En su comunicado de prensa del 21 de marzo de 2024, la Junta de Gobierno del Banco de México informó que decidió disminuir 25 puntos base la tasa de interés interbancaria a un día a un nivel de 11%, a partir del 22 de marzo de 2024.
Esta decisión se apoyó entre otros factores en la disminución de la inflación en febrero que llegó a 4.40%, descenso que reflejó cierta reversión del componente no subyacente que la había presionado.
Además, la inflación subyacente siguió disminuyendo, ubicándose en 4.64% en febrero. Las expectativas de inflación general para el cierre de 2024 registraron una reducción y las correspondientes a la subyacente se mantuvieron sin cambios. Las de mayor plazo permanecieron relativamente estables en niveles por encima de la meta.
Así, los pronósticos de inflación general y subyacente presentaban ajustes marginales que apuntaban a la baja. Sin embargo, el Banco de México decidió en su última sesión dejar sin cambios la tasa de interés en 11%, precisamente ante el rebote registrado en la trayectoria de la inflación en el país.
En efecto, el Banco de México cambió el tono de sus decisiones al señalar que hacia delante valorará el panorama inflacionario para discutir ajustes en la tasa de referencia, tomando en cuenta que el INEGI reportó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor se ubicó en 4.65% en abril, dato que estuvo por arriba de lo estimado por el mercado.
El INEGI destacó que el repunte estuvo influenciado por las frutas y verduras, puesto que el precio del chile serrano aumentó 64.42% mensual, el del tomate verde 24.25% y el del jitomate 13.67%.
Se estima que el proceso desinflacionario continuará, pero se tiene previsto que los choques inflacionarios tardarán más tiempo en disiparse, lo que implica que los pronósticos de inflación general y subyacente habrán de ajustarse al alza para los siguientes seis trimestres.
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