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Carmen Serdán Álvarez: las mujeres Serdán en la Revolución Mexicana

Carmen Serdán Álvarez abrió las puertas de su casa a Revista Única para contarnos un poco de su vida, pero sobre todo para hablar del trabajo de las mujeres de su familia

Carmen Serdán Álvarez creció con una responsabilidad como mujer de aspirar a ser cada día mejor. 

Amable y sonriente Carmen Serdán abrió las puertas de su casa a Revista Única para contarnos un poco de su vida, pero sobre todo para hablar del trabajo de las mujeres de su familia en los hechos históricos del 18 de noviembre de 1910.

“Admiré y adoré a mi padre. Mi mejor experiencia es tener una hija y tener una niñez muy feliz. Crecí en Valsequillo, anduve en bicicleta, fue una niñez maravillosa”.

Mi frase que tengo en mi consultorio es: Hoy estoy mejor que ayer, pero menos que mañana. Ya que en mis viajes a lugares de meditación como la India, he aprendido que encuentras que la respuesta está dentro de ti”.

“Puebla es una ciudad hermosa, cuna de mis ancestros. Tiene muchas oportunidades para todos. Los jóvenes hoy en día tienen muchas más que nosotros y eso me alegra. Tienen que aprovecharlas para el bien de la gente”, nos compartió.

Las mujeres Serdán en la revolución mexicana

“Tuvieron un papel preponderante en todo el movimiento del 18 de noviembre. Las mujeres colaboraron antes, durante y después de la refriega. ¿Por qué? Porque ellas recolectaban armas. Inclusive, Carmen se fue hasta San Antonio a ver a Madero y se trajo armas en medio de las faldas. Y se trajo el dinero, porque previamente había ido Aquiles a ver a Madero a San Antonio.

Ellas contribuyeron recolectando armas, municiones, hacían bombas con las perillas de la cama, conseguían pólvora de una tlapalería que se llamaba «El candado». Y, en las noches, iban a pegar propaganda antirreeleccionista”, narra Carmen Serdán Álvarez.

Revolución Mexicana
Museo de la Revolución Mexicana en Puebla

“Desafortunadamente o afortunadamente para la patria, el gobernador Martínez tenía información fidedigna de que en la casa de los Serdán había armas. Manda a Miguel Cabrera  el 18 de noviembre de 1910. Cabrera se presenta en la casa en Santa Clara, abre el portón y Aquiles Serdán lo mata y se desata la refriega. 

No pudieron avisar a todos los que estaban preparados con armas, municiones, con bombas.

Máximo decidió estar en la azotea, Aquiles, Carmen y Filomena aún embarazada estaban disparando. Carmen tuvo que llevar parque y  armas a la azotea y se fue por la escalera del segundo patio que existe en el museo. Ahí fue herida. 

Después de cuatro horas, Máximo estaba muerto en la azotea. Carmen herida de un costado. Hacen una evaluación y Aquiles decide seguir como jefe pero tiene que proteger su vida.

Con su esposa y con Carmen deciden que debe esconderse. Entonces piensan en un hueco que había debajo de su cama. Que existe y se puede constatar, pasa el tiempo y él empieza con lo que podríamos llamar neumonía y la tos lo delata. Y ahí mismo es acribillado. 

Una vez que acribillan a Aquiles, se llevan a las mujeres al cuartel y los cuerpos de Aquiles y Máximo, los tendieron en el piso con la cabeza sobre un ladrillo.

Llegan las mujeres al cuartel y las obligan a que pasen a ver los cadáveres. Pasa, doña Carmen Alatriste, Filomena y Natalia. Y cuando pasa, Carmen se voltea para el otro lado. Entonces el policía le da un culatazo en la cara. 

Carmen Serdán Álvarez / Foto: Alejandro Rodríguez

Ellas permanecieron ahí seis meses. Carmen Serdán, que fue la sobreviviente, siguió con la causa, como enfermera.

Mi padre, el ingeniero Aquiles Serdán del Valle, logró ser ingeniero del MIT. Su hermano Héctor, abogado, y su hermana Sara, maestra. Entonces Carmen fue como la cabeza y la directriz de los tres hijos. 

Posteriormente trabajó en la biblioteca y colaboró con Carranza en la pacificación del país.

Murió a los 73 años y era una viejita lindísima, lindísima, lindísima. Fue mi madrina de bautizo y mi compañera de cuarto por siete años. Tuve la suerte de verla hacer gimnasia en la madrugada porque cuidaba la circulación.

Natalia y el papel que jugó unas horas antes del 18 de noviembre. Se llevó a los dos hijos de Aquiles y a los cinco hijos de ella. Ya estando en México, Filomena empezó a sentirse mal y decidió dejarle la educación de sus hijos a Carmen y ella fue la que educó a los dos hijos de Aquiles Serdán.

Filomena demandó al Estado. Por el asesinato de su esposo. Ese documento desapareció mucho tiempo. No he logrado tenerlo en mis manos, pero sé que lo voy a lograr, en el documento demanda que su padre fue testigo, su esposo fue acribillado o asesinado sin darle oportunidad de defenderse.

Mensaje para las mujeres 

Me gustaría compartir con las mujeres que es muy importante conocerse, tener propósitos en la vida.

No hay por qué tener miedo, porque el miedo es lo contrario al amor. Si yo me amo, pues yo te voy a proyectar a ti cierto sentimiento de ternura o de admiración, o de curiosidad, o pueden ser muchos cuestionamientos respecto a eso. 

Una mujer que se respeta a sí misma inmediatamente es respetada por cualquier persona que la conozca. 

Sería bueno que reflexionemos qué es lo que queremos hacer en la vida, hacia dónde quieres llegar. Cuando tenemos un propósito en la vida es un motor que nos hace seguir adelante aunque haya obstáculos pero si yo no tengo un propósito ¿entonces qué? ¿qué me impulsa a seguir en la vida? Para lograrlo se necesita tener salud. Y para tener salud hay que ser constante, metódico. 

Carmen Serdán Álvarez / Foto: Alejandro Rodríguez

FAVORITOS

Comida: las sopas y el salmón

Libro: Kybalion de Hermes Trismegisto

Lugar en el que le gustaría vivir: Francia

RELACIÓN DE PALABRAS

Puebla: ciudad privilegiada

Mujeres: congruentes, dignas, que se conozcan así mismas.

Lucha: retos diarios 

Familia Serdán: orgullo de pertenecer, responsable y compartir todo lo que se dé la familia a la gente.

Por: Enrique Hernández

Foto portada: Alejandro Rodríguez

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