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¡Fobias sexuales! Te contamos las más comunes

Aunque en esta generación ya existe una gran apertura con respecto a temas sexuales, las fobias sexuales siempre han existido y siguen siendo una constante. Hoy te contamos de las más comunes y de que van.

La venustrafobia es el temor irracional a tener algún tipo de contacto con mujeres consideradas atractivas y la gimnofobia, a la desnudez propia o ajena. La vivencia de experiencias traumáticas suele ser la causa de estas extrañas fobias sexuales. Por ello, la educación en este terreno ocupa un papel clave.

Hoy te hablaremos de las más comunes: Gimnofobia, venustrafobia, falofobia, medolmacufobia.

Que además de coincidir en las últimas cinco letras, estos términos que quizás ahora lees por primera vez vienen de la misma raiz: la erotofobia, un trastorno complejo que se define como el miedo irracional hacia todo lo que tiene que ver con el sexo y la sexualidad. Las cuatro primeras mencionadas son fobias más específicas dentro de este ámbito.

En qué consisten

Forman parte de los trastornos de ansiedad y se caracterizan porque la persona siente un temor intenso y persistente ante la presencia o anticipación del objeto o situación específica. Este miedo es excesivo y viene acompañado de malestar y en ocasiones, de evitación del elemento temido.

En este punto, existe una gran variedad de trastornos fóbicos relacionados con la sexualidad. Para prevenirlos, la educación sexual ocupa un papel clave.

Como se desarrollan

Los psicólogos afirman que, desde la infancia, aprendemos a relacionarnos con el entorno que nos rodea de una manera u otra en base a las experiencias vividas y a los conocimientos adquiridos.

De esta forma, las fobias se producen principalmente a través de un aprendizaje asociativo: Relacionamos un estímulo con una sensación intensa de malestar, lo que puede generar un profundo miedo ante la presencia de dicho estímulo.

Vivir un evento traumático o recibir una formación basada en el miedo son motivos que conducen al desarrollo de estos trastornos. Por eso, recibir una educación sexual diversa y amplia, fomenta actitudes positivas hacia la sexualidad y herramientas que nos ayudan a vivirla de una manera satisfactoria.

Las fobias sexuales más comunes

Gimnofobia

La gimnofobia es una fobia específica que tiene como característica principal que las personas que la experimentan tienen un temor patológico a la desnudez propia y ajena. “Este miedo puede indicar problemas de imagen corporal o sentimientos de inadecuación, aunque también puede ocurrir como consecuencia de una experiencia traumática”.

Este problema interfiere de forma considerable en los planos más íntimos de quien lo padece, pues puede negarse a mantener contacto físico o sexual debido a la ansiedad que le provoca la idea de estar desnudo frente a alguien y que ese alguien también lo esté.

Eso sí, hay que tener en cuenta que el pudor y el temor irracional a la desnudez son dos emociones diferentes que pueden confundirse.

Venustrafobia

La venustrafobia es un miedo irracional muy poco frecuente hacia las mujeres que la persona considera atractivas. Por ello, en este caso es un elemento subjetivo el que causa ansiedad, pues no todos interpretamos el atractivo de la misma forma. Por lo general, se tratan de mujeres que se ajustan a los cánones de belleza actuales.

Estos pacientes suelen desarrollar venustrafobia porque han vivido alguna experiencia traumática en la que se ha asociado el malestar causado con la presencia de una mujer atractiva. En concreto, se puede tratar de una situación de rechazo, ruptura amorosa, acoso o burlas.

Falofobia

El miedo irracional a los penes, ya sea el propio o el ajeno, también tiene nombre: falofobia. Marcos apunta que suele considerarse una fobia sexual porque muchas personas que la sufren evitan el contacto sexual para no tener que hacer frente al estímulo fóbico que, en este caso, sería el miembro viril.

Como en las fobias anteriores, suele ser un episodio traumático el desencadenante de este trastorno. Uno de los motivos es el abuso sexual, que, “aparte de causar el temor hacia el pene también produce una falta grave de confianza, lo que a la larga puede desembocar en una severa dificultad a la hora de entablar relaciones con el género masculino”,

El coito extremadamente doloroso también es un desencadenante de la falofobia: “La asociación entre el dolor físico del momento y el miembro viril puede generar un miedo incontrolable hacia el pene y hacia la posterior pérdida de deseo sexual”.

Medomalcufobia

La pérdida de erección es uno de los clásicos temores que sufren los hombres. Sin embargo, cuando este miedo tan común genera una excesiva preocupación, podemos encontrarnos ante un posible caso de medomalcufobia.

El miedo a perder la erección del propio pene antes o durante la relación sexual puede generar niveles tan intensos de ansiedad que llega a que la persona evite cualquier situación donde haya una expectativa sexual.

La disfunción eréctil es un problema común en hombres, haciéndoles sentir la falta de erección o su pérdida como algo muy negativo, especialmente al no poder satisfacer a su pareja, lo que puede conducir a este temor.

¿Cómo tratar las fobias sexuales?

El tratamiento de las fobias suele tener muy buena respuesta y efectividad ante las terapias psicológicas. Para trabajar la ansiedad, se suele combinar técnicas de relajación con otras de exposición al estímulo temido, ya sea a través de la imaginación o en vivo.

La desensibilización sistemática es la más utilizada para el tratamiento de las fobias específicas y consiste en exponer de manera gradual a la persona a las situaciones temidas, haciendo uso de herramientas de relajación.

Además, trabajar en comprender de dónde viene el miedo y abordar los pensamientos irracionales que puedan aparecer, facilita al paciente enfrentarse al estímulo de manera adaptativa.

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Aline Paz
Me considero una mujer librepensadora, sin ganas de convencer a nadie, pero con ánimo de cuestionar. Licenciada en Filosofía por BUAP y Maestra en Alta Dirección e Inteligencia Estratégica. En el ámbito educativo participé en diversos congresos académicos como revisora y ponente; además, colaboré con edición y artículos en revistas universitarias y empresariales. Así como en revistas independientes, culturales y de cine. En el ámbito laboral me he desempeñado en el sector público, en un área que me gusta, dependencias de asistencia social, en los tres órganos de gobierno, en temas de planeación y evaluación. En Revista Única soy miembro fundador y colaboro en las secciones de Sexualidad, Travel, Cultura, Tecnología y, con especial convicción, en temas de Feminismo.

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