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Ikigai, 10 reglas de la filosofía que da sentido a tu vida

Extraída de los japoneses de la isla de Okinawa, los más longevos y que viven más felices. Te traemos 10 reglas del Ikigai, la filosofía que da sentido a tu vida.

En la vida, hay momentos en los que nos paramos a reflexionar hacia dónde vamos y cuál es nuestro propósito.

Y esto es algo importante, puesto que tenerlo da sentido a la vida. Y una vida con significado es una existencia más plena y feliz.

Héctor García y Francesc Miralles han dedicado parte de su vida a estudiar el secreto de la larga vida de los japoneses.

Sus conclusiones las han plasmado en el libro ‘Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y feliz’, hoy te contamos de que va.

¿Qué es Ikigai?

Como señalan los autores, hay palabras escritas en otros idiomas que no tienen una traducción clara en español. Es el caso de ikigai.

En japonés se escribe 生き甲斐 y consta de dos partes:

iki 生き = vida

gai 甲斐 = valer la pena

O sea, que el significado literal de ikigai sería «una vida que vale la pena», aunque se suele traducir como «propósito vital», es decir, la misión que da sentido a tu existencia.

Explicado de forma más sencilla, ikigai es la razón por la que te levantas de la cama, y no nos referimos a cuando suena la alarma y tienes que ir a la escuela, a la universidad o al trabajo. Es como un motor interno, una ilusión, que te impulsa a empezar la jornada.

¿Cuáles son los pasos para lograr este entrar este propósito en la vida y tener una existencia feliz?

Los autores plasmaron las reglas de los japoneses más longevos, de un pequeño pueblo de Okinawa, en estos 10 puntos, que en realidad son hábitos que cualquiera de nosotros puede poner en práctica viva en la ciudad, en un pueblo remoto, tenga una vida muy ocupada o esté buscando su camino.

Vive el momento

El presente es lo único que tenemos. El pasado se nos fue y no volverá, y el futuro es incierto. Por tanto, el ‘hoy’ es lo que tenemos que disfrutar realmente.

Sin embargo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos constantemente rumiando, manteniendo un diálogo interior que muchas veces no nos hace ningún bien.

¿Y si pudiéramos alejar esos pensamientos negativos y mantener nuestra atención plena en el ahora? Comienza a meditar, esto te puede ayudar.

Da las gracias

¿Te das cuenta de lo que tienes a tu alrededor? Es posible que tu vida no sea aquella que esperabas.

Que estés atravesando un mal momento, que hayas perdido a alguien especial. Pero seguro que tienes otras cosas de las que alegrarte, que te hagan sentir bien, por las que dar las gracias.

 El aire que respiras, la naturaleza que te permite desconectar, el mar en el que puedes bañarte, las personas que te rodean y te quieren. Cultiva el agradecimiento y serás más feliz.

Muévete, cuida tu cuerpo

Cuando el agua no se mueve, se estanca, huele mal. Pero es hermoso ver como el agua de un río fluye o cómo se mueven las olas del mar. Lo mismo ocurre con tu cuerpo.

Es importante que lo mantengas activo, para una mejor circulación, para la quema de grasas, la liberación de toxinas y para generar endorfinas.

No te retires, mantente activa

Hay que tratar de seguir siempre, de continuar despeñando aquellas cosas que se nos dan bien, con las que disfrutamos.

Con ellas aportamos valor y contribuimos a enriquecer y a embellecer el mundo. En la medida de lo posible, pues, hay que seguir, aunque nos haya llegado el momento de jubilarnos.

Rodéate de buenos amigos

Somos seres sociables y necesitamos estar rodeados de personas que nos acompañen, con las que podamos hablar, pasar un buen rato, que nos apoyen. Amistades sólidas con las que compartir las alegrías, las tristezas, las buenas noticias… el aislamiento no permite encontrar el ikigai.

Conecta con la naturaleza

Aunque la mayor parte de la población vive en ciudades, los humanos, como otros animales, somos de forma genuina seres de la naturaleza.

Una salida a la montaña o a un entorno natural, alejado de ruidos y del estrés y bullicio de las grandes urbes, relaja y calma tu mente. De hecho, de japón también vienen unas actividades denominadas ‘baños de bosque’ para rejuvenecer el cuerpo y darte momentos de paz.

Sonríe

¿Qué hay mejor que una sonrisa? Otra de las reglas para encontrar el ikigai, el sentido de la vida, es no dejar de sonreír.

Hacerlo por fuera tiene su respuesta en nuestro interior. Nuestro cerebro ‘se cree’ que hay motivos para estar bien, así que se relaja. Obviamente, no es tan sencillo e implica mantener una actividad positiva en la vida.

Que no significa no reconocer los malos momentos y pasarlo mal, pero sí aprovechar lo que nos brinda la vida para tratar de estar más alegres. 

No te llenes

Hay un proverbio japonés que dice que comas solo el 80% de tu capacidad para mantener alejado al doctor. Es decir, termina de comer cuando aún sientes que podrías seguir consumiendo.

Este dicho es una gran verdad. Los expertos recuerdan que no hay que comer hasta estar lleno. En parte, porque el cerebro tarda en darse cuenta de que el estómago está lleno. Y porque comer de forma frugal te mantiene más sano.

Mejor despacio

Estar siempre corriendo es lo contrario a vivir la vida con calidad. De hecho, cuando andamos siempre con prisas, no estamos teniendo el control de lo que nos pasa, de nuestro entorno.

Es importante que ‘paremos’, que tratemos de ir más despacio y que saboreemos cada momento y todo lo que nos ocurre. Esto nos ayudará a disfrutar más del paisaje, a ser más conscientes y tomar mejores decisiones.

¿Cuál es tu ikigai?

Aunque aún no lo hayamos encontrado, siguiendo las reglas anteriores estaremos más cerca de saber cuál es el motor de nuestras vidas, aquello por lo que merece la pena levantarse por la mañana, aquello que nos impulsa a vivir.

Todos tenemos nuestro ikigai. Solo hay que reconocerlo. No tiene que ser grandioso, ni monumental, ni único. Puede estar en las pequeñas cosas.

Con información de HOLA.

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Aline Paz
Me considero una mujer librepensadora, sin ganas de convencer a nadie, pero con ánimo de cuestionar. Licenciada en Filosofía por BUAP y Maestra en Alta Dirección e Inteligencia Estratégica. En el ámbito educativo participé en diversos congresos académicos como revisora y ponente; además, colaboré con edición y artículos en revistas universitarias y empresariales. Así como en revistas independientes, culturales y de cine. En el ámbito laboral me he desempeñado en el sector público, en un área que me gusta, dependencias de asistencia social, en los tres órganos de gobierno, en temas de planeación y evaluación. En Revista Única soy miembro fundador y colaboro en las secciones de Sexualidad, Travel, Cultura, Tecnología y, con especial convicción, en temas de Feminismo.

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