¡A ver, chiques! Hoy vamos a hablar de Alicia Villarreal y su gesto que nos dejó a todas pensando.
Porque sí, esta mañana su nombre estaba en todas partes, pero no por un nuevo hit ni por un lookazo en el escenario, sino porque al final de su concierto en Zitácuaro, Michoacán, hizo la señal de auxilio para víctimas de violencia de género.
Si no lo sabías, aquí te cuento: es un gesto internacional que las mujeres pueden usar cuando están en peligro, sobre todo cuando no pueden pedir ayuda con palabras. Levantas la mano, doblas el pulgar y cierras los dedos en un puño.
Pero a ver, hagamos una pausa. ¿Alicia Villarreal estaba secuestrada? ¿Estaba en peligro en ese momento? No. Ella ya había denunciado a su esposo, Cruz Martínez, por violencia familiar ante la Fiscalía de Nuevo León. Ella no está atrapada en una situación de la que no pueda salir. Entonces, ¿por qué hizo la señal? Aquí van mis tres puntos para entender la importancia de esto:
Uno, y creo que el más importante: confirmó lo que muchas mujeres viven en silencio. Su gesto le puso cara y nombre al problema. Y no es que no lo supiéramos, pero sigue siendo impactante ver que hasta una figura pública, con fama y dinero, puede ser víctima de violencia de género. Y lo hizo sin miedo, sin pena. Porque sí, hay mujeres que se quedan calladas por vergüenza, por miedo, por sentirse culpables cuando la culpa no es suya. Su gesto fue un mensaje clarísimo: «No te quedes callada, rompe la cadena». Y eso es poderosísimo.
Dos: el gesto se hizo viral. Y esto es clave porque muchas mujeres no lo conocían. ¿Tú lo conocías? Porque si no, ahora ya sabes que existe. Alicia Villarreal hizo que más personas, tanto mujeres que pueden necesitarlo como personas que pueden reconocerlo y ayudar, lo tengan en su radar. Si una sola mujer aprende a usarlo y logra escapar de una situación de violencia, ya valió la pena.
Y tres, el recordatorio incómodo pero necesario: ninguna mujer está exenta de sufrir violencia. Ni la que tiene dinero, ni la que es famosa, ni la que parece tener la vida perfecta. Vivimos en una sociedad donde la misoginia y el machismo están en todas partes. La violencia de género es real, es sistemática y no discrimina. Puede ser tu vecina, tu amiga, tu hermana, tu mamá. No podemos seguir ignorándolo.
Así que aquí estamos, hablando de esto, reflexionando y aprendiendo. Porque si algo nos hace únicas, es nuestra capacidad de alzar la voz y apoyarnos entre nosotras. Que este gesto no sea solo un momento viral, sino una herramienta que de verdad ayude a quien lo necesite. Y si lo ves, no dudes: ayuda.
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