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Andrea Bocelli, una vida de superación

La Música del Silencio, película donde se narra la vida del tenor Andrea Bocelli.

En esta ocasión en Revista Única hablaremos de un tenor italiano, Andrea Bocelli, quien cumple 62 años de edad y quien supero el contagio de coronavirus. Nació el 22 de septiembre de 1958, creció en la hacienda familiar en un pueblo de la campiña toscana, Lajatico. cuando tenía seis años estudiaba piano, luego flauta y saxofón. Al terminar la escuela media superior, se inscribió en la Faculta de Derecho de la Universidad de Pisa y concluyo su carrera sin abandonar el canto. Durante su época de estudiante conoció a Enrica, con quien se caso y tiene dos hijos: Amos y Matteo. Así el inicio oficial de su carrera musical fue de manera fortuita, una audición con el cantante Zucchero Fornaciari realizó en 1992 con el objetivo de encontrar a alguien que interpretara la canción «Miserere» para llevársela al tenor Luciano Pavarotti que tenía que cantarla con él. Luego, Pavarotti grabó la canción, pero durante la gira europea de Zucchero, en lugar de él cantó Andrea Bocelli.

Así en 1994 fue invitado a participar en la sección oficial del Festival de Sanremo con la canción «Il Mare Calmo della Sera», y obtiene una puntuación récord. Publica su primer álbum (con el mismo título de la canción) y con ello su popularidad crece rápidamente: obtiene el primer Disco de Platino. En 1995 vuelve al Festival con la canción «Con Te Partirò», que forma parte del disco «Bocelli» y que en Italia obtiene un Doble Disco de Platino. El éxito en todo el mundo es inmediato. Sin embargo, en 1996, con el álbum «Romanza», Bocelli alcanza unos éxitos internacionales inimaginables. Este material contiene la canción «Vivo Per Lei», a dúo con Marta Sánchez. Tan sólo al cabo de pocas semanas, el CD era Disco de Platino en casi todos los países en los cuales se había publicado y la prensa internacional reconocía que el tenor toscano gozaba de una popularidad digna de Enrico Caruso. Bocelli había contribuido a la tradición del tenor italiano publicando también en 1995 el CD «Viaggio Italiano», inspirado en los emigrantes y en los artistas que popularizaron la ópera italiana en el mundo.

Así, en 1998, con el debut internacional del disco clásico «Aria», llegó a dominar las clasificaciones de música clásica y a escalar las internacionales de música pop. Los premios y los discos continúan con “Cieli di Toscana” (2001), “Sentimento” (2002) y “Andrea” (2004). «Amor» es el décimo lanzamiento internacional del italiano, que llega a principios de 2006. Es un disco compuesto por canciones románticas y canciones de pop estándar. Además, cuenta con participaciones especiales como Christina Aguilera en el tema «Somos Novios», Kenny G en «Me Faltas» y Stevie Wonder en las armónicas de la «Canción Desafinada». Incluye canciones latinas, italianas y hasta una canción francesa, para deleitar los oídos. En 2007 presenta grandes éxitos «Vivere – The best of Andrea Bocelli» y el DVD «Under the desert sky». Al año siguiente sale el DVD «Vivere – Live in Tuscany» y el álbum de estudio «Incanto».

Para fines de 2009 llega «Mi Navidad», con clásicos de esta fecha. En 2011 se presenta en un concierto multitudinario en el Central Park de Nueva York, de donde se desprende el disco doble «Concerto: One Night In Central Park». En 2012 se edita «Opera», compuesto por 22 clásicos, entre ellos «La Donna e Mobile». El 29 de enero de 2013 Andrea Bocelli presenta «Pasión», un compilado con las canciones más románticas de Latinoamérica y el Mediterráneo. Participan Jennifer López, Nelly Furtado y Edith Piaf. Es la continuación del álbum «Amor», editado en 2006. Bocelli canta en seis idiomas (italiano, inglés, francés, español, portugués y napolitano). Incluye, entre otras, «Perfidia» y «Chica de Ipanema».

El 1° de octubre de 2015 edita «Cinema», en español. El 29 de abril de 2016 sale la Edición Especial de este disco. El 15 de junio de 2018 sale «Tú Eres Mi Tesoro», primer adelanto del nuevo álbum «Sí». El 20 de septiembre edita el sencillo «Fall On Me», grabado junto a su hijo, Matteo Bocelli; la versión «Ven A Mí» está incluida en el film de Disney «El Cascanueces y Los Cuatro Reinos». El 26 de octubre y luego de 14 años, sale el álbum original «Sí», que lo lleva al primer puesto del chart «Billboard 200» por primera vez en su carrera. Participan las estrellas Dua Lipa, Ed Sheeran (quien canta un tema escrito por él y Tiziano Ferro), Josh Groban y la soprano Aida Garifullina. La Edición Especial es de Doble CD.

Muchas fueron las personas que intentaron convencer al tenor italiano Andrea Bocelli de que jamás conseguiría ser un cantante lírico. “Nunca en tu vida serás un cantante”, le dijo un productor tras una actuación en el cabaret donde solía tocar cuando era estudiante para pagar sus estudios de derecho. “No creo que tengas el más mínimo talento para cantar ópera”, le aseguró también un crítico musical. Sin embargo, la violencia de las críticas no consiguió alterar al aspirante a tenor que confiesa en una entrevista, no haberse dejado jamás condicionar por el exterior ni por las críticas, por muy duras que fueran. Si bien la obra artística de Bocelli, mundialmente reconocido como uno de los cantantes líricos más prolíficos y populares de su generación —80 millones de discos vendidos en las dos últimas décadas— no parece tener ningún secreto, menos conocido es el camino que tuvo que recorrer desde el pequeño pueblo toscano de Lajatico hasta alcanzar los más prestigiosos escenarios.

Un recorrido que sedujo y provocó la admiración del director británico Michael Radford, que no dudó en aceptar la propuesta de adaptar al cine la novela autobiográfica La Música del silencio escrita por el mismo Bocelli en 1999 (Un relato en tercera persona en el que el cantante recurre a la figura de su álter ego, Amos Bardi). “Jamás había hecho un biopic sobre alguien que aún está vivo y la verdad no fue nada fácil, pero me pareció que su trayectoria merecía ser contada”, explica a EL PAÍS por teléfono el director, que destaca en particular la capacidad del maestro italiano de superar lo que califica de drama inicial: la pérdida de la visión. Aquejado desde su nacimiento de un glaucoma congénito que le provoca una ceguera parcial, el intérprete pierde completamente la vista a los 12 años. Bocelli recibe un pelotazo en los ojos mientras juega a fútbol en un internado de la provincia de Reggio Emilia donde lo envían sus padres para aprender a leer en braille.

“Andrea jamás percibió su ceguera como un obstáculo”, asegura Radford, que asume haber enfocado La Música del silencio, esencialmente en el aspecto humano y en el relato de la “superación” de su hándicap. “Uno es lo que Dios quiere que seamos. Cada uno de nosotros nace con sus virtudes y sus faltas. Nada es casual en este mundo”, cree Bocelli, cuya profunda fe católica siempre fue notoria. El tenor, que se enganchó a la música con tan solo tres años en una clínica de Turín, fascinado por la ópera que estaba escuchando un paciente ruso en una habitación cercana a la suya, está convencido de que su pasión por el canto hubiera sido la misma si no hubiese sido ciego. Sencillamente, asegura “habría sido todo menos penoso”

“Cuando era joven me interrogaba, buscaba entender quién era, dónde estaba, a dónde iba”, cuenta el cantante. Un cuestionamiento que no evidencia la película de Radford, cuyo guion, escrito por el también director de El cartero (1994), mezcla ficción y elementos autobiográficos. “La primera parte del filme respeta bastante fielmente mi libro”, explica Bocelli refiriéndose al relato del descubrimiento de su don, su empeño en seguir llevando una vida normal (en particular la práctica de la equitación y del piano), su primer premio con 14 años en un concurso de jóvenes talentos o la pérdida momentánea de su voz en el tránsito hacia la adolescencia.

La segunda parte, en la que Radford aborda la época estudiantil de Bocelli —interpretado por el actor británico Toby Sebastian—, la relación con su primer amor, sus actuaciones nocturnas en el piano bar o sus clases con su profesor de música, el gran tenor Franco Corelli (protagonizado por Antonio Banderas), fue “más una interpretación del director”, opina. “El cine y la literatura son dos géneros con lenguajes muy distintos. Lo que más me importaba era que el mensaje que quería compartir estuviera claro y me parece que así es”, añade Bocelli, que aparece, acompañado por su voz en off, al principio y en el cierre de la película donde alude a la necesidad “de nunca perder la fe y confiar en lo que tiene pensado el creador del mundo”. Un relato que culmina con la primera gran actuación del tenor junto al cantante italiano Zucchero, y su victoria en el Festival de San Remo en 1994.

Pese a que la crítica no ha sido muy favorable, Radford cree que cumplió con su objetivo: “Hacer una película dirigida al gran público y en particular a los admiradores de Bocelli”. “En Italia fue todo un éxito”, se enorgullece el cineasta. Para explicar su implicación en la obra, cita a Vittorio de Sica, uno de los maestros del neorrealismo italiano: “Hay dos tipos de películas, las del corazón y las que te dan de comer y, a veces, las segundas son mejores porque en las más personales, uno acaba implicándose demasiado y no piensa en la audiencia”.

Con información de El País. @

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