La bella actriz Grace Kelly conquistó el corazón del príncipe de Mónaco y la convirtió en su esposa
Hoy en Revista Única recordamos la primera plebeya que se convirtió en princesa al casarse con el príncipe Rainero III de Mónaco ella fue la actriz norteamericana Grace Kelly, quien murió un 14 de septiembre de 1982 en Mónaco, en un accidente automovilístico.
La bella mujer nació el 12 de noviembre de 1929, en Filadelfia, Estados Unidos, fue la tercera de cuatro hijos del matrimonio de John Brendan Kelly, que fuera atleta olímpico de Remo y Margaret Katherine Kelly, instructora de educación física dedicas a mujeres.
Su nombre completo Grace Patricia Kelly, nació en el seno de una familia acomodada, que profesaba la religión católica. Su educación fue estricta porque su madre trataba a sus hijos como a los atletas con diversos castigos.
Grace se convirtió en actriz a pesar de que su familia se opuso pago sus estudios trabajando como modelo. Filmó once películas y un Oscar por Angustia de vivir en 1954, fue una de las mujeres más bellas de la industria de Hollywood.
Muchos de los periodistas de su época la describieron como «una belleza gélida». ¡Pobres de ellos! Porque esa mujer es de hielo, según lo dicho por Gary Cooper, su compañero en la película A la hora señalada, y quien no uso mordaza al definir a la actriz:
-Da la impresión de ser un témpano de hielo… ¡hasta que le bajas la ropa interior! Entonces es un volcán en erupción…
Esta confesión la avalaron William Holden, Clark Gable, Ray Milland, Cary Grant, Bing Crosby, David Niven, Marlon Brando… y otros que compartieron su almohada.
Es más su madre Margaret Katherine Majer, poco antes del ceremonia real, quien se entusiasmo ante tantos periodistas, se sintió reina por un día y duplicó la lista de amantes de su hija, sin omitir detalle alguno…
Su historia con un príncipe
Pero la historia con Rainiero II inició en el año de 1955, cuando la actriz filmaba Para atrapar al ladrón, con Cary Grant y que dirigió Alfred Hitchcock. Los presentó Pierre Galante, periodista de Paris Match. Un buen partido…
Rainiero, de 32 años y príncipe desde 1949, era una de las cabezas más coronadas de Europa contaba con ¡24 títulos nobiliarios!, sin hijos y apurado por casarse a raíz de una cuestión política ya que sin pronta descendencia, Mónaco y su joya Montecarlo, perdería su independencia.
Es más en la lista de candidatas a ocupar el trono estuvo Marilyn Monroe, pero por su inestabilidad emocional o tal vez otras razones, le hicieron perder el lugar.
Rainiero y el padre de Kelly congeniaron al toque: tenían los mismos gustos deportivos. Ahora que cuando -cuando por historia, tradición o protocolo- este último se enteró que tenía que darle a Rainiero una dote de dos millones de dólares, por lo que estalló y dijo: ¡Mi hija no va a pagar para casarse con ningún hombre!
Aunque al final calculó que era una inversión y no un gasto. Así el compromiso se anunció el 5 de enero de 1956. En Hollywood, el llanto de los fans al saber que la heroína de Mogambo, Alta Sociedad, Fuego Verde, La Ventana Indiscreta, no volvería a las pantallas ya que así lo exigía la Casa Real.
Hitchcock, triste por la pérdida de su actriz fetiche, se permitió uno de sus sarcasmos: Se casó con un príncipe con la facilidad de un trapecista, pero la plataforma de aterrizaje puede ser demasiado estrecha…
Y el 4 de abril de 1956, junto con toda se familia se embarcó en el trasatlántico Constitution a la Riviera francesa. La despidió una multitud y la recibieron 20 mil habitantes de Mónaco agitando banderas, además de más de 1,800 fotógrafos de medio planeta.
Al año llegaron los hijos
Lo fastuoso de la boda le disgustó a la actriz que dijo: ¡Fue el carnaval más grande de Europa!
Justo al año llegaron los hijos se salvó la independencia del principado. Primero Carolina en 1957, luego Alberto en 1958 y por último Estafanía en 1965.
Y la pregunta obligada ¿fueron felices durante esos 26 años en los que partieron la cama y el palacio?
Eso nunca se supo. En todo caso , no fue un acierto de Cupido con la primera flecha. Ya que Grace paso muchas horas con el actor Jean-Pierre Aumont, uno de sus amigos íntimos.
Siempre cumplió con los ritos de su papel, viajes, obras de caridad, recepciones, ropa adecuada para cada hora de cada día. Su refugio secreto donde pasaba largas horas fue su biblioteca privada.
Y llegó el fatídico 13 de septiembre de 1982, a las 10 de la mañana, el Rover P&B 3500 dorado viajaba por la sinuosa ruta que une la mansión campestre de verano de La Turbie, en Rocagel, con el palacio real.
La ex actriz a los 52 años iba manejando al lado de su hija menor, la princesa Estefanía de 17 años. De repente el Rover se sale bruscamente de la ruta, cae por la ladera de una montaña dando tumbos y cae en un sembradío.
Un labriego llamado Sesto Lecchio, dueño del terreno, ayuda primero a salir a Estefanía «por la puerta del conductor», según sus declaraciones en la estación de policía y después rescata a Grace, quien sale gravemente herida.
Pero este dato no significaba lo que muchos decía que la joven princesa de solo 17 años iba manejando el auto. Así el hombre llama a una ambulancia, que lleva a ambas mujeres al hospital municipal llamado Princesa Grace.
Estefanía está ilesa, pero su madre golpeada, fracturada y grave muere a las seis y media de la mañana del 14 de septiembre de 1982, debido a una hemorragia cerebrovascular.
El funeral de Grace Kelly fue un injusto pero previsible mix: reyes, príncipes y jefes de Estado, con una algo más escasa legión de Hollywood. Porque muchos de sus seguidores ya habían muerto y era una completa desconocida para las próximas generaciones.
Mientras todo Mónaco la llora y en el palacio se prepara febrilmente un funeral que une la majestad de la realeza con el glamour de Hollywood.
De acuerdo Lecchio, «el auto venía a no menos de cien por hora cuando tomó esa peligrosa curva que debe ser encarada a diez…, por muy bien que quien conduce conozca de memoria el camino. Lamentablemente, ninguna de las dos tenía puesto el cinturón de seguridad».
Por su parte, Estefanía no perdió tiempo; declaró «manejaba mi madre», y sostiene esa afirmación hasta el día de hoy.
Para el año de 1989, en una entrevista y mucho después de negarse a hablar de la muerte de su madre, dijo: «Hay demasiada presión sobre mí, porque todo el mundo dice que yo conducía el coche, que es mi culpa, que he matado a mi madre… No es fácil vivir con eso cuando se tienen 17 años».
Posteriormente en el 2002 y ante los periodistas de la revista Paris Match, volvió ha hablar del drama: No sólo tuve que pasar por el horrible trauma de perder a mi madre cuando yo era muy joven, sino también estar a su lado en el momento del accidente. Nadie puede imaginar lo que sufrí… ¡y lo que sigo sufriendo!
Pero en realidad hay dos vertientes que se tienen en esta sospecha; primero el carácter explosivo de la menor de las hijas de Rainiero y Grace, «la princesa rebelde», como la bautizó la prensa.
La joven fue modelo, diseñadora, gimnasta y amazona, compositora y cantante (vendió dos millones de copias de su canción Ouragan y no menos del álbum completo), vivió amoríos precoces con Paul Belmondo (hijo del actor Juan Paul) y Alain Delon jr. (hijo del actor).
Se casó con su guardaespaldas, Daniel Ducruet, tuvo dos hijos con él, con el acróbata portugués Adans López Peres y vivió en un tráiler con el domador de elefantes Franco Knie. Su comportamiento fue una fuerte tensión entre su padre y Grace.
Cuentan que la noche anterior a la mañana del accidente, madre e hija se liaron en una violenta discusión. Se supone que Grace le reprochó sus múltiples romances y la expulsión de varios colegios por mala conducta. Discusión que se dice continúo en el viaje fatal.
Otra teoría sobre el accidente que se difundió fue que se trató de un atentado de la mafia. Esto porque el Rover fue llevado al garaje del Palacio de Roquebrune, en Mónaco y jamás salió de allí.
Ni tampoco hubo información pública sobre el peritaje de los frenos, pese a las versiones sobre una falla mecánica que habría causado el accidente.
Como en todos los casos similares, no faltó la teoría de la conspiración que culpó vagamente y sin pruebas a la Mafia… En todo caso, lo único cierto fue que esa mañana del accidente Grace Kelly su auto quedó destrozado.
Lo que si es cierto es que Rainiero la amó más allá de todo avatar o conflicto, ya que nunca se repuso de esa pérdida. Ni los disgustos que sus hijos lo hicieron pasar.
Como la boda de Carolina con el cazafortunas Philippe Junot, las tormentas desatadas por Estefanía y sus exóticos y fugaces amores y la indiferencia de Alberto por ocupar el trono.
Finalmente el príncipe murió el 7 de abril de 2005, poco antes de cumplir los 82 años y pidió ser enterrado junto a su amada Grace.
Imagen Pixabay
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