lunes, noviembre 25, 2024
18 C
Puebla
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

OTROS ARTÍCULOS

El icono de la moda italiana Gianfranco Ferré

Traba como director creativo de casa Dior y tuvo su propia marca.

Hoy hablaremos de un icono de la moda Gianfranco Ferre quien falleció el 17 de junio de 2007 en un hospital de Milán, Italia. Pero ¿quién fue este hombre? Nació el 15 de agosto de 1944 en Legnano, al norte de Italia; en el seno de una familia de la burguesía industrial. Estudió Arquitectura en Milán. Mientras estudiaba comenzó a hacer sus primeros pinitos en el mundo de la moda. En 1969 se graduó como arquitecto en la Universidad de Milán, pero decidió dedicarse a la moda y abrir su propia firma en Italia. De hecho, en principio Ferré quería ser arquitecto. Concluyó sus estudios con la máxima distinción, ‘summa cum laude’, pero luego se le hizo difícil conseguir un empleo adecuado. Por ello probó con el diseño de muebles y poco después haría accesorios, que llaman la atención de Rosy Biffi, dueña de una boutique de vanguardia, que comienza a difundir lo mucho que le maravillaban las piezas. Rápidamente la prensa se hace eco de sus creaciones, y Anna Piaggi, asesora creativa de la edición italiana de la revista Vogue le confiere fama internacional. Casi no hubo otro diseñador tan multifacético como Ferré. Alguna vez reseñó su talento extraordinario de esta manera: «Ya sea que diseñe un vestido, un mueble, una casa o una ciudad, para mí cada vez es el mismo proceso».

En 1970 comenzó diseñando accesorios, y entre 1972 y 1972 trabajó diseñando impermeables. Amante de los viajes, también de la música y los dulces, en 1978 fundó su casa de modas “Gianfranco Ferre Spa”, junto a Franco Mattioli, el empresario boloñés que fue su socio durante 25 años. Fue en 1978 cuando finalmente presentó su primera colección de moda al público pero el lugar donde encontró su mayor fuente creativa fue la India. A partir de su viaje a la India cambió la vida del diseñador, la inspiración oriental se coló en numerosos detalles de sus vestidos; esto junto con las mil versiones de la camisa blanca –de la que dijo en una ocasión que era “como si fuera una fabulosa corola que envuelve el cuerpo como si fuera una segunda piel”–y su formación en arquitectura plasmada en las prendas estructuradas de gran volumen se convirtieron en su sello de identidad. En 1978 fue cuando debutó como diseñador de moda femenina. Su colección para hombres apareció en 1982, y en 1986 sacó al mercado su primera colección de alta costura. «Probablemente mi estilo hubiera sido muy diferente si no hubiera tenido mi encuentro con el Oriente», dijo alguna vez. El eje de sus creaciones de moda fueron las líneas claras con formas fantasiosas. Ya en sus primeras colecciones a fines de los 70, tras la apertura de su atelier en Milán, combinaba tonos naturales como blanco crema y gris perla con los colores radiantes de las piedras preciosas.

Impulsor de un lujo siempre contenido y sustancial –“creía en el lujo como necesidad”, reconocen sus íntimos–, junto con Armani, Versace o Cavalli formó un escuadrón imbatible que llevó el made in Italy a lo más alto de la moda mundial. Conocido como “el arquitecto de la moda”, sus camisas blancas en mil y una versiones y sus trajes pantalón de corte masculino lo elevaron al Olimpo de los grandes maestros. Su éxito en Italia le brindó la contratación en 1989, por parte de la prestigiosa casa de alta costura francesa Christian Dior. Quienes lo conocieron cuentan que era un hombre de presencia imponente y elegancia innata, cualidades necesarias para estar al frente de una histórica firma de moda como Christian Dior, donde ejerció como director creativo de 1989 a 1996, tras la salida de Marc Bohan. La noticia, sin embargo, no fue bien recibida entre los más tradicionalistas del mundo de la moda, que no concebían que un italiano se hiciera cargo de la dirección creativa de la emblemática maison francesa y menos tratándose de las colecciones de Alta Costura. Pero su buen gusto no tardó en convencer al gran público.

Su trabajo desató polémicas y críticas por la extravagancia de sus diseños. Sin embargo, en la presentación de su primera colección otoño-invierno en julio de 1989, Ferré optó por seguir la línea del estilo Dior, reafirmando una clásica sofisticación basada en tejidos lujosos, encajes y líneas ajustadas al cuerpo. Esta colección le valió el premio «Dedal de Oro», tras vencer al español Paco Rabanne. Este hecho reafirmó la consagración de Ferré en el mundo de la alta costura francesa. El ‘arquitecto de la moda’ también daba mucha importancia a los géneros: valiosos terciopelos, sedas fluidas, satenes brillantes, pieles y cuero eran sus materiales favoritos. «Mis diseños están ideados para una mujer inteligente, libre, fuerte. Fuerte en lo que compete a su temperamento, su carácter y su pasión». Uno de los hitos en su carrera fue su contratación para Dior en 1989, donde como director artístico diseñó las creaciones de la línea de alta costura. Pese a que sus prendas fueron celebradas con entusiasmo, abandonó París en 1996 para volver a concentrarse completamente en su propio imperio de moda, que amplió con accesorios, perfumes, anteojos, moda infantil, calzado, paraguas y corbatas. Recibió muchísimos premios a sus creaciones, entre ellos el que en la industria textil italiana emula al Oscar, así como la ‘Medalla de Oro al Mérito Cívico’ en Milán.

En octubre de 1996, dirige su último desfile con la firma Dior. En diciembre de ese mismo año, finaliza su contrato con la firma francesa, donde será sustituido por John Galliano. En 1996, se anunció que Ferré terminaría su compromiso con Dior con la colección de la primavera de 1997. Durante ocho años concibió colecciones inolvidables (el homenaje al estilo dandi, por ejemplo) y transformó Dior en algo emocionante y popular sin necesidad de renunciar al lujo. Abandonó la casa francesa con el objetivo de centrarse en el desarrollo de su propia compañía aunque siempre habló con cariño de su etapa en el atelier. En esos siete años, ha trabajado simultáneamente como director artístico de Christian Dior y como diseñador de varias líneas de pret-a-porter y accesorios que llevan su propio nombre, a las que estuvo plenamente dedicado.

En 2002 vendió la casa Ferré a Tonino Perna, pero continuó dirigiendo el estilo de la firma de modas que lleva su nombre. En una ocasión Ferré declaró: “Estoy orgulloso de mi formación de arquitecto, del método analítico y lógico que enseña a educar la creatividad, pero también intento no caer en la trampa de lo excesivamente construido y de la simplificación abstracta”. Su orientación fue bastante amplia en lo que respecta a tejidos y adornos. En su estilo se destaca la afinidad al “design” y el planteamiento industrial, característicos del pre-a-porter italiano. Su excelente gusto, cultivado en el coleccionismo de arte y antigüedades, enriquece la forma de entender la moda, uniendo el protagonismo habilísimo de corte y líneas en un primer acercamiento al minimalismo hacia 1978-80, bastante tiempo antes de que este estilo fuera líder mundial, no sólo en moda, sino también en decoración. Algo voluptuoso, pero de gran rigor y elegancia, según los expertos en moda.

Un hombre afable, exento de divismos, cercano, atento, y de una humanidad exuberante. Gianfranco Ferré falleció el 17 de junio de 2007 en un hospital de Milán, donde llevaba ingresado dos días debido a un derrame cerebral.

Casi 30 años Gianfranco Ferré fue considerado uno de los diseñadores de moda más exitosos de Italia. Con sus colecciones femeninas y ponibles, este creativo de figura opulenta era una agradable excepción en la escena internacional de la moda, que suele estar caracterizada por exageraciones estrafalarias. Incluso su imagen no se parecía en nada a la fría elegancia de Giorgio Armani, la excentricidad de un Karl Lagerfeld o la sonrisa del eternamente bronceado Valentino. Con sus anteojos redondeados y su barba gris, Ferré parecía más un profesor universitario que un diseñador estrella. Su deceso se produjo de manera totalmente sorpresiva, a los 62 años, en un hospital de Milán a causa de un derrame cerebral.

En 2005, la ganadora del Oscar Julia Roberts fue la imagen de su nueva campaña publicitaria. «Ya pasó el tiempo de las musas», dijo entonces Ferré. «Adoro su sonrisa, abierta, directa e invitadora y simultáneamente fascinante y tímida. Todo en ella la hace una auténtica mujer Ferré». Caras conocidas como Claudia Schiffer y Carla Bruni desfilaron para él y lucieron sus glamurosos y exóticos diseños caracterizados por el uso del color dorado combinado con negro o rojo, los ricos tejidos, diseños barrocos y estructuras arquitectónicas.

Amante de las antigüedades y de los viajes a países exóticos. “Probablemente mi estilo hubiera sido muy diferente si no hubiera tenido mi encuentro con el Oriente”, dijo alguna vez. Su equipo de diseño rememora que “siempre estaba concentrado, incluso en las semanas de mayor rutina. Trabajaba utilizando un método científico, a través de pruebas, intentos y procesos de una precisión total. Sabía que tenía el control absoluto de todo”.

De hecho en cada boceto apuntaba incluso el peso y caída de la tela que debía llevar la prenda. Sin embargo su rigor, que seguro venía de su formación como arquitecto, no impedía que tuviera algunas supersticiones: “Detestaba el número 17, que en Italia da mala suerte. En treinta años de la firma nunca ha existido una salida de desfile numerada con el 17. Y en la sala de los desfiles numerada no existe el asiento número 17”, aseguran quienes trabajaron con él. De carácter esquivo y reservado, entre las mujeres Ferré se encuentran indiscutibles del buen gusto como Rania de Jordania, la princesa Michael de Kent, Paloma Picasso o Claude Pompidou.

Con información de Biografías.es, El Mundo, Vogue y Marbellachicvitange

Alejandra Delgadillo
Egresada de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación por la UPAEP. Colaboradora en El Sol de Tlaxcala. Reportera de Noticias en Grupo Acir Puebla, donde tenía a mi cargo las fuentes de Salud, Instituciones Asistenciales, Iglesias, Agrarias, Ecología y Empresariales. Participé en el área de prensa de la Delegación del ISSSTE Puebla. Las secciones que escribo son: Vida Sana, Cábalas y Tradiciones, Mamás y Algo Más, Feminismo Hoy, Salud, Economía, Ciudad y Seguridad, en Revista Única. Además, soy colaboradora del programa de radio Cinco Mujeres en Cinco Radio. Coautora del libro “Crónicas de Puebla, 50 años”.

ÚLTIMOS ARTÍCULOS