Sin lugar a dudas quienes se dedican a servir a los demás en contextos de guerra, atentados o desastres de la naturaleza, son personas que traen un don o al menos tienen características especiales, dado que el perfil de quienes ayudan a otros debe apegarse a altos niveles de conmiseración por el otro. Es una vocación, un apostolado del que brota la bondad, un sentimiento que la mayoría del ser humano tiene de manera intrínseca, pero no se manifiesta siempre.
Esas personas que brindan los primeros auxilios, para mí, son especiales ya que practican la compasión y empatía para asistir a alguien que se debate entre la vida y la muerte.
Los riesgos que enfrentan quienes hacen labores humanitarias, son de todo tipo: emocionales, de salud, seguridad, logísticos y de comunicación.
Por ello, les hablaré de cómo surgió la Cruz Roja. El 8 de mayo coincide con la fecha de nacimiento de Henry Dunant, quien nació en 1828 y fue el fundador -en 1919- del Comité Internacional de la Cruz Roja. Cabe hacer mención que él también recibió el Premio Nobel de la Paz.
Esta organización nace después de la Primera Guerra Mundial y parte de sus objetivos son: contribuir a promover la paz y gestionar tiempos de tregua en la Guerra.
Cabe señalar que, a partir de 1984, se le denominará, Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna.
En el mundo, la Cruz Roja suman unos 100 millones de personas como voluntarios y está presente en 192 países. En México existen unos 250 mil voluntarios, lo que es sumamente gratificante. Reconocer la labor de la Cruz Roja, me hace recordar algunos textos que he escrito sobre el amor al prójimo y sentir esa sensación de bienestar que nos embarga cuando uno se da a los otros, a los demás e incluso da sentido a nuestra existencia.
Por otra parte, es importante mencionar que la campaña anual de la Cruz Roja en México, comenzó en febrero y concluye el 30 de este mes, con el lema “todos somos héroes”, más de 40 mil voluntarios estarán desplegados en 32 estados para solicitar donaciones.
Más allá de los señalamientos que se hacen de la Cruz Roja en el manejo de las donaciones y que han cuestionado su labor, debemos reconocer la presencia de esta organización para realizar labores humanitarias. Toda vez que -en muchos casos- si no fuera por su asistencia, un sin número de personas estarían condenadas a la muerte.
Así, en tiempos en los que la hostilidad y la falta de empatía ha permeado, es importante promover el interés por las labores humanitarias y reconocer a aquellos que se atreven a dar parte de su tiempo para brindar momentos de paz y esperanza a otros.
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