jueves, marzo 28, 2024
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Agustín Lara, el compositor mexicano, que enamoró a las mujeres más bellas

Hoy lo recordamos en su aniversario luctuoso

Un 6 de noviembre pero de 1970 falleció el creador de temas como Granada, Madrid, María Bonita, Aventurera y muchos otros más, fue uno de los mejores compositores de México, Agustín Lara, conocido como El Flaco de Oro o el Músico Poeta. Pero quién es este reconocido músico, aquí te cuento su historia. Su fecha y lugar de nacimiento es incierto, el decía que había nacido el 30 de octubre de 1900 en Tlacotalpan, Veracruz, pero el periodista Jaime Almeida aseguró, luego de una investigación realizada en 1970, que el compositor nació realmente en el Distrito Federal, el 1 de octubre de 1897, basándose en la fe de bautizo y el acta de nacimiento que encontró en el Registro Civil: «Lara nació en un lugar llamado El Callejón Puente del Cuervo número 16, que ahora corresponde a la segunda calle de República de Colombia, en el Centro Histórico, a unas calles del mercado Abelardo Rodríguez. De hecho aún está la casa donde vivía la familia Lara Aguirre.» Es decir, que Agustín Lara se quitaba tres años. También es cierto que siendo muy pequeño la familia se mudó a Tlacotalpan, donde pasó su infancia.

Otras versiones aceptan esta fecha, pero entienden que el lugar real del nacimiento no fue el Distrito Federal mexicano sino Tlatlauquitepec, Puebla. La familia vivía allí, pero como el padre del futuro artista tenía que pasar un examen de médico, se trasladaron a la capital y allí aprovechó la ocasión para inscribir a su hijo en el Registro Civil, que había nacido el 30 de octubre y trece días después de haber nacido, el 12 de noviembre de 1897. Según el autor, todas las personas que entrevistó en Tlatlauqui aseguran que Lara nació en ese lugar y fue hijo de María Aguirre y del Pino y de Joaquín Mario Lara, este último médico de profesión. Aunque fue popularmente conocido como Agustín Lara el verdadero nombre del músico era Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino.

En el libro Mi novia la tristeza los autores aceptan la fecha y lugar del acta de nacimiento y se preguntan: «En una vecindad de esa calle vivía el doctor Joaquín M. Lara y su esposa María Aguirre, padres del compositor. El señor Lara le dijo al juez del Registro Civil, el licenciado Wenceslado Briceño, que su hijo había nacido en esa casa. Ni el padre de Agustín ni su madre ni los testigos Carlos María Padilla y Jacinto Lara tenía ninguna necesidad de mentir acerca de este hecho. Si Agustín había nacido en Tlacotalpan sólo trece días antes de levantada su acta, como tanto aseguraba, ¿por qué sus padres no lo asentaron así en este documento?».Lo cierto también es que pasó su niñez en Tlacotalpan, pues la familia se mudó ahí. Además, se sentía jarocho, amaba la ciudad de México y sus placeres, y le hubiera gustado nacer en España. La fantasía siempre lo acompañó, como a todos los genios.

Agustín nació en el seno de una familia acomodada. Su pasión por la música comenzó a edad temprana al oír a su padre tocar el piano en casa. Su padre, Joaquín Mario Lara, fue originario de un pequeño pueblo de la sierra norte de Puebla llamado Tlatlauquitepec y su madre, María Aguirre y del Pino, originaria de Tlalnepantla de Baz, estado de México. En 1906 su familia se trasladó a la Ciudad de México. Su padre abandonó a la familia. Agustín vivió con una tía de nombre Refugio, lugar en donde conoció el armonio, tomó clases de música y a los 7 años ya demostraba una notable habilidad para tocar el piano. La profesora Luz Torres Torrija, su maestra de piano fue quien se encargó de su primer aprendizaje musical.

Desde muy pequeño demostró una gran habilidad con el piano, en el que tocaba las melodías de moda, así como con otros instrumentos. Esta inclinación no era vista con muy buenos ojos por parte de su padre. Agustin fue matriculado en el Liceo Fournier, y además asistía a clases de música. Sin embargo, al abandonar su padre el hogar tuvo que dejar de lado sus estudios para colaborar en la economía familiar. A partir de los 12 años Agustín solía trabajar en diferentes clubs nocturnos como pianista, hecho que era desconocido por su familia, a los cuales les había hecho creer que trabajaba en el turno de noche en Telégrafos.

La familia de Agustín toma la decisión de que el chico necesita una disciplina más rígida, y en el año 1910, a la edad de 13 años, lo hacen ingresar en el Colegio Militar, en 1917 se unió al movimiento revolucionario. Estando bajo las órdenes del general Samuel Fernández, fue herido en ambas piernas y no le queda otra opción que pasar página de este periodo de su vida y dedicarse nuevamente a su gran pasión, la música.

El caos económico que ocasionó la Revolución Mexicana en todos los ámbitos de la vida del país, afectó también a la familia del músico. Para hacer frente a las vicisitudes económicas, la familia decidió alquilar varias habitaciones de su vivienda. Uno de los huéspedes, fascinado por el talento del joven Lara, lo llevó como pianista a una casa de «mala nota»; tal hecho, marcaría muchos aspectos de su trayectoria; esto se puede comprobar con los títulos de innumerables boleros de su autoría: «Aventurera», «Pecadora», «Te vendes», «Una cualquiera», etc. Su vida fue toda una peripecia. A los 12 años, su padre lo echó de casa por llegar tarde de una tertulia taurina, estuvo encarcelado por robo y hasta se casó «In artículo mortis» con su primera esposa Angelina Brusquetta, hija del dueño del cabaret «Salambó». En ese local conoció a Juan Arvizu, uno de los primeros boleristas de México, que le contrató para que compusiera y le acompañara al piano. Fue Arvizu quien primero descubrió el talento musical de Lara, que en 1929 se consagró definitivamente con su canción «Imposible».

Agustín trabaja a partir de este momento en diversos bares, e incluso en algunas salas de cine mudo. Estamos en la década de los años 20, en la cual compone la canción “Marucha”, que dedica a un antiguo amor. Esta canción terminó causándole dificultades a ella, llegando en una ocasión a tener una pelea con otra mujer. En 1927 ya estaba trabajando en cabarets. Ese año, una corista llamada Estrella lo atacó con una botella rota; como resultado, Agustín Lara quedó marcado con una cicatriz en su cara, por su fama de mujeriego. Flaco, enjuto, débil a primera vista, de cabellos engomados y con la cicatriz de un supuesto navajazo que le corría de la oreja a la boca; su voz terrosa y grave y poseedor de un carácter fuerte. No era atractivo y sin embargo todo en él enamoró a muchísimas mujeres. “Nací feo y lo seguí siendo toda mi vida. Pienso que lo único atrayente en mí para las mujeres, es mi fealdad. ¿Por qué han de quererme las mujeres bellas? Porque quieren y pueden. Y por puro contraste. Me siento feo. Pero no me preocupa, por ello, Dios pudo disponer de más tiempo para embellecerme el alma. Es mi cuerpo algo que yo no elaboré, pero reclamo la completa paternidad de mi espíritu”.

Se trasladó temporalmente a Puebla hasta 1929, debido a los acontecimientos de la Guerra Cristera. Él mismo narró, a través de la radio, las circunstancias en las que conoció al padre Miguel Agustín Pro Juárez: en la comandancia de policía, presenció su fusilamiento, el cual se ejecutó sin juicio alguno ni desahogo de pruebas, sin embargo, no fue hasta 1929 que empezó a trabajar para el tenor Juan Arvizu, «El Tenor de la Voz de Seda» quien lo descubrió y dio a conocer sus composiciones. La primera canción que registró a su nombre fue La prisionera, la cual compuso en 1926.
En la época en que la radiodifusión cobra características de impacto popular, el 18 de septiembre de 1930 fue lanzada al aire una nueva emisora (XEW) con planes ambiciosos e incluyó al novel compositor Agustín Lara, interpretando con su estilo y su discutida voz, canciones que prontamente fueron oídas en todo México. «La Hora Íntima de Agustín Lara», se caracterizó por el estreno, en cada programa de una o varias canciones de su inspiración.

Al tiempo actuaba y componía canciones para diversas películas, entre ellas Santa (1931), inspirada en la novela de Federico Gamboa. Poco tiempo después participó en la radio con el programa La Hora Azul en la radiodifusora XEW, compartiendo con intérpretes como Toña la Negra y Pedro Vargas, dirigiendo también a la Orquesta El Son Marabú. Durante 1932 se presentó en el teatro Politeama de la Ciudad de México. En 1933 afrontó el fracaso de su primera gira en Cuba, debido al cambiante clima político que imperaba en la isla. Hizo diversas giras por América del Sur y nuevas composiciones aumentarían su fama como Solamente una vez (compuesta en Buenos Aires y dedicada a José Mojica), Veracruz, Guitarra guajira/Palmera, Tropicana, Pecadora, entre otras.

Lara fue compositor de aproximadamente 700 melodías y una opereta: «El Pájaro de Oro». Intervino también en 30 películas y sus canciones han dado vuelta al mundo, lo cual hace de él uno de los compositores de música popular más conocido de nuestros tiempos, siendo traducidos los textos de sus canciones a muchos idiomas. Entre su repertorio se encuentra: «Veracruz», «Granada», «Madrid», «Palmera», «Lágrimas de Sangre», «Lamento Jarocho», «Farolito», «Mujer», «Santa», «Señora Tentación», «Novillero», «Rosario», «Noche Criolla», y muchas otras más.

Fue célebre por sus amores con diversas mujeres como Esther Rivas Elorriaga en 1917, Angelina Bruscheta Carral en 1928, Clarita Martínez en 1949, Yolanda Santacruz Gasca «YiYi» en 1953, Rocío Durán en 1964. Se dice que Angelina Brucheta es considerada por muchos como el auténtico y verdadero amor de Lara, la mujer más importante de su vida. Pero lo más relevante de su vida amorosa, fue el matrimonio con María Félix celebrado el 24 de diciembre de 1945. Para ella compuso varias canciones como María bonita, Aquel amor y Noche de ronda, entre otras. Su casa de Las Lomas fue centro de tertulias para artistas y escritores que solían reunirse a menudo, y más en tiempos de María Félix. En el cine actuó en películas como Novillero (1936) y Coqueta perdida (1949). Sin embargo, el Flaco de Oro siempre confesó que su gran amor fue María Félix «La Doña». No tuvo descendencia y adoptó al hijo de Vianey, al que bautizó con el nombre de Agustín, llevando así los apellidos Lara Lárraga.

En 1937 fue acusado por fraude y plagio por Luis Moreno y Music Publishing Co. por intentar registrar ante el Departamento de Registro de la Propiedad Literaria la canción Quisiera Decirte. En 1953 recibió un homenaje por parte del presidente Adolfo Ruiz Cortines en el Palacio de Bellas Artes. En España su figura era muy conocida a comienzos de la década de los años 1940, incluso recibió diversos honores y condecoraciones en todo el mundo, como la que recibiría de manos del dictador español Francisco Franco, quien en 1965 le obsequió una hermosa casa en Granada (España), gracias a las canciones dedicadas a diversas ciudades como Toledo, Granada, Sevilla, Valencia, Madrid, Murcia entre otras. Lo sorprendente de estas composiciones es que Agustín Lara no conocía España cuando compuso estas canciones.

Fue aficionado taurino. Conoció al torero español Manuel Rodríguez «Manolete» cuando inauguró la Plaza de Toros México, a Manuel Benítez «El Cordobés» quien le brindó una faena,​ y al torero mexicano Silverio Pérez a quien le compuso un pasodoble. También cabe destacar que en la Monumental Plaza de Toros de la Ciudad de México existe en la actualidad la «barra Agustín Lara», en la cual se encuentra una escultura idéntica a la que hay en la Rotonda de las personas ilustres, solo que aquí en lugar de la inscripción «Mis pobres manos alas quebradas» (extracto de la letra de su canción «Pobre de mí»), tiene la frase: «No cambio por un trono mi barrera de sol» (extracto del paso doble que le compuso a Silverio Pérez).

Agustín Lara realizó varios viajes a Europa, siendo el último en 1965 cuando recorrió la Península Ibérica, donde fue objeto de numerosos homenajes. En 1967, debido a su precaria salud, Lara fue retirándose del ambiente artístico hasta permanecer aislado de todos en su casa en la esquina de Edgar Allan Poe y Homero, de la colonia Polanco. A partir de 1968 inicia una rápida decadencia que lo llevaría hasta el final de su vida, incluso tuvo una caída en su casa, accidente que le causó la fractura de la pelvis, lo que agravó su salud dada su edad avanzada. Entró en coma el 3 de noviembre de 1970 por derrame cerebral, y solo tres días más tarde murió el 6 de noviembre de 1970, se encontraba internado en el Hospital Inglés en la Ciudad de México.

Fue velado en el teatro de la Sociedad de Autores y Compositores de Música, de donde fue trasladado el día 7 al Palacio de Bellas Artes. El presidente Díaz Ordaz, ordenó que lo sepultaran en la rotonda de los Hombres Ilustres, junto a los compositores del Himno Nacional Mexicano, en el Panteón de Dolores, donde «Descansa en paz, Flaco de Oro». Mucho se ha escrito de Lara como esta frase: “Una de las esencias del alma mexicana”, así llamó el escritor Ricardo Garibay quien es considerado el compositor de música romántica más popular del país durante buena parte del siglo XX.

Pianista de burdeles que se convertiría en el más connotado compositor mexicano de boleros y música popular de corte romántico durante buena parte del siglo XX. Estrafalario, millonario —el garaje de su casa resguardaba once autos, todos de lujo—, terrible y orgullosamente cursi. Gran bebedor, lo mismo de finísimo coñac que de fresco pulque hidalguense. Un sibarita. Dueño de una colérica energía. Impaciente, irritable. Amaba la vida, el mundo, las mujeres, las lágrimas y el vino. Su obra traspasó fronteras, siendo muy valorada y apreciada en zonas del planeta como España, Estados Unidos, Japón o Italia.

Las canciones de Lara han sido interpretadas, entre otros, por los más prestigiosos cantantes como Plácido Domingo, José Carreras, María Dolores Pradera o Luis Mariano, Pedro Vargas, quien era su compadre, Toña la Negra (María Antonia Peregrino Álvarez), Pedro Infante, Juan Arvizu, Nestor Mesta Chayres, Javier Solís, Alejandro Algara, Hugo Avendaño, Julio Iglesias, Manuel Mijares, Vicente Fernández, Pérez Prado, Andrea Bocelli, Bimba Bosé, Bing Crosby, Charlie Zaa, Chavela Vargas, Doris Day, Elvis Presley, Enrique Bunbury, Fernando de la Mora, Filippa Giordano, Frank Sinatra, Il Volo, John Serry Sr., Jorge Negrete, Luciano Pavarotti, Mike Laure, Nat King Cole, entre otros muchos cantantes.

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