La moda, ese mundo de glamour y estilo, también tiene su lado oscuro: su impacto ambiental. Aunque no existe un consenso absoluto sobre su posición exacta entre las industrias más contaminantes, está claro que la moda tiene un papel significativo en las emisiones de carbono globales. Sin embargo, ¿qué podemos aprender de Francia, que está dando pasos audaces para cambiar el juego y castigar la moda rápida?
El compromiso francés: una lección para el mundo
Francia, cuna de la haute couture y tierra de la elegancia, ha decidido tomar cartas en el asunto. Consciente de su posición como líder en el mundo de la moda, el gobierno francés ha aprobado un proyecto de ley revolucionario que busca penalizar la moda rápida y ultrarrápida. ¿Cómo lo hacen? Imponiendo multas a los productos que contribuyen a este fenómeno.
¿Qué implica esta iniciativa?
La ley francesa contempla multas que podrían aumentar gradualmente hasta alcanzar los 10 euros por prenda para el año 2030. Esta medida no solo busca penalizar a las grandes empresas de moda que producen a un ritmo frenético, sino que también pretende compensar el impacto ambiental de sus prácticas.
Prohibiendo la promoción de la moda rápida
Pero eso no es todo. Francia ha propuesto prohibir la publicidad de moda rápida y ultrarrápida, equiparándola a la publicidad de productos nocivos como el tabaco. Esto significa que ya no veremos campañas de estas marcas en medios impresos o digitales, ni colaboraciones con influencers. Es un golpe audaz al corazón del modelo de negocio de la moda rápida.
Repensando el ciclo de vida de la moda
Además de estas medidas, Francia está buscando abordar el problema de los residuos textiles desde otra perspectiva. ¿Cómo? Propone que la Unión Europea prohíba las exportaciones de ropa usada, principalmente prendas desechables de marcas fast fashion, que terminan inundando los vertederos en países africanos. Esta iniciativa busca cerrar el ciclo de vida de la moda de manera más sostenible y ética.
¿Qué lecciones podemos aplicar en México?
México, tierra de color y tradición en la moda, también enfrenta desafíos similares. Si bien aún no hemos tomado medidas tan audaces como las de Francia, podemos aprender de su ejemplo. Es hora de que el gobierno, la industria y los consumidores se unan para promover una moda más consciente y sostenible.
Un llamado a la acción
Desde impulsar políticas que desincentiven la producción desmedida hasta fomentar el consumo responsable y apoyar a marcas locales y éticas, todos tenemos un papel que desempeñar en esta lucha. Es hora de que México siga el ejemplo de Francia y se convierta en un líder en la moda sostenible en América Latina y en el mundo.
La moda no tiene por qué ser un enemigo del medio ambiente. Con la voluntad y el compromiso adecuados, podemos transformar esta industria en una fuerza para el bien. Es hora de dejar huella en el mundo de la moda, pero esta vez, de manera sostenible y consciente.
Podría interesarte
Día Mundial del Reciclaje: 3 marcas mexicanas de moda sustentable
Benetton busca hacer sus prendas con algodón 100% sustentable para 2025
