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El fuero de Cuauhtémoc Blanco y la contradicción de los aliados del Día de la Mujer

En pleno debate en la Cámara de Diputados a nivel federal, se hizo historia, pero de la mala: el pacto machista triunfó al proteger a un presunto violentador.

Cuauhtémoc Blanco Bravo, exgobernador de Morelos y ahora diputado de Morena, mantendrá su fuero, impidiéndole enfrentar la justicia por las graves acusaciones de abuso sexual y los impactantes videos que lo muestran en actitudes violentas tanto contra su ex pareja como contra su propio hijo.

La votación fue contundente: 291 votos a favor de preservar el fuero, 158 en contra y 12 abstenciones. Pero lo verdaderamente revelador fue la participación de aquellas diputadas que, con todo el fervor que nos venden en redes sociales en cada 8 de marzo—con morados, lazos y mensajes de apoyo a la causa feminista—decidieron votar en contra de quitar el fuero.

Los diputados federales de Puebla que defendieron del desafuero a Cuauhtémoc Blanco son: 

  • Rosario Orozco Caballero (Morena).
  • Maillela Gómez Maldonado (Morena).
  • Nadia Navarro Acevedo (PRI).
  • Vianey García Romero (Morena).
  • Giselle Santander Soto (Morena).
  • Xitlalic Ceja García (PRI).
  • María de los Ángeles Ballesteros García (PVEM).
  • Fátima Almendra Cruz Peláez (PVEM).
  • Antonio Gali López (PVEM).
  • Alejandro Carvajal Hidalgo (Morena).
  • Eduardo Castillo López (Morena).
  • Ignacio Mier Bañuelos (Morena).
  • Juan Antonio González Hernández (Morena).
  • Adolfo Alatriste Cantú (PVEM).

Aunque, por otro lado, algunas diputadas siguieron sus ideales de lucha y votaron a favor de quitar el fuero, entre ellas destacan:


• Morena: Karina Pérez Popoca, Claudia Rivera y Julieta Vences.
• PAN: Liliana Ortiz Pérez y Genoveva Huerta.
• PT: Nora Merino.
• Movimiento Ciudadano: Amancay González.

¿Acaso el compromiso con la justicia y la defensa de las mujeres es tan sólo un accesorio de imagen? La ironía se apodera del escenario cuando, al inspeccionar los perfiles en redes de muchos de estos legisladores, aún se observan imágenes y mensajes de solidaridad con las causas feministas, como si el simple hecho de adornar su perfil con hashtags y colores morados bastara para demostrar su compromiso. ¿Pero qué ocurre cuando el deber de proteger a las mujeres se pone a prueba en el recinto parlamentario?

El argumento presentado por quienes votaron a favor de mantener el fuero es que “la carpeta de investigación no está bien integrada”. Sin embargo, resulta inaceptable que, independientemente de la calidad del expediente, se le permita a un presunto agresor evadir el rigor de la justicia.

No estamos hablando de un procedimiento meramente técnico, sino de la oportunidad para que se haga justicia y se valide el testimonio de las víctimas. ¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, quienes se autodenominan defensores de los derechos de las mujeres no respalden una medida que busca responsabilizar a un violento que ha dañado a tantas personas?

La contradicción es mayúscula: los discursos de igualdad, de empoderamiento y de justicia se disfrazan de compromiso cuando, en realidad, las acciones revelan otra historia. Resulta paradójico que el mismo mes en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, muchos de estos legisladores—con todas sus imágenes de solidaridad en morado—optaran por respaldar a alguien que no enfrentará un juicio justo por abuso sexual.

En esta coyuntura, el mensaje es claro: las causas feministas no deben quedarse en retóricas de campaña ni en publicaciones decorativas en redes sociales. La justicia para las mujeres requiere valentía, coherencia y acciones que trasciendan los discursos preestablecidos.

Esta votación evidencia la urgente necesidad de repensar la manera en que se implementan las medidas que afectan directamente la vida y la seguridad de las mujeres. El fuero, originalmente concebido para proteger a los legisladores de represalias políticas, no puede convertirse en un escudo para quienes han ejercido la violencia.

Es hora de que el compromiso feminista se traduzca en acciones contundentes, en la exigencia de que se rindan cuentas y en la lucha por una justicia que no se vea empañada por intereses políticos o por la mera apariencia de solidaridad. La historia no perdona a los que hablan de empoderamiento y no lo practican.

La Chica Única

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