se incluyen en esta cifra monasterios de confesión protestante, tanto anglicanos como luteranos.
Su influencia en el monacato es considerable tanto en occidente como en el mundo, especialmente en lo que concierne a la vida intelectual del cristianismo.
Esta Regla es un modelo de vida colectiva, tomada como ejemplo en la organización de algunas empresas.
De acuerdo a las diferentes ediciones de la Regla, el padre García M. Colombas, monje de Montserrat en Cataluña, España, registra en su edición de la misma, el siguiente dato:
“Entre 1930 y 1968-69, según datos provisionales, vieron la luz 60 ediciones en latín, 32 en alemán, 31 en inglés, 30 en francés, 21 en italiano, 9 en holandés, 4 en español, 2 en checo, croata húngaro, portugués y japonés y una en catalán, irlandés, árabe y coreano”.
Esta es la vida de esta santo milagroso pero la próxima semana te voy a hablaré más sobre él y su famosa medalla.
Imagen de Portada Diario Río Negro
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